Juan Torres CIRE

El modelo Catalán de trabajo penitenciario en tiempos de transición

// Entrevista: Juan Torres López

Director General de CIRE – Centro de Iniciativas para la Reinserción, Cataluña, España

 

JT: ¿Qué es y qué objetivos tiene el CIRE?

JTL: El CIRE (Centro de Iniciativas para la Reinserción) es la empresa pública del Departamento de Justicia del Gobierno de Cataluña que tiene por objetivo dar segundas oportunidades a las personas privadas de libertad a través de la formación en oficios y del trabajo, en los centros penitenciarios y de justicia juvenil. Este objetivo se cumple a través de talleres productivos ubicados dentro de los centros penitenciarios.

La instalación de los talleres se lleva a cabo en colaboración con las empresas privadas que participan en el proyecto – que contratan con CIRE, cuando es así – y a nuestro propio cargo cuando se trata de talleres que utilizamos para la producción para el sector público. Trabajamos en función del cliente y de la actividad y capacitamos en oficios con demanda en el mercado laboral, contribuyendo a la reinserción de un colectivo en riesgo de exclusión social y asumiendo criterios de responsabilidad social corporativa.

 

JT: ¿En qué medida es el CIRE distinto de los modelos tradicionales de industrias y trabajo en el contexto penitenciario?

JTL: La diferencia está en que nuestro enfoque es la formación e inserción, más allá de la simple ocupación. Definimos itinerarios de integración socio laboral desde una visión finalista de su inserción a la salida de la prisión, más que desde la propia ocupación durante el cumplimiento de la condena.

Aunque el trabajo penitenciario sea primordial en la rehabilitación, no solo velamos por la ocupación de los internos, sino que desarrollamos un modelo de inserción – que yo creo que es pionero – que integra la formación, la práctica del trabajo y el acompañamiento en la fase posterior.

Este proceso integrado en que adquieren hábitos laborales y competencias profesionales es básico para el retorno de los internos a la sociedad.

Tenemos un modelo – denominado FOI (Formación, Ocupación, Inserción) – que se basa en tres elementos fundamentales: 1) una oferta formativa de calidad asimilable a cualquier centro de formación normalizado, con programas homologados y certificación profesional; 2) el trabajo es remunerado e integrado en el modelo de cotización a la Seguridad Social; y 3) el acompañamiento en la búsqueda activa de empleo durante la última etapa de la condena.

Además, disponemos de una bolsa de trabajo – la primera de una entidad púbica – dirigida a la inserción de personas privadas de libertad, haciendo de puente hacia el mundo laboral. En este modelo, el trabajo es una herramienta, no una finalidad.

 

taller CIRE Catalonia

 

 

JT: ¿Qué perfil tienen y cuántos son los internos que están involucrados en el trabajo penitenciario a través de CIRE?

JTL: Queremos ofrecer un perfil lo más amplio posible donde tenga cabida cualquier interno, en cualquier circunstancia, y que seamos nosotros los que adaptemos nuestro proceso de formación y laboral a las necesidades de cada uno.
El perfil del interno se va moldeando en función de la formación que recibe según sea su destino de trabajo o itinerario formativo.
Actualmente, encontramos actividades que van desde las especialidades que requieren de una formación más específica – como las artes gráficas, la albañilería, la confección, la construcción, etc. – a las que requieren de menor formación, como los manipulados, montajes, limpieza y mantenimiento.
De los 8.630 internos del sistema penitenciario Catalán, 6.550 están capacitados para trabajar (hay algunos que por su situación jurídica, o de salud no pueden) y trabajan con nosotros 4.300, es decir, más de un 65% de la población penitenciaria activa.

Nuestro enfoque es en la formación e inserción, más allá de la simple ocupación: el trabajo es una herramienta, no una finalidad.

JT: ¿Cuáles son las condiciones de trabajo ofrecidas?

