Malasia adopta un enfoque holístico para rehabilitar a los delincuentes extremistas violentos

Entrevista

Nordin Muhamad

Comisario General de Prisiones, Malasia

En esta entrevista, el Comisario General de Prisiones de Malasia se refiere a los retos y logros recientes del Departamento. Un tema destacado de la nuestra conversación es el enfoque integral de la rehabilitación de los presos extremistas violentos, especialmente los combatientes terroristas extranjeros.

¿Podría darnos una idea de la situación actual del sistema penitenciario malasio y exponer sus retos más acuciantes?

NM: Con respecto a las normas mundiales, la eficacia de nuestro Departamento se evalúa a través de los índices de reincidencia. En Malasia, la reincidencia se refiere al reciente encarcelamiento de individuos que vuelven a cometer delitos en los tres años posteriores a su puesta en libertad.

La tasa de reincidencia ha sido preocupante, alcanzando el 18,6% en el año 2022.

Este problema se encuentra vinculado a retos como el avance, los riesgos para la seguridad, el aumento de los costes administrativos de la gestión de los reclusos y las posibles pérdidas de los programas de rehabilitación. Para hacer frente a este reto, el Departamento ha establecido objetivos ambiciosos para la próxima década, con el fin de reducir la reincidencia al 10%. Esta reducción se logrará enfocándose en la puesta en marcha del Centro de Desarrollo de la Cultura Humana Civilizada (CHCDC) y la potenciación de los correccionales comunitarios, así como el refuerzo de los esfuerzos de rehabilitación basados en la comunidad.

¿Cuál es su visión y estrategia para lograr un entorno penitenciario más rehabilitador en el país?

NM: Nos estimula una perspectiva más amplia de la creación de una Malasia mejor y abordar los retos a los que se enfrenta su población. Este compromiso está fundamentado en el concepto de Malasia Madani, que se alinea con los esfuerzos del gobierno por mejorar la nación.

El concepto Madani, representado por el acrónimo SCRIPT (Sostenibilidad, Cuidado y Compasión, Respeto, Innovación, Prosperidad y Confianza), tiene como objetivo inculcar una nueva cultura, mentalidad y sentido común basados en valores. Este planteamiento pretende dar un nuevo impulso al programa de reformas de Malasia. Para alcanzar estos objetivos, se han implementado dos estrategias principales.

El Civilised Humane Culture Development Centre (CHCDC) es una iniciativa que promueve la autogestión de los reclusos, elimina la mentalidad delictiva y anima al personal, a los reclusos y a la comunidad a comprometerse con un proceso de rehabilitación integral. Los valores fundamentales del CHCDC, abreviados HUMANE (Humane, United, Merciful, Altruistic, Nurturing, Equitable), conforman la base de su plan estratégico.

El CHCDC se ha desarrollado siguiendo la Ley de Prisiones de 1995, el Reglamento de Prisiones de 2000 y las Reglas Nelson Mandela. Esto garantiza que se aborden los derechos fundamentales de los reclusos, como su bienestar, su desarrollo de competencias, su educación, sus relaciones con el mundo exterior y la participación de las partes interesadas.

En última instancia, el CHCDC pretende crear una nueva cultura dentro de las prisiones, en consonancia con el tercer objetivo de nuestro Departamento, que es garantizar la seguridad de la comunidad evitando que los reclusos se conviertan en “futuras víctimas”. Esta perspectiva hace hincapié en que toda la comunidad puede verse perjurada si no se pueden controlar las actividades delictivas y no se altera la mentalidad de los delincuentes. También pretende crear un entorno penitenciario saludable que fomente las buenas prácticas ciudadanas, preparando a los reclusos para convertirse en ciudadanos productivos y responsables después de su puesta en libertad.

Además, el CHCDC ayuda al personal penitenciario a mantener un alto nivel de profesionalidad, que es necesario para realizar su trabajo con humanidad y respeto por los demás.

Nuestra otra estrategia es mejorar las correccionales comunitarias. El objetivo, en este caso, es que dos tercios de los reclusos que cumplan con los requisitos sean transferidos a supervisión en la comunidad para 2030.

Esto es parte de nuestro Programa de Rehabilitación Comunitaria, que busca promover la justicia restaurativa frente a la punitiva en nuestro sistema. Esta iniciativa tiene como objetivo principal ofrecer a los reclusos segundas oportunidades y facilitar su reinserción en la sociedad. Hemos estado aplicando y ampliando rápidamente los programas de rehabilitación comunitaria, que incluyeron la introducción de la libertad condicional en 2008, seguida de diversas alternativas al encarcelamiento, como los centros de reinserción social (2009), la Orden de Asistencia Obligatoria (2010), el Programa de Reintegración Comunitaria (2011), la Libertad Anticipada (2012), el Programa de Prácticas Corporativas Inteligentes (2016), el Programa de Rehabilitación Industrial Comunitaria (2019), la Libertad con Licencia (2020) y el Programa de Colocación, Empleo e Ingresos (2022).

