La evolución de los entornos penitenciarios: repercusiones psicológicas, tendencias y oportunidades – Por qué debemos mejorar

Artículo

Kavan Applegate y Helena Pombares

El diseño y la infraestructura de las prisiones, así como su impacto en las personas encarceladas, los trabajadores y los visitantes, han sido durante mucho tiempo objeto de conversación, debate y reforma. A medida que avanza la sociedad y se amplía el corpus de estudios de investigación de base empírica, también lo hace nuestra comprensión del impacto que tienen los entornos penitenciarios en las personas encarceladas. El concepto de diseño salutogénico ofrece un marco teórico para un “diseño de apoyo psicosocial” que fomente la salud y el bienestar de los usuarios de un espacio. En el caso de las prisiones, pretende implicar mental y socialmente a los usuarios, incorporando el acceso a espacios atractivos para las interacciones sociales que posibiliten experiencias positivas dentro de ese entorno y faciliten la reinserción social.

Este artículo explora los efectos psicológicos de la mejora del entorno, los avances actuales en el diseño internacional de prisiones, las oportunidades que ofrecen las infraestructuras contemporáneas y la importancia del diseño salutogénico y la biofilia en el diseño terapéutico de prisiones. Asimismo, se analiza la manera en la que influyen las condiciones penitenciarias en los resultados de la rehabilitación. 

Teoría Salutogénica: el impacto psicológico que tiene en las personas encarceladas la mejora del entorno

El entorno en el que se alojan las personas encarceladas desempeña un papel crucial en su bienestar psicológico (Moran, 2023). Dentro de las instituciones penitenciarias, son frecuentes los problemas de salud mental. En este sentido, las prisiones son los espacios públicos con mayor número de personas afectadas por estos problemas, solo superadas por los hospitales psiquiátricos. La prevalencia y la gravedad de estos problemas pueden variar en función de factores como la edad, el sexo y el origen étnico. Es por ello que resulta esencial mejorar el diseño de estos entornos construidos para prevenir el empeoramiento de cualquier problema de salud mental existente entre las personas encarceladas.

Existen pruebas significativas de que el diseño tradicional de las prisiones, caracterizado por condiciones duras y opresivas, exacerba entre las personas encarceladas los sentimientos de aislamiento, ansiedad y depresión. Por el contrario, las prisiones que se consideran “buenas” e, incluso, modelos a seguir poseen entornos mejor diseñados que colocan en primer plano el bienestar humano y que pueden mejorar significativamente los resultados en materia de salud mental, además de permitir la aplicación óptima del modelo de funcionamiento penitenciario. 

El diseño salutogénico puede explicarse como un término paraguas que abarca varios enfoques, métodos y teorías esenciales que, en conjunto, conducen a la salud y el bienestar de todos los usuarios del espacio. Tiene un diseño de apoyo centrado en el ser humano y, por lo tanto, en los entornos penitenciarios reducirá el riesgo de exacerbar cualquier problema de salud mental existente que las personas encarceladas traigan consigo, así como la probabilidad de que surjan nuevos problemas de salud mental.

Los estudios demuestran que el acceso a la luz natural, los espacios al aire libre y el contacto con la naturaleza, o simplemente tenerla a la vista, pueden reducir el estrés y promover el bienestar físico y psicológico, lo que a su vez se traducirá en mayores niveles de rehabilitación y, en consecuencia, menores niveles de reincidencia entre las personas encarceladas (Gillis, 2015). 

La naturaleza ofrece una mezcla equilibrada de colores, formas y olores que estimula el bienestar psicológico humano. Por otra parte, los estudios sobre el efecto de la naturaleza en las prisiones sostienen que las personas que tienen a la vista la naturaleza presentan menos problemas de salud que las que no la tienen.

Biofilia

El concepto de que los seres humanos tienen una necesidad innata de conectar con la naturaleza para su realización y bienestar se conoce como “hipótesis de la biofilia“. Este término fue introducido por primera vez por Edward Wilson en su libro de 1984, Biophilia (Wilson, 1984). El diseño biofílico es una estrategia utilizada para acercar la naturaleza a las personas, y se ha aplicado desde la década de 1960 tanto a escala de edificios como de ciudades para mejorar la salud personal y ambiental. Destacados arquitectos como Le Corbusier, considerado el padre de la arquitectura moderna, han utilizado este concepto en su obra (Le Corbusier, 1967; 1982).

