Entrevista
Sahakarn Petchnarin
Director General del Departamento Penitenciario de Tailandia
En esta entrevista, Sahakarn Petchnarin, director general del Departamento del Departamento Penitenciario de Tailandia, describe las prioridades actuales del departamento: desde aliviar la presión sobre el sistema, que sufre un hacinamiento persistente, hasta ampliar el acceso a la educación, la formación profesional y las herramientas digitales en el marco de la iniciativa «Prisión Inteligente». También reflexiona sobre las medidas adoptadas para que la rehabilitación sea más personalizada e inclusiva, incluidas las políticas que tienen en cuenta las cuestiones de género y el apoyo a personas de diversos orígenes.
¿Cuáles son, en su opinión, los principales retos a los que se enfrenta actualmente el sistema penitenciario tailandés y qué medidas se están priorizando para abordarlos?
SP: Actualmente, el Departamento Penitenciario de Tailandia se enfrenta al reto del hacinamiento en las prisiones. A 1 de diciembre de 2024, había un total de 277 475 personas recluidas en todo el sistema penitenciario: 243 329 hombres y 34 146 mujeres. Sin embargo, la capacidad estándar de las prisiones y los centros penitenciarios, basada en 1,6 metros cuadrados de espacio para dormir por persona, solo permite albergar a 245 293 personas. Esto ha provocado un hacinamiento que dificulta al Departamento la gestión eficaz de la población reclusa y la ejecución de programas de rehabilitación y desarrollo conductual de forma exhaustiva y eficiente.
Para hacer frente a esta situación, hemos trabajado de manera constante para mitigar el hacinamiento mediante diversas medidas. Entre ellas figuran el traslado de extranjeros o la extradición de personas condenadas para que puedan cumplir el resto de sus condenas en sus países de origen. Tailandia ha concertado acuerdos bilaterales con varios países para el traslado de personas condenadas y, en agosto de 2024, se había trasladado a un total de 1.263 personas en virtud de esos acuerdos. Hemos tomado medidas para construir nuevas prisiones, añadir dormitorios y ampliar los muros de las prisiones con el fin de hacer espacio para la creciente población.
Otra medida clave es el traslado de personas a instalaciones abiertas y temporales, seleccionadas por el Departamento para su ubicación en cinco instituciones abiertas y 51 centros de detención temporal repartidos por todo el país.
Además, se concede la suspensión de la pena a las personas que reúnen los requisitos y demuestran buena conducta, compromiso con la educación, la formación profesional o el trabajo, o que han prestado servicios meritorios al Estado. Esto permite la puesta en libertad anticipada, antes de cumplir la totalidad de la pena, en régimen de libertad condicional.
Otra medida consiste en asignar a los condenados a trabajos de servicio público. Esto no solo contribuye a reducir el hacinamiento durante el día, sino que también fomenta un comportamiento positivo. Los participantes pueden salir del centro durante el horario laboral y se les reduce la pena en función del número de días que participan en las actividades de servicio público. Por último, estamos convirtiendo algunos centros penitenciarios temporales en prisiones abiertas para ayudar a aliviar la presión sobre los ya existentes. Se prevé que más de 6.662 personas sean trasladadas a estas nuevas prisiones abiertas.
En los últimos dos años, el Departamento Penitenciario ha cambiado su enfoque principal, pasando del castigo y la estigmatización a la mejora de la calidad de vida y la ampliación de las oportunidades para las personas encarceladas.
¿Cómo ha evolucionado el enfoque de Tailandia en materia de rehabilitación penitenciaria en los últimos años y qué principios u objetivos están marcando la dirección de los esfuerzos futuros?
SP: En los últimos dos años, el Departamento Penitenciario ha cambiado su enfoque principal, pasando del castigo y la estigmatización a la mejora de la calidad de vida y la ampliación de las oportunidades para las personas encarceladas.
Este cambio ha sido impulsado por una serie de iniciativas diseñadas para replantear el papel de las prisiones, no solo como lugares de reclusión, sino como prisiones inteligentes modernas y con visión de futuro que se adaptan al desarrollo de la sociedad. La estrategia hace hincapié en la reforma del comportamiento basada en la compasión, con el apoyo de los sectores público y privado para promover el tratamiento, la rehabilitación, la atención de la salud física y mental y la planificación del futuro.
Una parte fundamental de este enfoque es la clasificación de las personas encarceladas. Esto incluye la separación entre quienes están en prisión preventiva y quienes ya han sido condenados, así como el desarrollo de programas de rehabilitación individualizados, basados en las causas subyacentes del delito de cada persona. Estos esfuerzos integrales tienen por objeto apoyar la reintegración exitosa en la sociedad y contribuir a reducir la reincidencia.
