Entrevista
Ina Eliasen
Directora general, Departamento de Prisiones y Libertad Condicional, Dinamarca
¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta el sistema penitenciario danés y cómo los está abordando?
IE: De hecho, tenemos una situación muy crítica en Dinamarca, debido a los graves problemas de hacinamiento y escasez de personal. Necesitamos casi más 200-300 funcionarios de prisiones que los que tenemos ahora, y nuestro nivel de ocupación supera el 100%.
Para abordar el problema del hacinamiento, estamos creando nueva capacidad de infraestructura; en los últimos años, hemos construido casi seiscientas celdas de prisión y crearemos otras trescientas en los próximos años. Sin embargo, esto significa que la escasez de personal será aún más grave que ahora. Por otro lado, estamos tratando de contratar a tantos funcionarios de prisiones como sea posible y estamos tratando de mantener el personal penitenciario que tenemos, mejorando el ambiente de trabajo.
¿Cuáles son los principales problemas relacionados con el personal y cuál ha sido su estrategia para abordar las dificultades a este nivel?
IE: Hacemos frente a desafíos similares a muchos otros sistemas penitenciarios en Europa, y en otros lugares, con respecto a la contratación y retención del personal penitenciario. Es un reto contratar y mantener los funcionarios de prisiones. Para revertir esto, hemos implementado una estrategia de un año con un enfoque extremadamente limitado. No es así como solemos desarrollar e implementar estrategias, porque en circunstancias más normales queremos que la mayoría de nuestras tareas formen parte de una estrategia concertada.
En este caso, conseguimos que todos los grupos de empleadores aceptaran la premisa de que deberíamos centrarnos principalmente en la contratación de funcionarios de prisiones.
Por lo tanto, lanzamos una nueva campaña de contratación concertada en la que creamos un universo digital con características de juego, donde a los posibles nuevos funcionarios, y también el público en Dinamarca, se muestran situaciones y dilemas de la vida laboral de un funcionario de prisiones. La respuesta que hemos recibido sobre esta campaña ha sido muy positiva porque muestra lo difícil que es trabajar como funcionario de prisiones, los innumerables dilemas a los que se enfrentan todos los días y la necesidad de tomar decisiones rápidamente. En general, creo que la percepción de la sociedad es que es fácil ser funcionario de prisiones, pero ciertamente no lo es.
El proceso de contratación es difícil porque tenemos estándares muy altos para ingresar en el sistema penitenciario. De hecho, seleccionamos solo una quinta parte de los que se postulan. Queremos tener aún a más gente postulándose, pero ya tenemos mucha cada año.
Para nosotros, los altos estándares son fundamentales, ya que el trabajo de un funcionario de prisiones es una profesión altamente cualificada.
En cuanto a la retención de personal, nos centramos en mejorar el entorno laboral, especialmente en las prisiones. Aunque hemos estado trabajando en esto durante años, recientemente probamos un nuevo enfoque que involucraba a toda la organización: le pedimos al personal penitenciario y de libertad condicional que sugirieran ideas concretas sobre cómo convertir al Servicio de Prisiones y Libertad Condicional un lugar mejor para trabajar y cómo desarrollar nuestra organización.
Cuando inicié esta campaña interna, para encontrar nuevas soluciones y nuevos métodos de trabajo, tuve algunas dudas porque no sabía qué tipo de sugerencias recibiría del personal penitenciario. Sin embargo, me ha impresionado y complacido mucho el nivel de compromiso entre los funcionarios de prisiones y del resto de la organización.
He recibido muchas recomendaciones profesionales y viables sobre cómo mejorar el entorno de trabajo. Por ejemplo, solicitudes para eliminar procedimientos administrativos y de seguridad que son excesivos o que ya no tienen sentido. Muchos de los empleados me dijeron que tal iniciativa realmente tendría un impacto positivo en su trabajo diario.
Otra sugerencia es, por ejemplo, cambios en la planificación de su horario de trabajo que les facilite planificar con anticipación. Son sugerencias concretas que hemos logrado implementar rápidamente. De hecho, hemos recibido más de cien recomendaciones específicas y ya hemos aplicado varias de ellas.