En particular, nuestro Centro Penitenciario Comunitario, integrante del Programa de Rehabilitación Industrial Comunitaria, ofrece alojamiento especializado y agradable a los reclusos que se encuentran presentes para adquirir conocimientos industriales. Los internos de este centro desempeñan sus funciones en un ambiente abierto donde pueden moverse libremente, reciben un salario mínimo (de 1.500 RM), tienen seguro y pueden ver en persona a sus familiares y amigos registrados.

Asimismo, estamos colaborando con la judicatura y la Fiscalía de Medidas No Privativas de la Libertad con el fin de explorar alternativas como la libertad condicional, la libertad condicional diurna, la suspensión de la pena, el aplazamiento de la pena y el arresto domiciliario para alcanzar nuestro objetivo de 2030. Y lo que es más importante, nuestras estrategias se centran en valorar la vida de cada recluso dentro de la comunidad más amplia, además de los muros de la prisión.

¿Cuales son las estrategias que ha empleado su Departamento para abordar la rehabilitación y reinserción de reclusos extremistas radicales o violentos?

NM: Malasia se enfrenta a complejos retos relacionados con el retorno de combatientes terroristas extranjeros (FTF), especialmente los asociados con el Estado Islámico (EI). Aprovechando nuestra experiencia en la gestión de detenidos militantes y radicales en virtud de la implementación de las Leyes de Seguridad Interior (ISA) de 1960, nuestro Departamento ha elaborado un programa integral de rehabilitación que se enfoca en los conocimientos religiosos islámicos (intervenciones teológicas) como requisito fundamental para desvincularse de las ideologías radicales. Hemos colaborado con la Real Policía de Malasia para recopilar información vital sobre la participación de los reclusos en actividades extremistas radicales/violentas. Las entrevistas preliminares sobre su ingreso han demostrado que muchos de estos individuos tienen una comprensión limitada de los conocimientos religiosos, aunque propugnan el Islam como base de sus actividades extremistas violentas y terroristas.

Con el fin de asistir a nuestros programas de rehabilitación, el Departamento de Prisiones de Malasia emplea diversos enfoques. En primer lugar, usamos pruebas psicométricas como nuestra herramienta interna “Conócete a ti mismo, conoce a los demás” (KYKO), para evaluar comportamientos de los reclusos como la violencia, la simulación, la mentira, las autolesiones y otros. KYKO nos ayuda a adaptarnos a su área interna, a tomar medidas de seguridad, a restaurar, a planificar tratamiento y a tomar decisiones sobre libertad condicional.

Además, utilizamos herramientas de biorretroalimentación, como la biorretroalimentación de la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC), en centros penitenciarios como parte de las intervenciones terapéuticas. Estas herramientas evidencian la variabilidad de la frecuencia cardiaca y proporcionan retroalimentación para asistir a los reclusos a regular sus respuestas fisiológicas al estrés, fomentando la relajación y el autocontrol emocional. Se integran las herramientas de biorretroalimentación tanto en sesiones de terapia individual como en grupo, en programas de gestión del estrés y la ira o en programas de tratamiento del abuso de sustancias.

Además, se convoca una reunión mensual en la que participará un comité especial de evaluación de la sede central de la prisión, las instituciones penitenciarias, la Real Policía de Malasia y el Ministerio del Interior para supervisar los progresos de la rehabilitación. Estos progresos se presentarán posteriormente al Consejo de Prevención del Terrorismo para su evaluación.

En última instancia, la reintroducción de los reclusos extremistas radicales/violentos es un proceso destinado a aportarlos con éxito en la comunidad en general una vez cumplidas sus condenas. El éxito en este contexto significa que los delincuentes permanezcan libres de delitos y se asimilen a la sociedad con actitudes y comportamientos positivos y prosociales.

Muchos de estos individuos tienen una comprensión limitada de los conocimientos religiosos, aunque propugnan el Islam como base de sus actividades extremistas violentas y terroristas.

n su mensaje en la Reunión de Dirigentes de Instituciones Penitenciarias de Malasia, celebrada el 10 de octubre de 2023, Nordin Muhamad reforzó el compromiso del Departamento de reforzar los esfuerzos de rehabilitación y reinserción. © Malaysia Prisons Department

¿Cuáles son las medidas e iniciativas implementadas para hacer frente al reto de la radicalización y el extremismo violento en las prisiones?

NM: Nuestra principal iniciativa es el Programa de Desarrollo Humano (PDH), un programa de rehabilitación fundamental e integral que se centra en el desarrollo de actitudes, aptitudes, conocimientos y espiritualidad, y que se aplica en fases.

Dirigido específicamente a reclusos radicales, contamos con el Programa Integrado de Rehabilitación de Terroristas, basado en nuestra Ley de Prevención del Terrorismo de 2015. Este programa se aplica durante un periodo de 24 meses en estrecha colaboración con los organismos pertinentes, tales como el Ministerio del Interior, la Policía Real de Malasia y el Departamento de Desarrollo Islámico.

