Potenciar los vínculos familiares en los centros penitenciarios: Un nuevo camino

Artículo

Deborah H. Alderson

En los centros penitenciarios, mantenerse en contacto con la familia y los amigos puede ser realmente difícil. Normalmente, es la persona encarcelada la que debe dar el primer paso, pero eso puede ser emocionalmente agotador y difícil de hacer. Además, hay problemas como los horarios limitados de los teléfonos y las largas colas que dificultan aún más el contacto.

Los proveedores de comunicación penitenciaria se están replanteando cómo puede ayudar la tecnología a las familias, y los nuevos sistemas de mensajería digital y visitas por vídeo están marcando una gran diferencia.

Permitir que su red de apoyo externa inicie la comunicación no es sólo una cuestión de comodidad, sino de esperanza y conexión. Mantener los lazos familiares es fundamental para la rehabilitación, y las nuevas tecnologías están facilitando que los contactos externos tiendan puentes sin depender únicamente de las personas encarceladas para dar el primer paso.

Romper las barreras de la tradición 

Los sistemas telefónicos de las prisiones han restringido las llamadas entrantes durante mucho tiempo: carecen de los timbres y notificaciones habituales en la vida cotidiana. Algunos sistemas nuevos permiten dejar mensajes de voz, pero no son instantáneos y la persona que está dentro debe introducir un PIN y pasar por un menú para consultar los mensajes.

La mayoría de los centros siguen permitiendo a la población reclusa recibir correo postal, pero es más lento que el correo ordinario. El correo suele escanearse o fotocopiarse para evitar el contrabando, luego el personal revisa las impresiones, las clasifica y las entrega en mano, lo que retrasa la entrega. En la era de la comunicación digital instantánea, esperar una semana por una respuesta parece una eternidad.

Las visitas por vídeo permiten la interacción cara a cara, pero la mayoría de los sistemas imitan las visitas en persona al requerir una programación previa y la aceptación de ambas partes, lo que
imposibilita las conexiones espontáneas.

Un cambio hacia la autonomía con soluciones digitales  

Para las personas encarceladas, el tiempo pasa de otra manera. Si no pueden conectar por teléfono, puede que sigan intentándolo todo el día. Los familiares, al ver las llamadas perdidas y no tener forma de devolver la llamada, pueden sentirse preocupados. Conectarse por fin para descubrir que no hay ninguna emergencia puede ser frustrante. 

Lo único que tienen muchas personas encarceladas es tiempo libre. Sus familiares, sin embargo, suelen tener una vida ajetreada con niños y trabajo que les deja poco tiempo para llamadas personales. Permitir que los familiares llamen cuando les convenga puede marcar una gran diferencia y mejorar la calidad de sus conversaciones.

Al permitir que amigos y familiares envíen un mensaje, con una notificación inmediata en una tableta proporcionada por el centro, el proceso se vuelve más inmediato y familiar. Otras funciones, como los indicadores de “presencia”, permiten a ambas partes saber cuándo la otra está conectada y disponible, de forma similar a las aplicaciones de mensajería más populares.

Videollamadas que traen esperanza

Quizá el cambio más transformador se produzca en la comunicación por vídeo. A diferencia de las visitas por vídeo tradicionales, algunos de los sistemas más recientes permiten realizar videollamadas no programadas. Imagínese el poder de ver aparecer un nombre familiar, una notificación de que alguien está tendiendo la mano, ahora mismo. Para las personas encarceladas, esto puede transformar su experiencia. Saber que un ser querido puede llamar en cualquier momento aporta una sensación de
conexión, esperanza y normalidad.

Para los centros en los que los reclusos comparten dispositivos con pantalla táctil, la notificación puede ser una alerta visual o sonora a todas las tabletas inactivas en la misma zona de estar. Para los centros en los que los dispositivos se asignan a una persona, esta notificación puede activarse en un solo dispositivo. Mientras la parte externa espera, la persona encarcelada puede iniciar sesión, si aún no lo está, y conectarse por vídeo.

J. Barry Brady, administrador del Centro de Detención del Condado de Marion, en Kentucky (EE.UU.), cuyo centro permite tanto la recepción directa de visitas por vídeo como de mensajes digitales, explicó: “Permitir que los familiares inicien el contacto da a las personas encarceladas una sensación de conexión y esperanza”. Y añadió: “Puede suponer una diferencia significativa en su bienestar emocional, saber que sus seres queridos les tienden la mano.” 

Corrine, cuyo hermano está encarcelado en el centro penitenciario Snake River de Oregón (EE.UU.), afirma: “Las aplicaciones de comunicación que utilizamos son un salvavidas. Puede que mi hermano y yo vivamos en mundos diferentes, pero ver cuándo está conectado y poder enviarle un mensaje rápido nos acerca más. A veces, simplemente le pido que me llame cuando pueda, en lugar de esperar a nuestra llamada habitual de los domingos”.

Un cambio positivo para todos

La capacidad de iniciar una comunicación es algo que la mayoría de la gente da por sentado, pero para las personas encarceladas, poder recibir un mensaje puede significar la diferencia entre sentirse aislado o conectado. Al dejar que sus contactos externos tomen la iniciativa, creamos un entorno en el que la esperanza y el apoyo son más accesibles. La mayoría de las personas encarceladas son puestas en libertad en algún momento, y mantener conexiones saludables ayuda a reducir los retos de la reintegración y disminuye las posibilidades de reincidencia. Estos cambios no sólo benefician a las personas implicadas, sino también al sistema penitenciario en su conjunto, ya que fomentan la rehabilitación y reducen la reincidencia.

A medida que evoluciona la tecnología, también debe hacerlo nuestro enfoque de la conexión humana. Facilitar la conexión entre las familias, sin las barreras tradicionales, es un paso hacia una experiencia penitenciaria más humana, que puede marcar la diferencia.

Deborah H. Alderson es CEO de ViaPath Technologies. Líder en el sector penitenciario, ViaPath Technologies tiene la clara misión de ayudar a romper el ciclo del encarcelamiento através de una tecnología y unos servicios transformadores para las personas encarceladas, sus redes de apoyo y los organismos penitenciarios. Alderson trabajó durante más de 25 años en puestos de liderazgo a nivel ejecutivo en el ámbito de la seguridad nacional, incluido el de Directora General de Sotera Defense y Directora de Operaciones de SRA International. Desde que fue nombrada CEO de ViaPath en
2018, Alderson se ha centrado en reducir la reincidencia
preparando a las personas para reintegrarse en la sociedad con las herramientas y conexiones necesarias para tener éxito. 

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