“La exposición al mundo natural es esencial para el bienestar humano porque los seres humanos tienen una conexión innata con el mundo natural (Gillis, 2015).” 

Se ha demostrado que la exposición a la naturaleza tiene efectos positivos en la psicología y la fisiología humanas, lo que contribuye a mejorar la salud y el bienestar (Söderlund, 2019).  La filosofía biofílica fomenta el uso de sistemas y procesos naturales en el diseño para permitir la exposición a la naturaleza. Los principios biofílicos se han incorporado además a las teorías de psicología ambiental de la Teoría de la Restauración de la Atención y la Teoría de la Recuperación del Estrés. 

Ambas teorías sugieren que hay entornos estresantes y no estresantes, y que los entornos no estresantes pueden ayudar activamente a las personas a recuperarse del estrés y la fatiga (Gillis y Gatersleben, 2015). Las teorías están respaldadas por estudios que han descubierto que la exposición a la naturaleza reduce la variabilidad de la frecuencia cardíaca y las pulsaciones, disminuye la presión arterial, reduce el cortisol y aumenta la actividad del sistema nervioso parasimpático, al tiempo que disminuye la actividad del sistema nervioso simpático (Söderlund, 2019).

La biofilia no consiste únicamente en proporcionar árboles y vegetación, sino en una multitud de factores diversos que pueden dividirse en experiencia directa de la naturaleza (luz, aire, clima), experiencia indirecta de la naturaleza (materiales naturales, evocación de la naturaleza) y experiencia del espacio y el lugar (perspectiva y refugio, complejidad organizada). 

La profesora Dominique Moran dirigió varios estudios acerca de la manera en que las características ambientales, como la vegetación alrededor de un edificio penitenciario, pueden afectar al comportamiento de sus ocupantes. Las conclusiones de estos estudios son que unos niveles elevados de vegetación verde están relacionados con unos niveles más bajos de autolesiones y violencia entre las personas encarceladas. Por ejemplo, las prisiones que incorporan espacios verdes y jardines ofrecen oportunidades para la actividad física y la relajación, lo que puede aliviar los síntomas de depresión y ansiedad. 

Un elemento clave del diseño centrado en la rehabilitación y el bienestar es la creación de espacios terapéuticos y entornos tranquilos en los que las personas se sientan seguras. Los elementos de diseño biofílico suelen incluir el acceso a la luz natural y el aire fresco, vistas al paisaje y el uso de colores y materiales naturales para invocar una sensación de calma en el entorno construido. 

Otros elementos del diseño biofílico pueden ser la iluminación artificial que imita la luz natural y los ritmos circadianos, la instalación de sonidos de la naturaleza, la creación de espacios verdes con árboles y plantas reales o imágenes de espacios verdes en interiores cuando no es posible plantar árboles u otras plantas por motivos de seguridad o falta de espacio, y la adición o adaptación de espacios verdes en el exterior (Partonen y Lönnqvist, 2000). 

Las mejores prácticas en el diseño de prisiones recurren a la biofilia para ayudar a la rehabilitación de muchas maneras, entre ellas: 

  • En el interior: murales y decorados en las paredes, texturas y materiales naturales, plantaciones interiores, sonidos del agua y la naturaleza y, a veces, pequeños juegos de agua. Paisaje prestado: cuando los espacios no pueden tener acceso a la naturaleza, a las vistas a la vegetación o a la naturaleza desde las ventanas y las vías de acceso. 
  • Externamente: permitiendo a los individuos encarcelados poner los pies en la tierra y estar entre el propio paisaje. 
El Centro Residencial de Tratamiento Rivergum, en Victoria (Australia), es un ejemplo de aplicación con éxito del diseño biofílico, con vistas más allá del perímetro a las montañas, luz natural en todas las habitaciones, tanto para los residentes como para el personal, y ventanas practicables o unidades de ventilación natural en todas las habitaciones del centro. ©Scott Burrows Photography
A menor escala 

Mucho se ha debatido sobre el aumento de las tasas de encarcelamiento en todo el mundo, especialmente desde los años setenta y ochenta. Para dar cabida a estas importantes poblaciones encarceladas, no sólo se han construido más prisiones, sino que también ha aumentado el tamaño de cada una de ellas, lo que ha conducido a una mayor institucionalización y a una reducción de la personalización del espacio individual. 

