Durante el último cuarto de siglo, en mi tiempo trabajando en justicia penal y con sistemas penitenciarios, he tenido el privilegio de presenciar la tremenda evolución en el rol de los líderes penitenciarios en diferentes países y partes del mundo.
Más allá de las responsabilidades tradicionales de mantener el orden y la seguridad dentro de los muros de la prisión o de crear condiciones para proporcionar algún nivel de servicios de rehabilitación, los complejos desafíos que enfrentan los servicios penitenciarios han llevado a enfoques más holísticos, innovadores y colaborativos.
Sus líderes han sido desafiados a mirar más allá de los límites de sus sistemas e instituciones y a involucrarse activamente con otras agencias, legisladores y la comunidad en general, esforzándose no solo por reformar el sistema carcelario sino también por transformar las actitudes y enfoques de la sociedad hacia el crimen y la rehabilitación.
Independientemente de las prioridades de su agenda actual, ya sea que se enfoque en reducir el hacinamiento, superar las limitaciones de recursos, aumentar las oportunidades de rehabilitación y su efectividad, fomentar la desistencia y reducir la reincidencia, garantizar el cumplimiento de los requisitos de derechos humanos y proporcionar condiciones de detención decentes, adherirse a los nuevos cambios legislativos, preparar a su equipo para el futuro o explorar cómo la tecnología y los datos pueden apoyar sus planes de transformación, el modelo tradicional de gestión penitenciaria aislada, que aún está presente en algunas jurisdicciones, ya no es viable.
Las causas profundas del comportamiento criminal se encuentran mucho más allá de los muros de las instalaciones penitenciarias, arraigadas en disparidades socioeconómicas, problemas de salud mental e, incluso hoy en día, en injusticias sistémicas. Para abordar estos problemas subyacentes, debe estar preparado para impulsar la conversación con agencias anteriores como los servicios sociales, proveedores de atención médica, instituciones educativas y organizaciones comunitarias.
También debe estar dispuesto a promover la colaboración con agencias ulteriores para apoyar a los reclusos mientras hacen la transición de regreso a la sociedad, enfocándote en la asistencia para la vivienda, el apoyo en salud mental, la capacitación laboral y las redes de apoyo continuo que son componentes vitales para una reintegración exitosa.
El cambio duradero requiere un compromiso activo con los legisladores para abogar por reformas. Como líder en este sector, debe utilizar tus perspectivas y experiencias únicas no solo para promover colaboraciones antes y después y para involucrarse con la comunidad, sino también para influir en el desarrollo de políticas.
Sus conocimientos, sobre lo que funciona y lo que no, ayudan a dar forma a políticas que son tanto prácticas como efectivas. Al defender prácticas basadas en evidencia y modelos exitosos desarrollados por su organización o importados de otras jurisdicciones, usted puede impulsar reformas significativas que beneficien a los individuos y a la sociedad.
En esta edición de la Revista JUSTICE TRENDS, le traemos entrevistas con líderes penitenciarios, casos y artículos escritos por expertos de renombre que muestran cómo se puede lograr la transformación a través de colaboraciones externas, abogando por reformas políticas, adoptando tecnologías digitales e involucrándose con la comunidad.
¿Sigue enfocándose solo en lo que ocurre dentro de la puerta?
Le deseo una buena lectura.