JTL: La relación laboral que establece CIRE con los internos que desarrollan una actividad laboral está regulada por una norma legal del Estado. El trabajo es remunerado y, por lo general, los internos trabajan en turnos de mañana o tarde, a razón de cuatro horas por turno. Los internos quedan incluidos automáticamente en el Régimen General de la Seguridad Social como cualquier otro trabajador en libertad, y gozan de la misma prestación de asistencia sanitaria, y de acción protectora. También están protegidos por la contingencia de desempleo cuando son liberados, a razón de lo que hayan cotizado durante su periodo de condena en ese trabajo.

La retribución que reciben se determina en función del rendimiento normal de la actividad de que se trate. Hemos desarrollado y estamos poniendo en práctica una revisión profunda del modelo retributivo del trabajo penitenciario. El objetivo es pasar de un modelo en que la retribución es por pieza hecha a uno en que prima el tiempo y la calidad – y también la productividad pero ya como complemento motivacional. Hemos incorporado elementos cualitativos que nos permiten clasificar a los trabajadores en diferentes categorías laborales, en función del grado de competencia que van asumiendo, lo que, a la vez, les permitirá una progresión y una retribución superior. Esta reforma va a acercar más la vida del interno a la que tendrá cuando sea liberado y se (re)incorpore al mercado laboral.

 

JT: ¿Y cuál es el estado de cosas en cuanto a ese nuevo modelo retributivo?

JTL: Está en periodo de prueba desde octubre 2017. Se trata de un proyecto revolucionario porque rompe los esquemas de la visión del trabajo penitenciario y de la formulación retributiva desde la propia base, así que los plazos de su incorporación son algo lentos. La previsión es que el 2018 nos sirva para incorporar, como mínimo, un tercer centro en la prueba piloto y que todos los demás centros se pudieran incorporar antes de finales del 2019.

Hemos definido todo un modelo de relación laboral acorde a la legislación que rige el régimen laboral general (en libertad) e instalado un modelo de relación con las empresas privadas, puesto que el cambio también afecta a la prestación recibida por parte de ellas. Esto presupone un proceso de renegociación con muchas empresas y la sustitución de algunas que no van a encajar en este modelo. Aquellas que laboran en los dos centros piloto han ofrecido una colaboración importante, pero, desde un punto de vista práctico, el cambio en el sistema económico de relación entre las empresas y el CIRE tardará varios meses en hacerse realidad. Hay buena voluntad, pero el ajuste económico no es automático.

 

JT: ¿Cómo funciona el proceso de reclutamiento de internos para el trabajo?

JTL: Nuestro objetivo es dar trabajo a cualquier interno que, jurídica y físicamente, esté en disposición y que voluntariamente quiera hacerlo.

El trabajo forma parte de lo que, en nuestro sistema, se denomina el PIT (Programa Individualizado de Tratamiento). Así, se crean grupos de trabajo, entre el propio CIRE y el equipo de tratamiento de cada centro, que analizan los casos de los internos que solicitan un puesto de trabajo. Se tienen en cuenta elementos de seguridad, bien como el área de salud, el área de atención especializada (que rige el itinerario de rehabilitación del interno), el área educativa (que se encarga de la formación complementaria u obligatoria para realizar una actividad laboral) y el área socio económica y familiar (que basa su actividad en criterios como las cargas y vinculaciones familiares). Se entrelazan los puestos vacantes con la lista de internos aspirantes, previamente evaluada y sectorizada por capacidades y formación del interno. Si es necesario – de forma previa o simultanea – se proporciona al interno un curso o un itinerario de formación. Una vez hecha la preselección, se canalizan los internos a los puestos de trabajo más indicados. De esta actividad conjunta se desprende un expediente único del trabajador, cuyo objetivo es aunar todos los datos (personales, laborales, formativos, expediente disciplinario y judicial y expediente médico) en un mismo documento que facilite la toma de decisiones que afecten al interno.

Nada puede justificar que no se respeten los derechos de los trabajadores en los mismos términos que los de cualquier otro trabajador.