Más recientemente, en algunas jurisdicciones se han empezado a sustituir las prisiones grandes y superpobladas con centros más pequeños y manejables. Estas instalaciones más pequeñas pueden estar situadas más cerca de las comunidades de las que proceden las personas encarceladas. Esta proximidad permite una mayor participación y apoyo de la familia, que es crucial para el éxito de la reinserción. Por otra parte, los diseños basados en la comunidad suelen incluir asociaciones con organizaciones locales para ofrecer recursos y apoyo a las personas encarceladas. 

Está demostrado que los entornos que fomentan la interacción social y el compromiso con la comunidad pueden ayudar a las personas encarceladas a desarrollar relaciones positivas y reducir los sentimientos de soledad, por lo que los enfoques de diseño para prisiones con grandes poblaciones pueden intentar abordar esta cuestión mediante la creación de comunidades más pequeñas dentro de las poblaciones más grandes. Esto puede lograrse a través de la incorporación de alas de alojamiento individual de menor tamaño, agrupaciones más pequeñas de edificios y la disposición de los edificios en un campus para crear zonas discretas. 

La Prisión Laboral de Yatala (Australia Meridional) crea espacios comunitarios más pequeños para que los hombres se reúnan con sus familiares y demás personas que los visiten en un ambiente relajado. ©David Sievers Photography
Avances en tecnología y construcción 

En los últimos 30 años se han producido avances radicales en el uso de la tecnología dentro de los entornos penitenciarios y, más recientemente, estos avances han demostrado ir más allá de los revestimientos de seguridad adicionales, ofreciendo a algunos operadores penitenciarios soluciones tecnológicas que permiten incorporar instalaciones más terapéuticas.

Entre estos avances figuran:

  • Incorporación de proyecciones murales de vídeo en salas sensoriales con soporte de audio que permiten transformar los espacios interiores en entornos naturales inmersivos, adaptados en cada momento a las necesidades de la persona encarcelada. Por ejemplo, la adición de sonidos del bosque (incluida la avifauna) a un vídeo de bosque, o los sonidos de las olas rompiendo en una escena de playa elevan significativamente la experiencia sensorial. 
  • Mayor uso de tecnología de cámaras y análisis para complementar la mayor instalación de árboles en el entorno seguro y eliminar cualquier punto ciego. 
  • Ventanas practicables seguras (conectadas a un control manual prioritario de ventilación del sistema de gestión del edificio) para que entre aire fresco y (en el clima adecuado) se reduzca la dependencia del aire acondicionado y, por tanto, el consumo de energía. 
  • Utilizar la tecnología de monitorización sin contacto de las constantes vitales en entornos celulares para realizar un seguimiento constante del bienestar fisiológico de las personas en situación de riesgo, lo que proporciona al personal sanitario y de custodia datos adicionales para poder realizar intervenciones en los momentos más oportunos. 
  • Proporcionar a las personas encarceladas visitas por vídeo desde sus celdas, a través de tabletas, para que mantengan una conexión permanente con sus familiares y amigos, reduciendo así el impacto personal que supone para los familiares el desplazarse hasta la prisión y tenerse que someter a controles de seguridad para una visita en persona relativamente breve.
  • Mayor confianza en la detección del contrabando en los puntos de control del personal y de entrega de mercancías.
El Centro Correccional de Ravenhall, Victoria (Australia), utiliza en el espacio cultural indígena tecnología visual y auditiva para poder adaptarlo a diversas funciones y actos. ©Scott Burrows Photography
Reequipamiento

De acuerdo con la experiencia de los autores, los avances significativos en la aplicación de soluciones salutogénicas y biofílicas se producen con mayor frecuencia en las nuevas instalaciones y en las remodelaciones importantes que en los edificios penitenciarios existentes. Esto se debe muchas veces a que las fuentes de financiación del gobierno están alineadas con las nuevas oportunidades de construcción y a las complejidades reconocidas de la mejora de las instalaciones ocupadas.

