Caso Destacado: Dinamarca
Sonia Bom y Jonas Hviid Mønster, Alex Poulsen Architects
En Dinamarca, la arquitectura desempeña un papel fundamental en la concepción de instituciones penitenciarias humanas, guiadas por el principio de normalización. Esta filosofía de diseño caracteriza el planteamiento del encarcelamiento en el país, promoviendo la rehabilitación y la resocialización en lugar del castigo. Al crear entornos que reflejan las rutinas y estructuras cotidianas de la sociedad, las prisiones danesas fomentan condiciones propicias para la reinserción y el bienestar individual.
La normalización en las cárceles danesas no es sólo un ideal teórico, sino un parámetro de diseño tangible que influye en todos los aspectos de los proyectos penitenciarios. Este enfoque pretende crear espacios donde las personas privadas de libertad puedan experimentar un entorno estructurado pero humano, que refleje los ritmos sociales y personales de la vida cotidiana fuera de los muros de la prisión. Esto se consigue diseñando instalaciones que apoyen una rutina diaria que incluya trabajo, educación, comunidad, intimidad, recreo y autosuficiencia.
En el centro de esta filosofía está la creencia de que la rehabilitación prospera en entornos que equilibran la seguridad con una sensación de normalidad.
Al dar prioridad a las condiciones humanas y salutogénicas, las cárceles danesas funcionan más como instituciones sociales que punitivas, sentando las bases de una rehabilitación significativa.
Los estrictos códigos de edificación y normas de construcción nacionales de Dinamarca garantizan que las prisiones ofrezcan un entorno físico saludable a sus ocupantes. Estos códigos dan prioridad a los ambientes interiores de alta calidad, haciendo hincapié en la luz natural, las vistas directas al exterior, la calidad adecuada del aire y la temperatura, así como el equilibrio acústico. Estos elementos también se ajustan a los principios de la arquitectura curativa, que busca crear espacios que favorezcan el bienestar mental y físico.
En las prisiones danesas, estos principios se manifiestan en forma de regímenes y niveles de seguridad diferenciados, que permiten a las instalaciones atender a necesidades diversas manteniendo el nivel de seguridad adecuado. La ética del diseño va más allá de la funcionalidad, pues se esfuerza por imbuir a los espacios de cualidades que promuevan la propiedad, la privacidad y la comunidad, factores fundamentales para fomentar un sentido de dignidad y autonomía entre las personas encarceladas.
Las prisiones danesas modernas están diseñadas para parecerse a pequeñas comunidades autosuficientes. Este planteamiento permite a los reclusos participar en actividades que reflejan la vida fuera de los muros de la prisión. Los espacios de trabajo, las instalaciones educativas
y las zonas comunes se integran perfectamente en el diseño de la prisión, reflejando el ritmo de un día normal. Estos espacios no sólo proporcionan estructura, sino que también preparan a los residentes para la reintegración, cultivando las habilidades y rutinas necesarias para la participación social.
Además, la privacidad y la conducta individual son fundamentales en el diseño arquitectónico. Los residentes disponen de espacios privados donde pueden reflexionar y reponer fuerzas, junto con zonas comunes que fomentan la interacción social. Este equilibrio entre soledad y comunidad es la piedra angular de la normalización, ya que fomenta tanto el desarrollo personal como las habilidades sociales. El uso de materiales, colores y superficies táctiles de tipo doméstico, aunque robustos, siempre que sea posible, también es clave para crear un entorno menos institucional.
La arquitectura penitenciaria escandinava es un ejemplo de cómo el diseño puede contribuir a un encarcelamiento humanitario y, al mismo tiempo, apoyar el camino individual hacia una resocialización satisfactoria, así como mantener los vínculos cruciales con los compañeros personales.
Alex Poulsen Architects está a la vanguardia de la aplicación de estos principios en el diseño de prisiones nórdicas. Combinando prácticas innovadoras con normas establecidas, el estudio explora cómo la arquitectura puede apoyar la normalización y optimizar las condiciones
para la rehabilitación y la resocialización.
A través de proyectos que reflejan el compromiso escandinavo con el encarcelamiento humanitario, el estudio aborda una cuestión crítica: ¿Cómo puede la sociedad crear el mejor entorno físico para el bienestar y la reinserción de los reclusos?