Doug Dretke

Capacitación en liderazgo como base para la excelencia en gestión penitenciaria

Entrevista

Douglas Dretke

Director ejecutivo, Instituto de Gestión Penitenciaria de Texas, Universidad Estatal Sam Houston, Estados Unidos de América

En esta entrevista, el Director Ejecutivo del Instituto de Gestión Penitenciaria de Texas nos cuenta sobre su trabajo a nivel local, estatal, nacional e incluso más allá de las fronteras de los EE.UU., en países del Caribe, América Latina y África, por ejemplo.
Una vez que los graduados universitarios ejercen como profesionales de la justicia penal sobre el terreno, el Instituto continúa con su capacitación y educación. El CMIT ha contribuido al desarrollo profesional de miles de profesionales correccionales. Los programas de formación del CMIT buscan marcar la diferencia fomentando el liderazgo transformador.

¿Qué es el Instituto de Gestión Penitenciaria (Correctional Management Institute) de Texas (CMIT), y cuál es su misión?

DD: El Instituto de Gestión Penitenciaria de Texas está adscrito al Centro de Justicia Penal de la Universidad Estatal Sam Houston. Con más de 50 años de historia, ha evolucionado centrándose en cuatro pilares: formación continua, investigación, asistencia técnica y formación profesional/continua.

En particular, desarrolla e imparte programas de formación profesional y sobre aspectos específicos, además de conferencias para profesionales de la justicia penal que actúan en el vasto espectro penitenciario.
Incluye la libertad provisional de jóvenes y adultos, la encarcelación preventiva (las denominadas «jails», en los Estados Unidos) y la encarcelación posterior a la sentencia, o sea las prisiones del estado.

Desarrollamos e impartimos muchos y diversos programas, normalmente enfocados al liderazgo, que mejoran la profesionalidad; buscando maximizar los resultados de nuestros sistemas penitenciarios y de justicia penal.
Una vez que los graduados ejercen como profesionales de la justicia penal en el ámbito penitenciario, nuestro Instituto continúa ofreciéndoles oportunidades para el desarrollo profesional en las especialidades respectivas, en particular cuando empiezan a asumir funciones de liderazgo.

En lo que se refiere a grupos objetivo, primero nos centramos en los profesionales de aquí, de Texas. Ofrecemos una serie de programas de liderazgo para supervisores, nuestros nuevos directores de libertad condicional y nuestros administradores y superintendentes de cárceles. Además, impartimos un sustancioso número de programas a nivel nacional. Dos veces al año, ofrecemos un programa para alcaides (responsables de la gestión y la dirección de las instalaciones de la prisión) en colaboración con la Asociación Estadounidense de Alcaides y Superintendentes.

Además, colaboramos con la American Jail Association (Asociación Estadounidense de Cárceles) para impartir el primer programa de liderazgo en prisión preventiva en los Estados Unidos. Este programa se desarrolló e impartió cuatro veces al año en el campus.

Además, ofrecemos diversas conferencias sobre muchas de las dificultades más específicas a las que nos enfrentamos en el sector de la justicia penal/penitenciario, incluida la de trabajar con personas que sufren trastornos psíquicos. También organizamos una conferencia anual centrada en las mujeres que trabajan en organismos penitenciarios y que ejercen funciones de liderazgo. Ofrecemos, además, conferencias sobre la gestión de pandillas y la tremendamente difícil dinámica del consumo y abuso de sustancias estupefacientes por personas que tenemos en custodia y en supervisión. Muchos participantes proceden de Texas, pero muchos otros proceden de otros Estados de la nación.

Finalmente, tenemos el gran honor de impartir un programa internacional de liderazgo para ejecutivos en colaboración con el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Empecé en un sistema descendente, paramilitar y altamente jerarquizado. Si recibíamos una instrucción o una orden no la cuestionábamos. Hoy el liderazgo debe tener mucha más capacidad de respuesta y ser inclusivo, lo que lo hace increíblemente fuerte y rico.

¿Cómo se desarrollan los programas de liderazgo del CMIT? ¿Se
adaptan según las necesidades?

DD: Todos nuestros programas evolucionan continuamente. Todavía trabajaba en el sistema de prisiones cuando el Instituto desarrolló por primera vez un programa de liderazgo dirigido a funciones de supervisión de rango medio en los centros penitenciarios. El Instituto creó este programa no solo con su cuerpo docente sino también con algunos de los que ocupábamos cargos ejecutivos.

