Hacia la digitalización del sistema penitenciario español: dónde estamos y una visión de hacia dónde vamos

Artículo

Horacio Pérez Perdigó y José Suárez Tascón

“ Nada es constante, salvo el cambio.”

Esta frase,es atribuida a Heráclito de Éfeso allá por el siglo V antes de Cristo, nadie desde entonces, y menos hoy en día, se atreve a cuestionarla. El progreso que hizo que el ritmo de cambio pasara de ser aritmético a exponencial, los avances en todas las disciplinas y sectores de nuestra sociedad han sido enormes, al punto de que hoy se sostiene, por ejemplo, que nadie sabe cuáles serán los empleos más demandados en los proximos años. El cambio ha venido para quedarse, hacer mella, hacerse más importante cada día y ser el atributo más importante del progreso.
 
La institución penitenciaria no ha sido ajena a ello, de hecho, la condena basada a la estancia en un establecimiento penitenciario sin castigos físicos, el respeto a la vida y la persona condenada, es un invento también de nuestra sociedad moderna, hasta allá por el sigo XVI, efectivamente eran más comunes los castigos físicos, las condenas a trabajos contributivos y las imposiciones de multas compensatorias que la privación de libertad.
 
Es en el siglo XVI con las primeras “casas de corrección” donde se considera oficialmente la inauguración del sistema penitenciario como forma de condena mediante la privación de libertad. Desde entonces, esta institución también ha evolucionado mucho, al principio el propósito de la privación de libertad era el de la reclusión con el objetivo de invitar al interno a la reflexión sobre sus actos y ayudarle al propósito de enmienda. Pero una visión más moderna ya en siglo XIX y si me apura el lector, más cristiana, más orientada al perdón, vendría a esgrimir que si bien la reclusión por la privación de libertad debería animar al recluso a la reflexión, la obligación de la sociedad era conseguir no eso del condenado sino su reinserción social.
 
Hoy en día, en España y se puede decir que en el conjunto de los paises de nuestro entorno, el fin primordial de las penas privativas de libertad, está orientado a la reinserción social del recluso. El artículo 25.2 de la Constitución Constitución así lo establece:
 
Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orinetadas hacia la reeducación y reinserción social… El condenado a la pena de prisión gozará de los derechos fundamentales, a excepción de los expresamente limitados en la condena…”
 

Los Poderes Públicos, y el Ministerio del Interior a través de la Institución Penitenciaria, están vinculados por el mandato del artículo 25 de la Constitución y la Ley Orgánica General Penitenciaria.

Por tanto,la Institución Penitenciaria debe emplear todos los medios a su alcance para conseguir que el condenado se reinserte satisfactoriamente a la sociedad y no vuelva a delinquir, evitando volver al establecimiento que le ayudó a su reconversión. Porque invertir en programas de reinserción social con personas que han infringido la ley penal, forma parte de la estrategia de prevención del delito, facilita el retorno de los infractores a la sociedad, previene la reincidencia, y contribuye fuertemente a la seguridad pública.

La sociedad se encuentra ya desde hace más de treinta años inmersa, no en la revolución industrial sino en la sociedad de la información, que ha sido rebautizada ultimamente con un nuevo término: “digitalización” significando no otra cosa que aceleración, y es que hoy en día con la inteligencia artificial ya ni somos capaces de anticipar lo que está por llegar.

La institución Penitenciaria y los reclusos que alberga, forman parte de esa sociedad y no debe de quedar atrás en este proceso de digitalización en el que está inmerso la sociedad, no sólo no debe por motivos de eficiencia, de carestía o limitación presupuestaria, sino y que no puede, porque la resocialización del recluso hoy en día significa también su digitalización. ¡¡¡ No hay más!!!, ¡¡¡ no queda más remedio!!! Las prisiones tienen que acomodar su actuación a la dinámica de nuestros días y empujar su digitalización.

La Institución Penitenciaria en España así lo entiende. Son muchos los aspectos de la digitalización del recluso que se pueden abordar. En este artículo vamos a abordar varios de ellos.

La digitalización debe permitir al recluso relacionarse digitalmente con los demás, de manera telemática. Hasta hace pocos años la única herramienta telemática de que disponía el recluso era el teléfono para contactar con sus familiares y amigos o con los estamentos necesarios: abogados, consulados, etc. A su vez, la Administración disponía de sistemas tradicionales de video conferencia por RDSI para conseguir que el recluso hablara con sede judicial sin abandonar el centro penitenciario.