Además, el uso de modelos de empresa social ofrece una vía clara para la formación profesional, la inserción laboral y las oportunidades de empleo tras la puesta en libertad.
¿Qué papel desempeñan la educación y la formación profesional
en la estrategia de rehabilitación de Tailandia? ¿Qué iniciativas
o programas actualmente en vigor en el sistema penitenciario
tailandés destacaría?
SP: El Departamento concede gran importancia a que las personas encarceladas tengan acceso a la educación y la formación profesional, con el objetivo de ayudarlas a convertirse en una fuerza positiva para el desarrollo nacional.
En 2025 se introdujo una nueva política educativa para garantizar que todo el mundo tenga la oportunidad de aprender en cualquier momento y en cualquier lugar. Esta iniciativa se llevó a cabo en colaboración con el Departamento de Promoción del Aprendizaje (DLP por sus siglas en inglés), que desempeña un papel fundamental en el desarrollo de planes de estudios que permiten que los créditos de aprendizaje se contabilicen para el Plan de Estudios Básico No Formal de 2008, especialmente adaptado a las necesidades de las personas reclusas. Este enfoque contribuye a acortar el tiempo necesario para completar los estudios y facilita la obtención de titulaciones reconocidas. Además, el DLP ha aprobado el plan de estudios de desarrollo conductual del Departamento de Penitenciario, que puede cursarse como asignatura optativa y se está probando actualmente en 13 centros penitenciarios.
En el ámbito de la formación profesional, se ha puesto en marcha una política que exige a los diez distritos regionales establecer centros penitenciarios que también funcionen como centros certificados de evaluación de competencias, de conformidad con las normas del Ministerio de Trabajo. También se ha adoptado la filosofía de la economía de suficiencia como principio rector para ayudar a las personas a reconstruir sus vidas tras su puesta en libertad.
JT: En febrero de 2025, Bangkok acogió la Conferencia sobre las Mujeres en el Sistema Penitenciario, que marcó el 15º aniversario de las Reglas de Bangkok de las Naciones Unidas. El evento puso de relieve los avances y los retos actuales en la aplicación de políticas sensibles al género para las mujeres en prisión.
¿Qué progresos se han realizado en este ámbito y qué planes hay para seguir mejorando el trato y la rehabilitación de las mujeres detenidas?
SP: En 2011, el Departamento de Penitenciario adoptó oficialmente las Reglas de Bangkok para promover el trato humano de las mujeres detenidas, a lo largo de todo el proceso penitenciario, desde su ingreso hasta la preparación para la puesta en libertad.
Para apoyar su aplicación efectiva, el Departamento utiliza el Índice de Aplicación elaborado por Penal Reform International (PRI), que ha sido traducido y adaptado por el Instituto de Justicia de Tailandia . Este índice, junto con una versión concisa del manual de las Reglas de Bangkok, ofrece al personal penitenciario una orientación clara sobre los principios y normas que deben seguir en la práctica.
El marco de aplicación abarca nueve ámbitos clave: política penitenciaria; procedimientos de admisión y registro; normas de higiene; medidas de seguridad; mantenimiento del contacto con el mundo exterior; clasificación y trato individualizado; gestión de grupos específicos, como los extranjeros, las minorías étnicas y los detenidos en prisión preventiva; atención a las mujeres embarazadas, las madres lactantes y las que tienen hijos; y apoyo a la reintegración tras la puesta en libertad.
En la actualidad, 107 prisiones e instituciones penitenciarias que albergan a mujeres han adoptado y puesto en práctica las Reglas de Bangkok.
Un principio fundamental de estas reglas es la no discriminación, que hace hincapié en que atender las necesidades específicas de las mujeres y proporcionarles una rehabilitación específica no equivale a un trato desigual. La mayoría de los centros penitenciarios se diseñaron originalmente para hombres y, a menudo, no se adaptan a las diferentes necesidades físicas, psicológicas y sociales de las mujeres. Pasar por alto estas diferencias puede dar lugar a que se niegue a las mujeres una rehabilitación justa y eficaz, lo que refuerza las desigualdades existentes.