Durante los últimos quince años, hemos ido modificando el programa basándonos en las evaluaciones de los participantes y en nuestros grupos asesores.

Vemos nuestro currículo y constantemente identificamos áreas para afinar el foco y así mantener el programa actualizado. Además, la literatura sobre el liderazgo continúa evolucionando en lo que se refiere a cómo debe ser el liderazgo efectivo para maximizar el rendimiento del personal.

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CMIT está comprometido con la mejora del sector penitenciario, en particular, a través de la formación. www.cmitonline.org

¿Cómo estiman el impacto que los programas de formación
impartidos por el CMIT tienen sobre el terreno y en la práctica para
los profesionales asistentes?

DD: Confiamos profundamente en las evaluaciones de los propios participantes. Con ellas obtenemos conocimiento sobre qué impartimos y qué podemos hacer para ser más eficaces en la atención de las necesidades de los participantes.

En algunos de nuestros programas haremos seguimiento, un par de meses después de que los profesionales hayan vuelto a su entorno de trabajo, para obtener sus comentarios. Ahora mismo, por ejemplo, estamos llevando a cabo una evaluación amplia de nuestra Academia Nacional de Liderazgo Carcelario con uno de nuestros estudiantes de doctorado, de la Universidad.

En particular, realizamos entrevistas amplias con el liderazgo ejecutivo de los muchos y diversos organismos que enviaron participantes al programa. Nos fijamos específicamente en el desarrollo del comportamiento en el
liderazgo después de haber asistido al programa.

Además, cooperamos estrechamente con diversos grupos asesores. Recurrimos a profesionales de primera línea que representan los diferentes componentes de nuestra profesión en el ámbito penitenciario, para que se fijen en los aspectos esenciales que debe integrar cada programa.

También recurrimos a experiencia y conocimiento de todo el Estado o del país, para integrarlos en nuestra reserva docente.

Nuestros programas formativos se basan en la evidencia, el elemento principal que muestra que lo que hacemos puede marcar la diferencia.
Tenemos por objetivo principal hacer que quienes participan en nuestros programas salgan del 'liderazgo en el statu quo' y avancen hacia un liderazgo transformador.

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CMIT realizó un Foro de Liderazgo Ejecutivo para líderes penitenciarios de Colombia y Guatemala en asociación con el Departamento de Estado de los EE.UU.

 JT:  Usted ha dirigido el CMIT durante 15 años. Antes, había trabajado durante 26 años en el Departamento de Justicia Penal de Texas. Allí, usted empezó como funcionario de prisiones y ascendió al cargo de director de la División de Prisiones antes de retirarse en 2006 y venir al CMIT. Durante este período, son muchos los cambios acontecidos en el sector penitenciario.

¿Cuáles son los cambios y evolución principales acontecidos en el
sector penitenciario? ¿Y hasta qué punto el CMIT ha seguido esta evolución a lo largo de los años?

DD: Después de graduarme con una licenciatura en Justicia Penal y Criminología, y dado que ejercía en el sistema de prisiones de Texas, siempre estudié el liderazgo, no solo mientras lo observaba; también mientras iba evolucionando en mi función de liderazgo en el organismo donde ejercía. Empecé en un sistema descendente, paramilitar y altamente jerarquizado. A menudo, cualquiera que fuese el cargo que ocupásemos, si recibíamos una instrucción o una orden no la cuestionábamos. Hoy, en cambio, el liderazgo debe tener mucha más capacidad de respuesta y ser inclusivo, lo que lo hace increíblemente fuerte y rico.

Preguntándonos cómo incluimos a nuestro personal y sus voces y puntos de vista en la toma de decisiones y considerando la importancia de la investigación, devenimos pensadores críticos mucho más capaces.

Son estos factores que, además, nos hacen enormemente eficaces para la conducción de organismos penitenciarios de complejidad extrema.

A lo largo de los años, hemos asistido a movimientos y cambios sustanciales en las enseñanzas de la literatura sobre el liderazgo efectivo. Esta es la clase de cosas que intentamos integrar en los programas de liderazgo que impartimos en el Instituto de Gestión Penitenciaria de Texas.