JT: ¿Qué productos / servicios son desarrollados y cómo hacéis su comercialización?

JTL: Se desarrollan trabajos de diversa índole según el tipo de cliente que tenemos en cada momento. En cuanto al trabajo en los servicios internos, el CIRE gestiona el servicio de cocina, cafetería, panadería, economatos y lavandería en todos los centros penitenciarios de Cataluña. Esto nos permite una gran versatilidad.

Además, contamos con una línea de producción propia denominada “Made in CIRE”. Este proyecto aúna un catálogo de productos que se fabrican mayoritariamente en los talleres de confección, pero la idea es ampliarlo a otros sectores. Sus productos van desde bolsas hasta libretas, pasando por cojines o manteles y se venden en tiendas especializadas de decoración, de artesanía,  y en las tiendas de Turismo de Barcelona. Los resultados de la venta revierten directamente en el proyecto, contribuyendo a pagar los sueldos de los internos, maquinaria y materia prima.

 

JT: ¿Cómo es que decidís producir un nuevo producto o servicio?

JTL: Las propuestas vienen del cliente o de la actuación del equipo comercial de CIRE. Cuando se propone una nueva actividad, hacemos un estudio de viabilidad y de costes para determinar el precio a aplicar y las acciones y/o cambios que habría que implementar en los talleres productivos para tirar adelante esa producción.

Recientemente hemos instaurado un nuevo modelo de análisis y de aceptación de nuevas propuestas, a fin de establecer criterios económicos objetivos y de estricto control social de las empresas que trabajen con CIRE, porque queremos validar que se ajustan realmente a nuestra filosofía y objetivos y que no nos limitemos exclusivamente a un criterio mercantilista o economicista.

 

JT: ¿Cuánto ingreso es generado al año y cómo es que son invertidos los beneficios generados?

JTL: El CIRE es una empresa del sector público, tiene un presupuesto propio tutelado por el Departamento de Justicia. En 2016 ese presupuesto ascendió a más de €50 millones.

Este presupuesto se alimenta de diferentes partidas, siendo las más significativas las que provienen de la propia actividad industrial con empresas públicas y privadas, que supone aproximadamente el 85%. En estas partidas encontramos la prestación recibida de clientes y las remuneraciones que el sector público (especialmente la Generalitat de Catalunya) paga por los servicios que CIRE gestiona dentro de los centros penitenciarios.

En 2016, CIRE recibió una transferencia corriente, de aproximadamente 6 millones de euros, para la financiación de las actuaciones no directamente productivas.

CIRE no obtiene beneficio de su actividad. Toda la producción se destina a la reinserción de los internos.

 

JT: ¿Qué tiene que decir a los que defienden que el trabajo dentro de las prisiones explota a los reclusos, porque el pago es muy inferior al sueldo mínimo y porque varios derechos laborales no se observan?

JTL: Ese debate viene de antiguo y fue una de las primeras preocupaciones a las que hice frente al incorporarme, en 2016.

Nuestra regulación normativa es poco clara al respecto, y nos dice que ha de tomar como referencia el salario mínimo interprofesional, pero esa referencia no queda definida adecuadamente en la ley.

Personalmente, creo que, en el trabajo penitenciario, el salario no se compone únicamente de una retribución económica directa, sino que incorpora elementos de carácter motivacional y, especialmente, formativos y de capacitación. El coste de estos elementos puede repercutirse a la empresa que contrata con el sistema, pero eso es extremamente complicado de gestionar, porque la empresa privada, por más que entienda y que acepte la finalidad de contratar con una entidad como es el CIRE, no deja de tener el  rendimiento económico como principal objetivo, y busca siempre una ventaja competitiva. En ese sentido, debemos asumir que sea la Administración Pública la que soporte la diferencia del precio pagado hasta ese nivel de remuneración que consideremos justo.

