Entrevista
Johan Bac
Director del Servicio de Libertad Condicional de los Países Bajos
JT: El Servicio de Libertad Condicional de los Países Bajos celebra su 200 aniversario y ha evolucionado considerablemente con el paso del tiempo.
¿Cómo describiría la filosofía básica y el mandato actuales del Servicio en el contexto de su papel dentro del sistema judicial y sus interacciones con otras partes interesadas?
JB: En estos dos siglos, nuestra entidad y la sociedad en general han cambiado considerablemente. Nuestros orígenes descansan en la filantropía, originalmente a través de la financiación privada, trabajando durante décadas únicamente con voluntarios, y “sólo” asistiendo y apoyando a antiguos presos, sin ningún papel formal en el sistema judicial.
Poco a poco, nos hemos ido convirtiendo en una parte cada vez más importante del sistema de justicia penal, con nuestros informes judiciales, la supervisión de servicios a la comunidad, etc. A medida que hemos ido recibiendo más financiación del gobierno, hemos ido profesionalizando nuestro trabajo, desarrollando normas de calidad, criterios de responsabilidad, métodos e intervenciones científicamente fundamentados, entre otros avances.
Nuestra visión actual es que trabajamos con las personas convictas para prevenir nuevas víctimas. Esto, en otras palabras, significa que nos centramos en el apoyo y el control de nuestros clientes, al tiempo que tenemos en cuenta los intereses de las víctimas y de la sociedad.
¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta actualmente el Servicio? ¿Cómo los está afrontando?
JB: Los retos a los que nos enfrentamos se plantean a tres niveles: social, organizativo y en nuestra práctica. Los retos sociales que veo tienen que ver con la polarización de la sociedad y el clima político general. Asistimos a un auge de líderes políticos poco preocupados por la fundamentación científica de sus visiones. Esta tendencia podría socavar los principios fundacionales de la libertad condicional y su objetivo crucial de reducir la reincidencia.
La polarización es relevante para el futuro de la libertad condicional porque perjudica a todas las instituciones esenciales para la democracia y, por tanto, supone una amenaza para el Estado de Derecho. Esto incluye a las instituciones judiciales y, por extensión, a los servicios de libertad vigilada. Además, la polarización tiene efectos negativos en la reinserción de los clientes, ya que un amplio segmento de la población tiene una imagen bastante distorsionada y negativa de los “delincuentes”, mostrando poca empatía hacia ellos.
Nuestro reto es mantenernos fieles a la entidad que llevamos siendo durante 200 años, defendiendo nuestros valores fundamentales consolidados desde hace tanto tiempo. Esto significa un compromiso sin prejuicios con nuestros clientes y nuestra misión, interconectando personas y organizaciones, y siendo los expertos decisivos en nuestro campo de trabajo. Por lo tanto, no cambiamos de dirección cada vez que sopla el viento.
Y mucho menos con este viento. La evolución de la mano de obra es uno de nuestros retos organizativos. Es difícil contratar suficientes empleados cualificados. Una vez contratados, también es todo un reto retenerlos y, al mismo tiempo, mantener sus competencias. Se trata de un problema que el Servicio de Libertad Condicional no puede resolver por sí solo. Todo el sistema judicial penal impone requisitos a la calidad de nuestros profesionales.
Otro reto en el trabajo diario con los clientes es el creciente grupo de personas que no quieren aceptar lo que ofrece el Servicio de Libertad Condicional. Hablamos, por ejemplo, de los extremistas políticos y religiosos y de los clientes a los que se suele denominar “delincuentes reincidentes”.
En los próximos años, será un gran reto para el servicio de libertad condicional atender a este grupo de forma responsable. También es una cuestión crucial, ya que supone una amenaza para la seguridad de nuestros trabajadores. Abordamos estos temas de diversas maneras en el Ministerio de Justicia y Seguridad y con nuestros socios del sistema judicial. Asimismo, proporcionamos a los políticos información pertinente en cada oportunidad que se presenta.
JT: El plan plurianual del Servicio (2022-2024) esbozaba seis puntos de acción clave, entre ellos trabajar para aumentar el apoyo de la sociedad holandesa a su trabajo, invertir en conocimiento e innovación, en particular en estrategias de libertad condicional basadas en la evidencia, y la modernización del servicio comunitario.
¿Puede explicar con más detalle las estrategias y prácticas que el Servicio ha puesto en marcha para alcanzar estos objetivos?
JB: Para empezar con el tema del apoyo social a nuestro trabajo, nos hemos implicado principalmente en el debate social sobre el castigo y la delincuencia. Este esfuerzo incluye, entre otras actividades, compartir continuamente historias sobre nuestros profesionales, clientes y los líderes de nuestra entidad.
Además, ejercemos presión política para defender los fundamentos de nuestro trabajo, promover prácticas basadas en la evidencia y defender a nuestros clientes más marginados.
Creo que muchos estarán de acuerdo conmigo cuando digo que nos hemos hecho más visibles y, en muchas ocasiones, un socio ineludible en estas discusiones. En este sentido, realizamos periódicamente estudios sobre lo que la ciudadanía holandesa, nuestros socios e, incluso, los colegas de nuestra propia entidad piensan al respecto del servicio de libertad condicional. Lo hacemos para determinar cuál es la percepción actual que tiene la ciudadanía de nosotros y para explorar de qué manera podemos actuar en el futuro para mejorarla.