 JT:  Sin lugar a duda, la COVID-19 ha planteado muchas dificultades, pero también ha presentado algunas oportunidades.

¿Qué adaptaciones y respuestas tuvo que desarrollar el Instituto con motivo de la crisis pandémica?

DD: Cuando la crisis empezó a superarnos y nos sacudió, tuvimos que cerrar. Muchos de nuestros programas y actividades consistentes en viajes simplemente se detuvieron. Sin embargo, cuando vimos que no duraría poco, maximizamos la capacidad de impartir programas virtualmente.

Aplicamos el método de simular aulas a través de nuestro programa virtual. Durante gran parte de la etapa pandémica, impartimos una serie entera de programas en directo, cara a cara, a través de una plataforma de conferencias en vivo. Optamos por limitar la capacidad de cada aula a veinte participantes, para que pudiéramos ver la cara, las respuestas y las reacciones de todos; y pudimos ser muy interactivos. Durante la
pandemia, también impartimos virtualmente algunos de nuestros programas internacionales. Ahora volveremos a cierto nivel de presencialidad. Sin embargo, al mismo tiempo, no renunciaremos a continuar utilizando el entorno virtual cuando sea apropiado.

Cuando vimos que la pandemia no duraría poco tiempo, maximizamos la capacidad de impartir programas virtualmente.

¿Abordan ustedes el tema de la transformación digital y cómo las
tecnologías, en general, pueden utilizarse para apoyar el liderazgo en
el conjunto del ámbito penitenciario?

DD: Muchos de nuestros programas retan a los líderes a mirar más allá, desde el punto de vista de la transformación, para ver qué deben hacer para mejorar su capacidad y habilidad y así lograr su misión y mejorar los resultados. Esto, por sí mismo, los motiva para participar en actividades que incrementarían su conocimiento sobre cómo maximizar el uso de la tecnología.

En las conferencias que organizamos invitamos a los participantes a ser miembros activos de nuestras asociaciones, como la ICPA o la ACA. Reunidos en dichas asociaciones, ven algunas de las cosas destacables que uno puede hacer mediante la tecnología.

Además, en diversos de nuestros programas, especialmente los internacionales, invitamos a los participantes a pensar en un proyecto final que acabe en un plan de acción. Y muchos de dichos proyectos se dirigen mucho al desarrollo y la mejora de la tecnología que mejoraría su sistema [penitenciario].

Desde el punto de vista de la asistencia técnica, trabajamos de modo muy activo con personas procedentes de nuestros programas para ayudarlas a construir el proyecto final y ejecutar el plan de acción.

En la Conferencia Anual ICPA 2021 (en línea), Doug Dretke moderó una sesión, antes del amanecer en su zona horaria.

Además de los programas formativos, el CMIT desempeña otras
funciones, en particular en lo que se refiere a asistencia técnica e investigación. ¿De qué modo estas actividades mejoran los centros penitenciarios de todo el Estado y de la nación?

DD: En nuestro Instituto contamos con más de cincuenta profesores que forman parte del Colegio de Justicia Penal (College of Criminal Justice). Tener un pie en el mundo de los profesionales de la justicia penal y otro
en el mundo académico nos permite cumplir una función única.

Si los profesores universitarios tienen preguntas relativas a la investigación, podemos ponerlos en contacto con los diferentes cargos de liderazgo sobre el terreno que pueden facilitarles la investigación.
Por otra parte, cuando nuestros profesionales de la justicia tienen preguntas podemos ponerlos en contacto con nuestros profesores para que se ocupen de dicha investigación.

Uno de los miembros docentes de la Universidad Estatal Sam Houston ejerce como nuestro director de investigación. Trabaja con los diferentes organismos y con nuestros otros investigadores para mejorar efectivamente la función de la investigación, para su aplicación a nuestras prácticas, políticas y procedimientos.
La asistencia técnica también puede basarse en la investigación al atender una petición de un organismo acerca de cierto nivel de investigación que podamos proporcionar. También puede ser una cuestión sobre políticas.

La asistencia técnica puede proporcionarse por diversas vías, desde investigación y consultoría a desarrollo de liderazgo. Si alguien tiene una idea o pregunta o la está explorando, podemos ayudarle, poniéndole en contacto con otros organismos [penitenciarios] que puedan haber acumulado conocimientos y experiencia al respecto. Y podemos ayudar a financiar parte de dicha interacción, tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Queremos pensar que la investigación que apoyamos tendrá impacto en nuestra profesión en el ámbito penitenciario, dondequiera que ejerzamos.