Desde el principio, todos los reclusos deben cumplir con un periodo de inducción de hasta 14 días para asegurar una transición controlada al entorno penitenciario.

Posteriormente, se inicia la Fase 1, que dura seis meses y se centra en la adaptación a la vida en prisión. Durante esta fase, los reclusos reciben asesoramiento y clases de religión impartidas por consejeros profesionales y clérigos religiosos. Esto es el primer paso para desvincularlos de las ideologías extremistas.

Sigue la Fase 2, que dura otros seis meses, y se centra en el “Refuerzo de la Personalidad” con la ayuda de expertos en desradicalización que trabajan para extirpar y deshacer creencias extremistas muy arraigadas. La Fase 3 prosigue el trabajo de la Fase 2 durante otros seis meses, recalcando el proceso de promoción de la moderación religiosa. Durante esta fase persiste la participación de expertos en desradicalización procedentes de diferentes ámbitos (profesores, psicólogos, agentes del orden y ONG).

Por último, la fase 4 está dedicada a la preliberación y la reinserción, en la que se prepara a los reclusos para regresar a la sociedad. Reciben formación en habilidades para la vida cotidiana y se establece un compromiso activo entre los funcionarios de rehabilitación, los reclusos y sus familias.

Además, nos hemos asociado con universidades locales para impartir formación profesional en diversas áreas, como agricultura urbana, tratamiento de suelos, cultivo de durianes, cultivo de palma aceitera, piscicultura de agua dulce, gestión ganadera, producción de miel sin aguijón y planificación empresarial. Estas asociaciones pretenden dar a los reclusos radicales conocimientos profesionales que faciliten su reinserción.

Seguimos firmes en nuestro compromiso con la rehabilitación de los delincuentes. Ni uno solo de los reclusos radicales detenidos en virtud de la Ley de Prevención del Terrorismo de 2015 ha participado en actividades extremistas ni ha regresado a prisión.

¿Qué más podría decirnos sobre la rehabilitación de delincuentes radicales/extremistas bajo custodia del Departamento de Prisiones de Malasia?

NM: Nuestro Departamento se dedica a optimizar la gestión y la eficacia de los programas de rehabilitación en los centros penitenciarios. Sin embargo, en nuestra búsqueda de este objetivo, nos encontramos con una serie de retos que nos muestran la complejidad de nuestra misión. Uno de estos retos es la reticencia inicial de algunos reclusos a participar en programas de rehabilitación.

No obstante, con el transcurso del tiempo, numerosos individuos logran reconocer los provechos iniciales, especialmente en el ámbito de su comprensión de las enseñanzas y valores islámicos.

Otro obstáculo importante radica en la falta de apoyo de ciertos miembros de la familia, que pueden desalentar activamente el proceso de rehabilitación.

Además, cabe asegurar que nuestro personal penitenciario posee la competencia necesaria para impartir eficazmente clases de contranarrativa y religión sigue siendo una tarea crucial. El éxito de nuestros esfuerzos de rehabilitación depende de las aptitudes y capacidades de nuestros funcionarios para orientar e instruir a los reclusos.

Aunque nos enfrentamos a estos retos, mantenemos nuestro firme compromiso con la rehabilitación de los delincuentes.

Esta dedicación se ve subrayada por estadísticas convincentes, ya que ni uno solo de los reclusos radicales detenidos en virtud de la Ley de Prevención del Terrorismo (POTA) de 2015, que se hayan sometido al programa de rehabilitación integrada y posteriormente hayan sido puestos en libertad, se ha visto implicado en actividades extremistas o ha regresado a la prisión.

Estas personas proceden de entornos muy diversos, y algunas de ellas se han visto impulsadas a adoptar ideologías extremistas debido a factores internos, como la falta de respaldo social o las oportunidades educativas, mientras que otras habían desempeñado una carrera profesional antes de su detención.

Además de hacer especial hincapié en la intervención teológica, reconocemos que es importante tratar los factores psicológicos y sociales, que se encuentran perfectamente en nuestro enfoque holístico de la rehabilitación.

 

Nordin Muhamad

Comisario General de Prisiones, Malasia

Datuk Haji Nordin Bin Haji Muhamad comenzó su carrera en 1990 como Superintendente Adjunto y fue ascendiendo en el escalafón, desempeñando diversas funciones fundamentales, tales como la de Director Adjunto de la División de Tratamiento de Rehabilitación en 2007, Director de la División de Desarrollo Profesional en 2011, Director de la División de Gestión de Reclusos en 2016, Director de la División de Políticas en 2018 y Comisario General Adjunto de Prisiones en 2020. Desde marzo de 2021, ocupa el cargo de Comisario General de Prisiones. Ha sido miembro activo y ponente en actos organizados por la Asociación Internacional de Correccionales y Prisiones y la Conferencia de Administradores Penitenciarios de Asia y el Pacífico.

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