// Entrevista: Roberto Santana
Director de la Academia Regional Penitenciaria, Republica Dominicana
JT: ¿Qué es la Academia Regional penitenciaria, cómo surgió la idea y cuál es el trabajo que esta organización está produciendo?
RS: La Academia Regional Penitenciaria (ARP) es el resultado de las necesidades identificadas en los intercambios de experiencias penitenciarias entre los países de la región latinoamericana y caribeña, y, en alguna medida, entre la región y el resto del mundo. Una parte de la inteligencia que se mueve alrededor del tema penitenciario, en esta zona, procede de destinos continentales como Europa – de manera predominante España, Portugal, Reino Unido, Suecia y Francia – entonces, a raíz de esa dinámica, y de los resultados positivos del proceso de reforma penitenciaria Dominicana, se fue estableciendo un intercambio fluido de experiencias, tanto a nivel regional como global. Esto colocó a República Dominicana, desde el año 2008, en una situación de sobredemanda, es decir, que el modelo penitenciario incluyendo la oficina que lo coordina y la escuela penitenciaría Dominicana han tenido que desarrollar una cantidad de programas, proyectos y actividades de intercambio con los países de la región – y pienso que estuvieron un poco desbordados – tanto por los problemas penitenciarios en la región, como también por las limitaciones propias para dar apoyo simultáneo a los países solicitantes.
Un proceso de reforma consume una cantidad no ordinaria de energía, en talento humano y disponibilidad institucional, o sea, que impulsar la reforma local y adicionalmente y con los mismos recursos impulsar la reforma en otros países no era sostenible. Y cómo conocemos que en la región latinoamericana, prácticamente sin excepción, los problemas penitenciarios son estructurales – en muchos casos son graves y en otros casos tenemos sistemas penitenciarios colapsados – realmente esto obligó a buscar, más allá de los medios de la República Dominicana, otros medios adicionales para apoyar a los países, tomando como un referente la experiencia positiva de la República Dominicana, país social y económicamente parecido a una parte significativa de los países de la región. Es decir, no se trataría de “importar un modelo”.
La primera iniciativa, en ese sentido, vino de parte de Naciones Unidas. En Viena, en el año 2010, aprobaron la creación del Centro de Excelencia para la Reforma Penitenciaria para la región, tomando como base la experiencia Dominicana. Esto ocurrió luego de visitas de la ONU durante varios años, observando el proceso de la reforma penitenciaria Dominicana. Como tantos otros programas de organismos internacionales, o proyectos que se sustentan en unos patrocinadores, en unos cooperantes – cuando termina el dinero se acaba el programa – y efectivamente, el Centro de Excelencia para la Reforma Penitenciaria recibió fondos por dos años. Después se ha seguido laborando, pero, estrictamente, solo a partir de Republica Dominicana.
Como una buena parte del apoyo del mismo Centro de Excelencia, de Naciones Unidas, y de Unión Europea a la región estaba relacionado con la cualificación del talento humano de los sistemas penitenciarios y el fortalecimiento de las capacidades institucionales de cada país en materia penitenciaria, entonces un grupo de académicos y funcionarios que había estado en la reforma penitenciaria, junto con algunos de nosotros jubilados universitarios y otros, decidimos articular los procesos de cooperación educativa e institucional creando la ARP como institución al servicio de todos los países de la región, así como para el intercambio del conocimiento penitenciario a nivel global.
Sobre esa base la ARP ha venido triangulando acuerdos entre países en la cooperación Sur-Sur y también ha involucrado a países de Europa y Norteamérica. Por ejemplo, en el caso de Guatemala, en la elaboración de la política pública penitenciaria, el cooperante principal fue la Unión Europea e intervinieron República Dominicana y Guatemala; se trianguló la cooperación de esa manera y eso ha permitido que Guatemala, ahora con la cooperación de los Estados Unidos de América, la República Dominicana y la ARP, haya iniciado su reforma penitenciaria, creando su academia de reforma penitenciaria y su primer centro de rehabilitación y reinserción en base a los estándares del nuevo modelo penitenciario.