Caso de implantación tecnológica
Singapur
Singapur es una ciudad-estado insular con 5.7 millones de habitantes de distintas razas, culturas y religiones. Al igual que muchas naciones desarrolladas, Singapur está abordando el desafío de la disminución de las tasas de natalidad y, como resultado, una disminución de la fuerza laboral residente.
El mandato del Servicio Penitenciario de Singapur (SPS) es garantizar la custodia segura de los reclusos y desempeñar un papel activo en su rehabilitación. Conocidos como “Capitanes de vidas”, el personal del SPS actúa como agentes de cambio y mentores de los reclusos y supervisados bajo su cuidado para apoyar su reintegración en la sociedad. Con un fuerte apoyo del Gobierno de Singapur, el SPS emprendió su viaje de digitalización lanzando la estrategia Prisiones sin Guardias (PWG por su sigla en inglés) en 2017.
A través de PWG, el SPS tiene como objetivo optimizar sus recursos al reevaluar el trabajo en los centros penitenciarios que, tradicionalmente, ha sido intensivo en mano de obra y mejorar o complementar los procesos con la implementación de “tecnología inteligente” adecuada. Esto permite que los funcionarios puedan dedicarse a otras tareas críticas. Nuestro enfoque experimental consistió en realizar pruebas rápidas seguidas de evaluaciones rigurosa y mejorar constantemente el prototipo inicial.
El SPS cree que la digitalización no debería limitarse únicamente a la implementación de nuevas tecnologías. Otros factores, como las necesidades organizativas, la experiencia del usuario final y la disposición de los interesados a adoptar el cambio, son factores clave del éxito.
La introducción de nuevas tecnologías suele ir acompañada de revisiones y reingeniería de los procesos. Las estrategias de gestión del cambio con líderes senior, que predican con el ejemplo se incorporan a los planes de implementación de la digitalización del SPS para obtener buenos resultados organizacionales.
Como parte de la gestión del cambio, el SPS examinó los servicios de principio a fin, desde el momento de la admisión de los reclusos hasta su liberación del sistema penitenciario. El SPS buscó comprender y mejorar la experiencia de las principales partes interesadas: los reclusos, sus familias, el personal del SPS, los socios comunitarios, los voluntarios y los miembros del público.
Se realizaron entrevistas y discusiones de grupos focales y se trazaron 21 itinerarios de servicio en un proceso de dos años. A continuación se presentan tres de los 21 itinerarios desarrollados en las áreas de seguridad, rehabilitación de reclusos y cumplimiento de penas en la comunidad.
Seguridad en los centros penitenciarios
Mantener la seguridad es un área clave en la iniciativa Prisiones sin Guardias. El SPS identificó la necesidad de vigilancia para prevenir y responder de manera rápida a incidentes como peleas y autolesiones. Por lo tanto, se mejoró sistemáticamente el circuito cerrado de televisión (CCTV) en todas las instituciones penitenciarias.
Además de reemplazar el obsoleto sistema analógico con cámaras digitales de alta definición, la ampliación de la cobertura abarcaría todas las zonas a las que los reclusos acceden con frecuencia. La aplicación de tecnología mejorada de CCTV fue uno de los primeros pasos para que los funcionarios pudieran dedicarse a tareas más críticas, como atender las necesidades de rehabilitación y reintegración social de los internos.
Luego, el SPS puso a prueba un sistema avanzado de análisis de vídeo para detectar comportamientos anómalos denominado AVATAR para ayudar a analizar las imágenes de vigilancia.
Accediendo a los sistemas de CCTV, AVATAR utiliza la inteligencia artificial (IA) para detectar comportamientos anómalos entre los reclusos, como peleas y actos de autolesión en las celdas. Al analizar los movimientos corporales de los internos, incluyendo la frecuencia e intensidad dentro de un área y un marco de tiempo estipulados, AVATAR alerta a los funcionarios del centro de mando para que validen si ha ocurrido un incidente adverso.
El SPS también está estudiando otro sistema basado en inteligencia artificial para detectar caídas y peleas en zonas comunes, como pasillos y escaleras. Si tiene éxito, los movimientos internos de los reclusos podrían autogestionarse, liberando a los funcionarios de las tareas de escolta rutinarias.
Además, el SPS ha ampliado sus esfuerzos de teleconsulta con instituciones públicas de atención médica. Esta solución de consulta a distancia, que ganó popularidad durante la pandemia de COVID-19, garantiza que los reclusos sigan recibiendo la atención clínica necesaria sin tener que ser escoltados a los hospitales. Por lo tanto, se reducen los riesgos de seguridad y se ahorran recursos.
