¿Por qué las prisiones tardan en adoptar las nuevas tecnologías digitales? Retos y soluciones

Artículo

Tim Purcell

Las administraciones penitenciarias son lentas a la hora de adoptar nuevas tecnologías digitales por diversos motivos, entre ellos la preocupación por la seguridad, los presupuestos limitados y la resistencia al cambio. Las prisiones deben dar prioridad a la seguridad por encima de todo, y la introducción de nuevas tecnologías puede comprometer este esfuerzo si no se examinan, prueban y aplican cuidadosamente.

Por ejemplo, permitir a los reclusos el acceso a Internet o a las redes sociales puede dar lugar a fallos de seguridad o a una comunicación con el mundo exterior que comprometa la seguridad de la prisión y del público. Para resolver estos problemas, las prisiones pueden adoptar tecnologías digitales diseñadas específicamente para entornos seguros y controlados. Las consideraciones físicas y de seguridad deben abordarse a través de varias tecnologías distintas y temas operativos clave.

Deben establecerse medidas de seguridad para impedir el acceso no autorizado a la red y garantizar que los reclusos no la utilicen para realizar actividades ilícitas. Además, deben elaborarse políticas y procedimientos adecuados para regular el uso de la red, y el personal debe recibir formación para utilizar la tecnología de forma eficaz y segura.

Otro reto reside en la inversión. Las prisiones tienen recursos limitados, y las tecnologías digitales pueden ser caras de implantar y mantener. Para superar este reto, las prisiones pueden buscar alianzas con empresas tecnológicas u organismos gubernamentales que ofrezcan financiación apoyo a las iniciativas digitales.

Además, las prisiones pueden dar prioridad a la adopción de tecnologías que supongan un ahorro de costes a largo plazo, como sistemas de iluminación y calefacción, ventilación y aire acondicionado energéticamente eficientes, o sistemas de registro sin papel.

Los retos también son mayores en las instalaciones existentes que en una prisión de nueva construcción. En una prisión existente, resulta problemático introducir nuevas tecnologías que dependan de la conexión en red, ya sea cableada o inalámbrica.

Mientras que en una prisión nueva la infraestructura de red se incorpora al plan de construcción, la adaptación de la infraestructura de red a un entorno penitenciario operativo existente puede resultar compleja, costosa y perturbadora.

La resistencia al cambio es otro obstáculo al que se enfrentan las prisiones a la hora de adoptar nuevas tecnologías digitales. Muchos funcionarios y administradores de prisiones están acostumbrados a los métodos tradicionales y pueden resistirse al proceso de adaptación necesario para trabajar con nuevas herramientas y aplicar nuevos procedimientos.

Para hacer frente a este reto, las prisiones pueden proporcionar formación y educación al personal y a los reclusos para asegurarse de que comprenden las ventajas y el uso adecuado de las nuevas tecnologías. Además, las prisiones pueden implicar al personal y a los reclusos en el proceso de toma de decisiones, permitiéndoles hacer aportaciones y comentarios sobre las soluciones que se están considerando.

En conclusión, las prisiones se enfrentan a una serie de retos a la hora de adoptar las nuevas tecnologías digitales; sin embargo, varias soluciones pueden ayudar a las prisiones a superar estos obstáculos.

Permitir un flujo de información entre dominios y pensar en las prisiones sin segmentación llevará a crear operaciones armoniosas, capacitando y cualificando al personal al tiempo que se crea un uso eficaz del tiempo. Por último, al no tener que desplegar sistemas duplicados, los sistemas tecnológicos serán más fáciles de construir, mantener y soportar. También se reducirán los costes de despliegue y se crearán respuestas eficaces a los nuevos retos.

Al dar prioridad a la seguridad, buscar alianzas y hacer frente a la resistencia al cambio mediante la formación y la educación, las prisiones pueden aprovechar las ventajas de las tecnologías digitales al tiempo que garantizan la seguridad del personal, los reclusos y el público.

Sir Tim Purcell es el Director de Core Systems en Australasia y cuenta con más de 30 años de experiencia corporativa internacional en gestión empresarial, desarrollo de software, sistemas de seguridad y consultoría e implantación de soluciones operativas. En los últimos años ha trabajado para ofrecer soluciones operativas y para reclusos en las mayores prisiones de Australia.
Tim se centra en mejorar los resultados para todas las partes interesadas, pero sobre todo en lograr resultados para los reclusos durante su encarcelamiento y su regreso a la comunidad para ayudar a reducir la reincidencia. Su experiencia en la construcción de prisiones y en el trabajo con operadores penitenciarios le proporciona un conjunto único de habilidades que le da una perspectiva única en el logro de resultados reales. 

Publicidad

Gustar/ Compartir:
More stories
La Policía Penal como piedra angular de la estrategia carcelaria de Río de Janeiro