El Departamento Penitenciario también presta especial atención a las políticas sensibles al género para las mujeres detenidas, garantizando un trato justo y equitativo a las personas de todas las orientaciones sexuales e identidades de género (LGBTIQ+). La igualdad de trato y la no discriminación son valores fundamentales, con el compromiso de tratar a todas las personas detenidas con justicia, dignidad y respeto por sus derechos humanos. Las prácticas penitenciarias se aplican en función del género autoidentificado, y no únicamente del sexo biológico, incluso en cuestiones como el alojamiento, la vestimenta, las formas de tratamiento y el acceso a la atención sanitaria y el apoyo.
Reconociendo la mayor vulnerabilidad de las personas LGBTIQ+ al acoso y los abusos sexuales, hemos introducido medidas de protección, como un alojamiento seguro y adecuado, garantizando que los registros corporales sean realizados por personal del mismo género y facilitando el acceso a la atención de salud mental y al asesoramiento.
En consonancia con las normas internacionales, hemos formulado un enfoque estratégico para mejorar la atención y la rehabilitación de las mujeres detenidas. Esto incluye el fortalecimiento de los programas de formación profesional que se ajustan a las necesidades del mercado laboral y la introducción de la tecnología en la educación para ayudar a desarrollar las competencias digitales necesarias para la reintegración tras la puesta en libertad. En materia de atención sanitaria, las personas con identidades de género diferentes pueden tener necesidades específicas, como el acceso a la terapia hormonal y al apoyo en materia de salud mental. En el caso de las mujeres embarazadas detenidas, utilizamos la tecnología en sesiones de formación sobre el cuidado de los hijos, que abarcan desde la atención prenatal hasta la posnatal. Las mujeres con hijos también reciben información sobre los derechos de estos, para que puedan acceder al apoyo disponible durante el encarcelamiento.
En resumen, la mejora de la atención y el trato de las mujeres detenidas debe basarse en el respeto de la dignidad humana, el compromiso con la no discriminación y la atención a las necesidades individuales. Esto contribuye a garantizar que puedan vivir con seguridad y con una calidad de vida digna, al tiempo que se preparan para una reinserción exitosa en la sociedad.
JT: Tailandia también acogió la Conferencia sobre Tecnología Penitenciaria (CTC) de 2025, en la que destacó su compromiso con la integración de soluciones digitales en el ámbito penitenciario, incluidas herramientas para la educación, la telemedicina y la gestión de casos.
¿Cómo ha influido la participación de Tailandia en estos foros mundiales en sus propias políticas e innovaciones en la práctica penitenciaria?
SP: Fue un honor para nosotros coorganizar la CTC 2025 junto con la Asociación Internacional de Correccionales y Prisiones (ICPA), y valoramos sinceramente la colaboración y el intercambio de conocimientos que ha permitido.
Participar en foros mundiales como este nos permite estar a la vanguardia de la innovación penitenciaria. Aprender de nuestros homólogos internacionales nos ha ayudado a acelerar la adopción de tecnologías que están transformando la gestión de las prisiones, como la gestión digital de casos, el aprendizaje electrónico y la telemedicina.
La tecnología desempeña un papel fundamental para hacer que las prisiones sean más seguras, apoyar la rehabilitación de las personas encarceladas y mejorar el entorno de trabajo del personal. Aumenta la transparencia y la eficiencia operativa, y permite planes de rehabilitación más personalizados. En última instancia, nos ayuda a construir un sistema penitenciario que no solo garantiza la seguridad, sino que también apoya la reintegración a largo plazo y contribuye a una sociedad más segura.
Actualmente, el Departamento Penitenciario está implementando su iniciativa «Prisión Inteligente» en 33 centros penitenciarios principales, centrada en cuatro áreas clave: seguridad penitenciaria, gestión de la población reclusa, apoyo a la rehabilitación y mejora del rendimiento del personal.
Se están introduciendo sistemas integrados, como vigilancia basada en inteligencia artificial, reconocimiento biométrico, pulseras inteligentes y quioscos de autoservicio, para reforzar el control operativo, salvaguardar los derechos humanos y mejorar la prestación de servicios con una plantilla limitada.
La participación en la CTC ha reafirmado nuestro compromiso con la transformación digital en el ámbito penitenciario, y esperamos seguir colaborando con la ICPA y nuestros socios globales para impulsar un progreso sostenible.
Sahakarn Petchnarin
Director General del Departamento Penitenciario de Tailandia
Sahakarn Petchnarin es el director general del Departamento Penitenciario, responsable de supervisar el sistema y las políticas penitenciarias del país. Anteriormente, ocupó el cargo de director general del Departamento de Observación y Protección de Menores, donde hizo hincapié en la rehabilitación de los delincuentes juveniles.
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