Mejorando los resultados de la rehabilitación
Mejorando los resultados de la rehabilitación
Los programas de tratamiento solían basarse exclusivamente en la prestación de servicios en persona. Las interacciones con el facilitador y los voluntarios maximizan los resultados, pero la escala y la frecuencia de los programas se ven limitadas por restricciones de calendario y logística. Como resultado, el SPS está buscando aprovechar la tecnología para complementar los programas presenciales.
El uso de tabletas electrónicas no es nuevo en los centros penitenciarios. En el caso del SPS, el proyecto “Digitalisation of Inmate REhabilitation & Corrections Tool (DIRECT)” (Herramienta de Digitalización de la Rehabilitación del Recluso) comenzó en 2020 para alojar cartas electrónicas. Ha progresado para ser una plataforma clave que impulsa un nuevo concepto de operaciones y rehabilitación.
Gracias a DIRECT, la rehabilitación de los reclusos ya no se limita a la disponibilidad de salas y formadores. Los reclusos pueden continuar sus programas con contenidos electrónicos pregrabados e interactivos después de regresar a sus celdas, a través de libros electrónicos, podcasts y vídeos motivadores de personas que han logrado dejar de delinquir. Para los reclusos matriculados en programas educativos, sus apuntes también están disponibles en DIRECT.
El SPS también utiliza DIRECT para que los reclusos se hagan cargo de su rehabilitación y reinserción. En un proceso denominado “Mi Plan de Acción (MAP por su sigla en inglés)”, se guía a los reclusos para que reflexionen sobre sus objetivos de reinserción desde el primer día de su encarcelamiento y registren sus hitos y progresos. Los funcionarios hacen un seguimiento de las entradas del MAP con los reclusos y abordan los posibles desafíos a sus objetivos de reintegración.
A través de cartas electrónicas, los reclusos pueden mantener relaciones y vínculos con sus familiares y seres queridos. Además, en comparación con el correo tradicional, el correo electrónico tiene un plazo de entrega más corto y mejora la comunicación. DIRECT también juega un papel fundamental en el desarrollo de la alfabetización digital de las personas en prisión, apoyando su reintegración en la sociedad.
Penas comunitarias
Penas comunitarias
Las investigaciones realizadas por el SPS muestran que los programas basados en la comunidad (CBP por su sigla en inglés), en los que los exdelincuentes pasan el final de sus condenas en medio libre, son eficaces para prevenir la reincidencia.
La Unidad de Supervisión en la Comunidad se creó en 2014 y es un componente clave de la iniciativa Prisión sin Muros. Actualmente, aproximadamente uno de cada cuatro reclusos de Singapur cumple la última parte de su condena en la comunidad, y se les puede asignar a distintos centros para ayudarles a adaptarse a la vida tras su puesta en libertad.
Además de las sesiones presenciales, los supervisados en la comunidad pueden utilizar SHARE, una aplicación móvil de autoayuda y rehabilitación encargada por el SPS. A través de SHARE, las personas bajo supervisión pueden acceder a contenidos útiles para su rehabilitación, buscar empleo y vivienda y ayuda económica en el portal de recursos comunitarios.
El SPS también ha iniciado pruebas para automatizar el proceso de análisis de orina para supervisados por drogas. Quienes se someten a test de orina como parte de sus condiciones de supervisión pueden hacerlo en cabinas de autoservicio (registro, validación de muestras y pruebas), que son sin vigilancia y pueden funcionar las 24 horas del día manteniendo la integridad del proceso.
El último viaje de transformación del SPS comenzó a principios de los años2000 y ha permitido reducir la población carcelaria de 17.000 a 10.000 reclusos. En el mismo periodo, la tasa de reincidencia a los dos años se ha reducido a la mitad, de alrededor del 40% al 20,4% en 2022.
Con la permeación de la tecnología en nuestras vidas diarias, el SPS busca aprovechar y expandir las soluciones digitales en el ecosistema penitenciario para mejorar los escasos recursos de mano de obra, mejorar la seguridad y satisfacer mejor las necesidades de rehabilitación de los reclusos.
La tecnología seguirá siendo el principal habilitador de SPS para mantener la seguridad de sus prisiones y la de los reclusos, con una baja incidencia de violencia.
Dominic Fernandez es Asistente Director Senior en el área de Planificación y Servicios de Transformación y Tecnología de SPS. Ha estado en el Servicio durante 18 años desempeñando diversos roles en instituciones penitenciarias y programas comunitarios, incluyendo varios años en áreas como la Planificación Estratégica y Programas para Delincuentes. Se enorgullece de dedicar su carrera a reconstruir las vidas de delincuentes y sus familias. Dominic tiene una licenciatura en Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad Tecnológica de Nanyang y una Maestría en Liderazgo Organizacional de la Universidad Monash.