En la reciente revisión de nuestro modelo retributivo, que he explicado antes, hemos incorporado también elementos de estabilización del precio/hora trabajada que nos han de permitir llegar – y luego incluso superar – esa referencia de salario mínimo interprofesional. En cuanto a los derechos de los trabajadores, nada puede justificar que no se respeten en los mismos términos que los de cualquier otro trabajador: cotizaciones a la Seguridad Social, seguridad y prevención de riesgos en el trabajo constituyen estándares que para nosotros siempre han sido, son y serán una prioridad.

No podemos garantizar que, al acabar su condena, una persona obtendrá un puesto de trabajo, pero si debemos garantizar que podrá actuar, en el mercado laboral, con igualdad de condiciones.

JT: ¿Qué impacto tiene el CIRE en la empleabilidad de los presos y en su capacidad para conducir vidas productivas después de que sean liberados?

JTL: No disponemos de mucha información a nivel de estudios oficiales, sin embargo sí sabemos que, a través de la mediación de nuestro departamento de inserción y bolsa de trabajo, durante el año 2016, se firmaron más de mil contratos de trabajo entre personas que estaban finalizando la condena – o que estaban ya en libertad – con empresas de diferentes sectores económicos.

También disponemos de un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, de 2010, dónde se analizaron 3.225 personas excarceladas entre 2004 y 2007. Una de las principales conclusiones, en cuanto al trabajo penitenciario, es que más del 43% de los ex internos obtuvieron una ocupación con alta reconocida en la Seguridad Social. Del estudio, se dedujo que el trabajo penitenciario repercute más en la inserción laboral respecto a las personas que no han trabajo nunca, que no tenían ni estudios ni habilidades laborales, y en menor medida en aquellas que ya tenían experiencia laboral previa.

El estudio concluyó que el trabajo penitenciario y la formación son aspectos-clave para una posterior integración social y una inserción laboral. Resultó también en la recomendación de que CIRE replantease su modelo. Fue tras esa recomendación que el CIRE apostó por un modelo de gestión integral, convirtiéndose en una referencia. Los certificados de profesionalidad oficiales transformaron radicalmente la filosofía y modelo de formación del CIRE.

 

taller_confeccion CIRE Catalonia

 

 

JT: ¿Cuáles son los factores-clave de éxito del CIRE y que retos enfrenta?

JTL: Nuestro principal factor del éxito es el modelo FOI (Formación, Ocupación e Inserción) que he comentado anteriormente. Y, desde luego, el trabajo que hacen nuestros dinamizadores laborales es fundamental, prestando acompañamiento profesional y personalizado en la búsqueda activa de empleo, que es el objetivo final de nuestra misión.

Además, el modelo de CIRE se sustenta en la versatilidad; tenemos una actuación comercial que va dirigida específicamente al sector privado y que busca oportunidades de colaboración desde un punto de vista de adaptarnos a cualquier petición, porque esa es la única manera de mantenernos al día y alineados con lo que el mercado va a demandar de los trabajadores que vamos a “poner en sus manos”.

El principal reto es la implementación de los cambios que hemos puesto en marcha: la relación con las empresas, el nuevo modelo retributivo, el expediente único del interno y el itinerario de inserción laboral. La idea sobre la que gira este planteamiento es la de superar una visión estrictamente asistencial y enfocarla en la sociedad y el mundo laboral, que es nuestra verdadera finalidad.

Nosotros, no podemos garantizar que, al acabar su condena, una persona obtendrá un puesto de trabajo en la calle, pero si debemos garantizar que podrá actuar, en el mercado laboral, con igualdad de condiciones y que tendrá las herramientas necesarias para hacerlo.

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Juan Torres López inició su carrera profesional en la Caja de Ahorros de Cataluña, donde formó parte del Comité de Dirección. También ha desarrollado su trayectoria profesional en el Grupo CLA Consultoría, donde ha ejercido como abogado y asesor de empresas, especializado en temas de estrategia y gestión social. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona y titulado EFA (Asesor Financiero Europeo) por el Instituto de Estudios Financieros.


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