Este enfoque participativo ya se ha traducido en una mejora de la moral del equipo y del clima social de la organización. Me doy cuenta de esto cuando visito instituciones y recibo correos electrónicos del personal penitenciario que me dicen que los cambios que hemos implementado les dan esperanzas de un mejor ambiente de trabajo y un clima de cambio.
Además, los cambios hacen que los empleados quieran invertir energía y tiempo en el desarrollo de la organización. Puede parecer fácil, pero realmente compromete a los líderes a iniciar los cambios que se proponen o dar una buena explicación de por qué no se están introduciendo.
Nuestra estrategia a largo plazo incluye seguir mejorando la formación de los funcionarios de prisiones. Actualmente, esta formación se imparte a lo largo de tres años y los estudiantes combinan las prácticas y las clases para ofrecerles tanto conocimientos teóricos como experiencia práctica.
Impartimos formación para funcionarios de prisiones, y los candidatos admitidos deben cumplir con varios requisitos estrictos, que incluyen fuertes habilidades sociales, la capacidad de cooperar y criterios más concretos como tener 21 años de edad, contar con un nivel mínimo de educación y no tener antecedentes penales. Además, también nos centramos mucho en las habilidades de expresión oral y escrita porque esta es una parte crucial del trabajo. Con el fortalecimiento de la formación de los funcionarios de prisiones, creo que la organización va a avanzar en la dirección correcta.
(...) estamos tratando de contratar a tantos funcionarios de prisiones como sea posible y estamos tratando de mantener el personal penitenciario que tenemos, mejorando el ambiente de trabajo.
¿Cuál es su estilo de liderazgo y qué papel desempeña en estos y otros desafíos a los que se enfrenta la organización?
IE: Mi estilo de liderazgo es abierto y se basa mucho en el diálogo. Este enfoque también me ha permitido involucrar a toda la organización en su propio desarrollo. Esto es muy importante porque estamos en una situación muy crítica. Necesitábamos acercarnos al personal y a la organización de una manera nueva. Creo firmemente que parte de la solución a nuestros problemas es involucrar a toda nuestra organización, pero al mismo tiempo establecer una dirección muy clara hacia dónde vamos.
¿Cuál es el nivel de desarrollo tecnológico en las prisiones y la libertad condicional en Dinamarca, tanto a nivel operativo como en beneficio de los reclusos y delincuentes bajo supervisión?
IE: Eufemísticamente, diría que tenemos margen de mejora. Dinamarca es una de las sociedades más digitalizadas a escala mundial, lo que significa que es muy difícil seguir el desarrollo normal de la sociedad fuera de los muros de la prisión, porque tenemos todos esos requisitos y medidas de seguridad a la hora de implementar nuevas soluciones tecnológicas.
Sin embargo, por ejemplo, tenemos una educación basada en Internet en algunas de nuestras prisiones. Creo que esto es crucial porque cuando se tiene una sociedad digital, como la nuestra, y cuando se tiene la responsabilidad de rehabilitar a los reclusos, hay que asegurarse de que estén preparados para la vida más allá de los muros de la prisión. Y esto significa que tenemos una tremenda responsabilidad en esta área también, pero es un desafío mantenerse al día con el desarrollo de la sociedad en general debido a los costosos y pesados requisitos de seguridad de las prisiones.
¿Cuáles son los principales desafíos y logros en el área de libertad condicional?
IE: La libertad condicional es una realidad muy diferente, en la que no tenemos problemas de hacinamiento ni problemas de escasez de personal. Es fácil contratar personal para el área de libertad condicional.
Contamos con cuatro mil doscientos reclusos mientras que tenemos diez mil personas en libertad condicional. En Dinamarca, tenemos la tradición de usar medidas de libertad condicional y vigilancia electrónica, por lo que esta es una parte significativa de nuestro Departamento. En el futuro, será interesante realizar un seguimiento del desarrollo tecnológico en este ámbito, ya que ofrece un número increíble de oportunidades en esta área en particular.
Con el fortalecimiento de la formación de los funcionarios de prisiones, creo que la organización va a avanzar en la dirección correcta.