 JT:  El CMIT está trabajando con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, ofreciendo formación en liderazgo para directivos sénior y ejecutivos del sector penitenciario de diversos países.

¿Qué puede decirnos de la labor del CMIT en el extranjero?

DD: El Departamento de Estado de los Estados Unidos tenía interés en impartir formación para líderes ejecutivos y sénior en los diferentes países en los que trabajan. Dado nuestro trabajo, el Departamento de Estado nos ha sido derivado por diversas personas. Y lo vimos, rotundamente, como una oportunidad maravillosa para trabajar con colegas de todo el mundo. Nos centramos en facilitar un desarrollo del liderazgo que pueda surtir un efecto muy positivo en sus organismos, comunidades y países. El primer programa que impartimos tuvo como destinatarias diversas naciones del Caribe, y pudimos impartirlo en inglés.

En el segundo programa, en cambio, la destinataria era Colombia; y lo hicimos todo mediante interpretación simultánea. Funcionó a la perfección. A continuación, Marruecos venía aquí, pero llegó la COVID y tuvimos que impartirlo virtualmente. Ahora hemos retornado a la presencialidad con México, Colombia y, una vez más, con Guatemala.

Mientras elaboramos estos programas, cooperamos estrechamente con los países, organismos y departamentos de Estado para llevar allí nuestro currículo y hacerlo muy específico para sus necesidades. En nuestra programación tenemos mucho cuidado de no dar por hecho que sabemos qué les conviene más. Los expertos en sus organismos y países son ellos. Nuestro enfoque se centra en conceptos de liderazgo penitenciario, prácticas, prácticas recomendadas e información obtenida de nuestra investigación acerca de cómo maximizar resultados. A continuación, mediante nuestras interacciones, retamos a los participantes a pensar de qué modo esto sería aplicable en sus organismos, contexto y cultura.

Ahora ha empezado el retorno a la presencialidad. Queremos mantener el programa y combinar la presencialidad con la virtualidad.

Nuestro cuerpo docente está integrado por líderes del sector penitenciario de todos los Estados Unidos, que proporcionan a los participantes una experiencia única y valiosa. Antes de los programas en colaboración con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, ya habíamos tenido una importante interacción internacional. Durante muchos años, hemos interactuado con los servicios penitenciarios de la República Checa y Polonia, donde nuestro Instituto estableció un grupo de profesionales para que fuesen a visitar dichos sistemas diversos. A continuación, acogimos un grupo de profesionales de su sistema para que visitasen algunas de nuestras instituciones y participasen en debates.

En lo que se refiere a desarrollo profesional, cuanto más nos expongamos a sistemas diferentes, más conocimiento adquiriremos de los diferentes enfoques.

Y estos pueden ser muy útiles en las diferentes dificultades a las que nos enfrentamos en los centros penitenciarios y la justicia penal. En algunos de nuestros programas, incluimos sesiones con nuestros jueces para abordar diversos enfoques aplicables al ámbito de las penas comunitarias y centrarnos en alternativas al encarcelamiento.
 

Así, pues, durante muchos años he propuesto el valor de la interacción internacional desde el punto de vista del desarrollo profesional.

Douglas Dretke

Director ejecutivo, Instituto de Gestión Penitenciaria de Texas, Universidad Estatal Sam Houston, Estados Unidos de América

Douglas Dretke ha ejercido como director ejecutivo del Instituto de Gestión Penitenciaria de Texas (CMIT) durante los últimos 15 años. Además, es miembro docente adjunto de la Facultad de Justicia Penal de la Universidad Estatal Sam Houston (UESH), impartiendo Prácticas y Sistemas Penitenciarios. Antes del CMIT, ejerció durante 26 años en el Departamento de Justicia Penal de Texas, y llegó a ser director de la División de Instituciones Penitenciarias. Es miembro activo de diversas asociaciones profesionales, entre las cuales la ACA. Además, es Miembro de Junta del capítulo norteamericano de la Asociación Internacional de Prisiones (ICPA). Es bachiller en Criminología por la UESH y tiene máster en Administración Pública de la Universidad Texas A&M Corpus Christi.

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