Hoy en día podemos decir que España es pionera en el servicio de las video llamadas, nueva herramienta por la que el recluso puede escuchar y ver a los suyos. Esta iniciativa representa un antes y un después, es realmente disruptiva. Las video llamadas no son sólo una nueva herramienta, son una palanca de cambio, una herramienta disruptiva:

1.    Pues acerca al recluso a los suyos y sin duda fomenta su reinserción social mediante un mayor acercamiento a su red de familiares y amigos;
2.    Pero, es que también permite a dichos familiares intercambiar visitas físicas por virtuales a los Centros; significando tambien un importante ahorro de costes y de tiempo a los familiares por los propios desplazamientos. Todo ello sin mencionar la monumental mejora que supone para que los reclusos extranjeros puedan verse con los suyos a miles de kilómetros de distancia, familiares o amigos que no tienen ni si quiera la oportunidad de venir a verlos de cuando en tanto;
3.    Permite a la Institución reducir fuertemente el volumen de visitas, que es uno de los procesos más complejos y delicados de los centros penitenciarios por cuanto consumen una gran cantidad de recursos humanos de supervisión, caso a caso, uno a uno, visitante a visitante.

Por tanto, y como queda dicho es un triple win win win: gana el recluso, gana la sociedad y gana la institución por medio de la reducción del esfuerzo a que su custodia les obliga.

¿Es esto todo lo que tenemos por hacer para digitalizar la vida del recluso? Obviamente, no. Son muchas las actuaciones que podemos abordar para dotar de herramientas necesarias para facilitar la reinserción social del recluso y a la vez gestionar la institución penitenciaria de forma mas eficiente. Una de ellas, por ejemplo sería la digitalización de la relación del recluso con la institucion tradicionalmente resuelta mediante solicitudes en papel. Si a los reclusos se les facilita una pantalla táctil de ordenador que les permita realizar todas las solicitudes de manera digital mediante un pequeño sistema informatico dotado de un sencillo workflow le podrán llegar de forma instantánea a quien corresponda sin intermediarios ni demoras, sin traslados de papel dentro del centro, y añadiendo la hoy en día necesaria trazabilidad para garantizar el siempre deseable nivel de servicio adecuado.

Por ejemplo, una solicitud muy común es la consulta del recluso de su saldo económico en custodia por la institución (llamado peculio), que podría resolverse y al instante incluso sin intervención humana de funcionario alguno con sólo conectar el workflow con el sistema back-end de la institución que custodia dichas cantidades. Hay muchos más ejemplos de como aligerar la carga burocrática de los funcionarios que están en los centros para poderse dedicar más y mejor a la reinsercion del recluso, y mucho menos a la gestión de trámites.

No menos importante que estos avances en la gestión eficiente de la Institución, es faciltar al recluso todas las herramientas necesarias para lograr su reinserción, y para ello el empleo de las nuevas metodologias es fundamental. La tecnología funciona como medio para el acceso al conocimiento, al uso de materiales didácticos alternativos que resultan más atractivos y enriquecedores y afianzan sus conocimientos interdisciplinarios, además de conseguir o mejorar las habiliades con la nuevas tecnologías imprescindibles en el mundo actual.

Así, existen hoy en día soluciones parecidas a la de un PC portátil de modo que el interno pueda relacionarse de manera digital desde su propia celda con el 90% de sus necesidades, obviamente con las correspondientes restricciones de seguridad que imponga el régimen penitenciario.

Estaríamos posibilitando que el recluso, ademas de poder realizar video llamadas desde su propia celda, además de que pueda tramitar solicitudes desde la celda, también pueda cursar estudios a distancia, por ejemplo en la UNED, acceder a otras plataformas de formación como las del Servicio Publico de Empleo, o de cualquier otra institución, que pueda navegar por internet a direcciones autorizadas lógicamente, que pueda ver canales de Tv de pago, escuchar radio streaming, podcasts, jugar con video juegos, leer la prensa…

Todos estos avances tecnológicos se deben llevar a cabo en el más escrupuloso seguimiento de las normativas y recomendaciones en materia de seguridad de la información y privacidad de los datos.
En resumen, en los centros penitenciarios si hoy los reclusos aun no son digitales, mañana sí lo serán, y esto será más pronto que tarde.

Horacio Pérez Perdigo es actualmente el Gestor Nacional de Telio en España, donde dirige la digitalización de productos y procesos e impulsa la transformación de los servicios de telecomunicaciones de voz a vídeo. Con más de 28 años de experiencia, ha ocupado cargos de liderazgo en telecomunicaciones, tecnología y gestión empresarial. Su formación incluye un MBA por el IESE de Madrid, junto con programas intensivos de MBA en INSEAD en Francia y en IESE de Barcelona. También posee un título de Ingeniero de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid (ETSIT).

José Suárez Tascón fue el Director Gerente de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (TPFE), desde 2012 a 2023. Es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un Máster en Liderazgo Público por el I.E.S. de Madrid. Como funcionario del Cuerpo Superior de Técnicos de II.PP, especializado en Derecho, ha desempeñado diversos puestos de responsabilidad dentro de la Administración Penitenciaria y otras instituciones gubernamentales, centrándose en recursos humanos, coordinación de proyectos y labores de asesoría en los Ministerios de Economía e Interior.

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