Recientemente, hemos generado mucha atención en torno a las alternativas que existen al encarcelamiento, por ejemplo, promoviendo el uso de la vigilancia electrónica y los servicios a la comunidad. Muchas personalidades destacadas de la sociedad neerlandesa llevaron un dispositivo de vigilancia electrónica durante una semana e informaron al público de sus experiencias.
Nuestro segundo punto de acción es la atención al entorno de nuestros clientes. Me complace decir que el servicio de libertad condicional vuelve a estar presente en todas las instituciones penitenciarias, por lo que, juntamente con nuestros colegas de estas instituciones, podemos preparar a las personas para su vuelta a la sociedad.
A este respecto, el entorno de una persona está cada vez más vinculado a los comportamientos y acontecimientos en línea, por lo que para este fin estamos desarrollando un marco político que ofrecerá a nuestros colegas herramientas para estar cerca de las personas en libertad condicional también a través de Internet. Si bien el marco del derecho penal es y sigue siendo nuestro ámbito principal, experimentaremos con el uso de nuestro conocimiento y experiencia para otros clientes y grupos ajenos a este ámbito. Nuestro principal objetivo para ello es evitar que las personas – normalmente los jóvenes – caigan en la delincuencia.
Otro ejemplo es el programa gubernamental “Prevención con Autoridad” y, desde una perspectiva más amplia, nuestro propio programa “Trabajar fuera del marco de la justicia”. Antes he hablado de nuestra búsqueda de trabajos de probada eficacia en materia de libertad condicional. Esto se refleja principalmente en los resultados de nuestro contacto con el mundo académico. En los últimos años se han publicado un estudio sobre la supervisión eficaz y un podcast sobre el valor económico de la libertad condicional.
También hemos desarrollado un método práctico para supervisar a clientes reincidentes. Por último, me gustaría mencionar que hemos iniciado, con la colaboración de varios institutos de investigación de reconocido prestigio, un programa de investigación a largo plazo centrado en los clientes. Veo estos resultados como parte de nuestra política general de búsqueda del conocimiento y la innovación.
Miramos al futuro con la vista puesta en la mejora continua de nuestro trabajo. Que llevemos existiendo desde hace dos siglos no significa que lo tengamos todo bien ordenado.
Como anfitriones del VI Congreso Mundial sobre Libertad Condicional y Libertad Vigilada 2024, centrado en “el futuro de la libertad condicional y la libertad vigilada”, ¿cuál es su visión de ese futuro?
JB: El futuro está en nuestro pasado. En los Países Bajos, la libertad condicional comenzó con la compasión por el prójimo.
Sin embargo, la compasión rara vez ha desempeñado un papel importante en el debate público sobre la libertad condicional durante los últimos veinte años. Durante este tiempo, nuestro paradigma giró en torno a una sociedad segura y los riesgos que amenazan esta seguridad, como la delincuencia. Era como si hubiéramos perdido de vista la dimensión humana de nuestro trabajo. Intentamos sustituir este paradigma de una sociedad segura y la gestión de riesgos – al menos, parcialmente – por otro paradigma, que se construye más teniendo en cuenta la perspectiva del cliente.
Esto también significa que nos inclinamos más por trabajar para la sociedad que por formar parte del sistema de justicia penal. Y si el contacto con los clientes se convierte en una directriz importante para nuestro trabajo futuro, tenemos que pensar realmente si también queremos estar cerca a través de Internet y, en caso afirmativo, cómo podemos hacerlo.
Nuestro departamento internacional no sólo apoya a ciudadanos neerlandeses en prisiones extranjeras, sino también a muchas organizaciones de libertad condicional de todo el mundo para ayudarles en su desarrollo. Y continuaremos con esta práctica, con especial atención a la parte caribeña del Reino de los Países Bajos, Surinam, Indonesia y Ucrania.
Espero que contribuyamos así a crear una red mundial de colegas que puedan apoyarse mutuamente. Hemos promovido enérgicamente que el congreso mundial sea realmente mundial y estamos muy contentos de ver que han venido participantes de todos los continentes y de muchos países que nunca antes habían visitado el congreso.
Johan Bac
Director del Servicio de Libertad Condicional de los Países Bajos
Johan Bac es un profesional experimentado con una amplia experiencia en justicia penal. Tras completar sus estudios de Derecho y doctorarse en Criminología Juvenil, optó por una carrera relacionada con la aplicación práctica de la justicia. Bac se convirtió en fiscal, llevando casos de gran repercusión en Arnhem y Utrecht. Posteriormente, fue subdirector regional y director de la Fiscalía. En su transición al Ministerio de Justicia neerlandés, como director del Sector de Justicia Penal, Bac dirigió los esfuerzos para mejorar la colaboración entre las partes interesadas del sector de la justicia. En junio de 2018, asumió el cargo de director general del Servicio de Libertad Condicional de los Países Bajos.
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