Con la gran cantidad de edificios penitenciarios existentes en cada jurisdicción, los gestores progresistas están encontrando métodos para mejorar los entornos salutogénicos a costes comparativamente bajos y, a menudo, con la participación de personas encarceladas en el diseño y/o en los resultados de la construcción. En muchos casos, esto se consigue mediante la aplicación de enfoques biofílicos, como la creación de espacios terapéuticos y recreativos, la instalación de plantas en el interior y la introducción de jardines y fuentes de agua en el exterior del edificio; la ampliación de las ventanas para mejorar la luz y la ventilación y la actualización de los espacios, pintando con colores más atractivos y paisajes, utilizando mobiliario normalizado y suelos más blandos. Se ha demostrado que estas medidas contribuyen significativamente al bienestar fisiológico y psicológico de los reclusos, los trabajadores y los visitantes. 

Conclusión

La evolución de los entornos penitenciarios refleja un creciente reconocimiento de la importancia de unas condiciones humanas y rehabilitadoras. Dando prioridad a un diseño psicosocialmente favorable que promueva la salud y el bienestar de las personas encarceladas, del personal y de los visitantes, aprovechando las nuevas tecnologías y aplicando prácticas sostenibles, las prisiones pueden crear entornos que favorezcan la rehabilitación y reduzcan la reincidencia. A medida que la sociedad avanza, es esencial garantizar que los entornos penitenciarios evolucionen de forma que promuevan la dignidad y el potencial de cada individuo. 

Referencias 

Gillis, K., & Gatersleben, B. (2015). A Review of Psychological Literature on the Health and Wellbeing Benefits of Biophilic Design. Buildings, 5, 948-963. 

Le Corbusier (1967). The Radiant City. New York: Orion Press.

Le Corbusier (1982). The City of Tomorrow and Its Planning. New York: Dover. 

Moran, D, Jordaan, J & Jones, P (2023), ‘Green space in prison improves wellbeing irrespective of prison/er characteristics, with particularly beneficial effects for younger and unsentenced prisoners, and in overcrowded prisons‘, European Journal of Criminology.  

Partonen, T. & Lönnqvist, J., (2000). Bright light improves vitality and alleviates distress in healthy people. Journal of Affective disorders, 57(1-3), 55–61. 

Söderlund, J. (2019). Biophilic Design: The Stories of the Pioneers of the Social Movement. In: The Emergence of Biophilic Design. Cities and Nature. Springer, Cham. 

Wilson, E., (1984). Biophilia. Cambridge, Harvard University Press. 

Kavan Applegate es un arquitecto especializado en el diseño de instalaciones de seguridad, movido por la pasión de aprovechar los efectos transformadores de la arquitectura para ayudar a las personas a llevar una vida mejor. En los últimos 25 años, Kavan ha tenido el privilegio de diseñar muchos de los proyectos de centros judiciales y penitenciarios más innovadores y emblemáticos de Australia, además de obras en muchas otras instalaciones de seguridad. Como director de Guymer Bailey Architects, Kavan codirige un excepcional equipo de arquitectura, paisajismo y diseño de interiores en nuestros estudios de Melbourne y Brisbane, y supervisa proyectos penitenciarios a gran escala en toda la empresa. 

Helena Pombares es arquitecta y urbanista, criminóloga, investigadora y profesora universitaria, enseñando en los grados (y trayectorias) de criminología en el Reino Unido. También posee un máster en Arquitectura de Prisiones y está en las etapas finales de su Doctorado Profesional en la Universidad de West London (UWL), investigando “Arquitectura Salutogénica: Redefiniendo el Diseño de Prisiones para el Siglo XXI”. Helena tiene más de 18 años de experiencia en arquitectura judicial y su investigación sobre la arquitectura salutogénica de los espacios carcelarios alimenta su pasión por comprender los efectos que el entorno construido tiene sobre los usuarios del espacio (personal y reclusos). 

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