La pandemia de la COVID-19 ha traído grandes desafíos a los servicios correccionales en todo el mundo. Dadas las restricciones derivadas de la pandemia, ¿qué tipo de medidas se han aplicado en Dinamarca?
IE: En muchas partes del mundo, la pandemia de la COVID-19 ha significado que se hayan tomado medidas muy drásticas en las prisiones, como puestas en libertad anticipadas y la suspensión de sentencias, etc.
No hemos tomado tales medidas en Dinamarca, pero nos hemos centrado en evitar que el virus entre en nuestras prisiones. Esto ha significado un acceso muy limitado a las visitas y los permisos.
En la primavera del año pasado, prácticamente suspendimos todas las actividades en y alrededor de nuestras prisiones, tanto en lo que respecta a la educación, el trabajo carcelario y las industrias, visitas y salidas de las prisiones. Cerramos durante unos meses y luego volvimos a la normalidad.
Durante el verano y hacia finales de año, no tuvimos restricciones. Sin embargo, en la recta final de 2020, tuvimos que reanudar las restricciones debido al creciente número de infecciones por COVID-19 en prisiones y la sociedad en general.
Nuestro enfoque para gestionar la pandemia fue examinar, dos veces por semana, las restricciones que necesitábamos implementar, evaluar el número de presos y personal infectados y, siempre que fuera un número que pudiéramos gestionar, se eliminarían las restricciones. Hemos verificado continuamente si las restricciones en las prisiones eran suficientes y, por supuesto también, si podíamos eliminar las restricciones.
En nuestra gestión de la pandemia de la COVID-19 en las prisiones, logramos encontrar el equilibrio adecuado entre las restricciones y la salud de reclusos y del personal penitenciario, que es también la conclusión del Defensor del Pueblo del Parlamento tras evaluar nuestros esfuerzos. Acabamos de recibir su informe y estamos muy orgullosos de la evaluación realizada.
Además, no tuvimos ningún brote significativo de COVID-19 en nuestras prisiones, por lo que nuestra estrategia ha tenido mucho éxito.
A pesar de nuestros problemas de hacinamiento en las cárceles, la pandemia no nos ha llevado a reducir nuestra población penitenciaria, con medidas como los permisos anticipados, la libertad condicional o el traslado de presos a la comunidad. Sin embargo, durante el confinamiento no se citó a nuevos condenados para que cumpliesen sus condenas; esta medida nos permitió tener salas para el aislamiento profiláctico o cuarentena, de ser necesario.
En cuanto a las comparecencias ante los tribunales, en el pico de la pandemia, en la primavera, los tribunales suspendieron su trabajo también, por lo que la situación fue fácil de gestionar en ese momento.
Sin embargo, cuando el Servicio de Prisiones y Libertad Condicional cerró en invierno, los tribunales continuaron con su actividad normal, así que intentamos celebrar tantas vistas judiciales telemáticas como fuese posible, pero pronto tuvimos que volver a la normalidad y llevar a nuestros presos ante los tribunales.
Durante los peores meses de la pandemia, también suspendimos el monitoreo electrónico porque, en Dinamarca, nuestros oficiales de libertad condicional generalmente visitan a los monitoreados, una o dos veces por semana, y no podíamos arriesgarnos a propagar el virus de la COVID-19 a través de esos contactos cercanos.
Ina Eliasen
Directora general, Departamento de Prisiones y Libertad Condicional, Dinamarca
Ina Eliasen ocupó varios cargos en el Departamento danés de Prisiones y Libertad Condicional entre 2005 y 2017, entre ellos el de inspectora jefe de las prisiones y directora ejecutiva de la región de la capital, que incluye todas las instituciones penitenciarias y de libertad condicional de Copenhague y sus alrededores, así como las islas Feroe. Antes de ocupar su puesto actual, fue directora de Recursos Humanos de la Policía Danesa. Es la primera mujer que ha estado al frente de las prisiones y la libertad condicional en Dinamarca, cargo que asumió en julio de 2020. Tiene un Máster en Derecho de la Universidad de Copenhague.