El servicio penitenciario de Hungría es una fuerza armada estatal supervisada por el Ministerio del Interior y su objetivo es la protección de la sociedad y el sentimiento de seguridad. El servicio penitenciario está rodeado de un marco legislativo en constante cambio y de expectativas nacionales e internacionales cada vez mayores.
El órgano ejecutivo de la organización es la Jefatura del Servicio Penitenciario de Hungría, que supervisa 30 prisiones, 12 sociedades de responsabilidad limitada y 4 instituciones auxiliares con más de 8000 empleados y unos 16 500 reclusos. Una de las tareas prioritarias es asegurar la ejecución de las sentencias y la reintegración de los reclusos. Esta tarea se cumple, principalmente, al ofrecerle a los reclusos oportunidades de participar en diversas actividades, incluyendo la educación primaria, la formación profesional, el empleo, las actividades terapéuticas, las actividades recreativas y de ocio, los deportes y muchos otros cursos dedicados a la rehabilitación.
Una vez emitida la sentencia definitiva de un tribunal, le corresponde a la Jefatura del Servicio Penitenciario de Hungría determinar cuándo y en qué prisión debe ser encarcelado el condenado. Los convictos se someten a un control de identidad y a un examen médico. Las charlas de admisión son llevadas a cabo por los encargados del caso y los psicólogos, quienes evalúan el historial del preso y su disposición a cooperar. El plan relacionado con la inclusión de los reclusos en ciertas actividades tiene como objetivo el desarrollo de la personalidad y el trabajo. Los reclusos se clasifican según el nivel de seguridad y de amenaza que representan, lo que puede determinar su lugar de empleo. La clasificación de seguridad depende de su comportamiento, el cumplimiento de las normas internas y la voluntad de cooperar. El Comité de Admisión y Participación designa los lugares de trabajo para los presos, teniendo en cuenta las necesidades de mano de obra y las vacantes.
El nivel de seguridad de los reclusos puede ser alto, medio o bajo, lo que constituye uno de los factores clave que se tienen en cuenta al designar los lugares de trabajo. Así pues, en la decisión del Comité se consideran los requisitos de seguridad del lugar de trabajo, las cualificaciones necesarias y la situación médica. La matriz de clasificación realizada durante este procedimiento facilita una reintegración más exitosa, contribuye a la economía del trabajo y al bienestar físico y mental de los reclusos.
Según el Código Penitenciario de Hungría, el trabajo es obligatorio para los delincuentes condenados. El empleo de los reclusos se organiza de manera estructurada y regular, en un marco de beneficio que está exento de las disposiciones del Código del Trabajo de Hungría.
El empleo de los reclusos se hace de dos maneras: la primera es el llamado «empleo presupuestario», que abarca las tareas asociadas al mantenimiento de una institución. Esto implica trabajar en el taller, la lavandería, la cocina o los almacenes. Las instituciones penitenciarias no pueden actuar como empresas, lo cual significa que solo pueden realizar ciertas actividades de acuerdo con su capacidad (que suponen también ingresos para ellas). De acuerdo con la normativa vigente, las tareas relacionadas con el mantenimiento, la limpieza y el cuidado no se consideran empleo.
El empleo comenzó a estructurarse cada vez más a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando se crearon más reglamentos a nivel regional. Los cimientos del sistema actual se crearon en la década de 1950, cuando los predecesores legales de nuestras actuales sociedades de responsabilidad limitada comenzaron a operar.
A finales de la década de 1980, un decreto ordenó la reestructuración de las empresas penitenciarias, que pasaron a ser sociedades de responsabilidad limitada. Para facilitar este cambio, el 1 de enero de 1994 se crearon 12 sociedades de responsabilidad limitada. Después de esto, el empleo de los reclusos se ha convertido en la principal tarea de estas sociedades. Se utilizó una nueva estructura con un número cada vez mayor de reclusos, y se expandió la cantidad de actividades que ofrecían; esto se sigue poniendo en práctica hoy en día, 25 años después.
El propósito principal de las sociedades de responsabilidad limitada (empresas penitenciarias) es el empleo de los presos. Su funcionamiento es diferente al de los actores del libre mercado, ya que se rige por dos aspectos clave: su eficiencia y la cantidad de mano de obra reclusa que se puede utilizar. En 2015, el Director General del Servicio Penitenciario de Hungría reorganizó las 11 sociedades de responsabilidad limitada, que pasaron a formar parte de un grupo empresarial, con Bv. Holding Ltd. como el 12.º miembro gobernante. Para asegurar una cooperación y una empresa conjunta exitosa, las sociedades de responsabilidad limitada funcionan como una estructura financiera unificada con servicios internos coordinados junto con decisiones ejecutivas, planificación y asuntos legales armonizados.
Aunque Bv Holding Ltd. es miembro del círculo de las sociedades de responsabilidad limitada, tiene derechos gubernativos sobre ellas, lo que significa que puede ejercer influencia directa, armonizar y afinar su funcionamiento para garantizar que se ciñan a nuestras normas y que tengan un funcionamiento diario eficiente. Las empresas subordinadas operan según diversos perfiles, y cada una de ellas tiene una sede que suele ser adyacente a alguna institución penitenciaria, lo que facilita la inclusión de los presos como empleados y como mano de obra. El grupo de empresas ofrece una diversa gama de productos.
Los productos fabricados y distribuidos por las empresas comerciales del Servicio Penitenciario son competitivos con los productos de otras empresas comerciales. Los miembros del grupo de empresas se ciñen a las normas de garantía de calidad para asegurar la calidad y la satisfacción del cliente de forma continua. Aumentar el número de presos empleados es una tarea estratégica prioritaria.
Como operan junto a las prisiones, las sociedades de responsabilidad limitada tienen un carácter uniforme. Los lugares de trabajo están situados fuera de las instalaciones de la prisión, lo que significa que los elementos de seguridad están activados. Las instalaciones de las sociedades de responsabilidad limitada agrícolas son diferentes, debido a que las zonas son demasiado grandes y distantes para estar rodeadas de vallas. Estos lugares de trabajo funcionan con guardias y su cantidad viene determinada por el número de reclusos que trabajan.
Las sociedades de responsabilidad limitada emplean a los reclusos para sus propios fines o sobre una base contractual. «Para sus propios fines» significa que las sociedades de responsabilidad limitada producen bienes que se ajustan a su perfil, mientras que el trabajo contractual implica un contrato real entre la empresa y un actor externo.
Contrariamente a la labor presupuestaria realizada en las prisiones, las sociedades de responsabilidad limitada ofrecen la mayor variedad y escala de empleo para los reclusos. Cada una tiene una infraestructura que asegura las condiciones de empleo eficiente de los presos.
Las empresas están reguladas para cooperar con las prisiones con el fin de ayudar a la reinserción de los presos y para asegurarse de que se incluya el mayor número posible de ellos. Las empresas operan con fines de lucro, pero también deben garantizar que el empleo de los reclusos y la participación plena de los mismos sea una prioridad durante el procedimiento. Esta dualidad puede tener un efecto significativo en la estrategia y el liderazgo de las empresas, ya que siguen empleando a los reclusos sin obtener beneficios de las fuentes presupuestarias; en cambio, sus únicos ingresos dependen de la venta de sus productos. Se trata de un desafío constante, ya que las innovaciones y soluciones utilizadas por el mercado externo son difíciles de seguir, a fin de favorecer la mano de obra de los presos en lugar de la automatización y la maquinaria.
En este sentido, el gobierno declaró al Servicio Penitenciario de Hungría como la autoridad responsable del suministro central. Como tal, la Jefatura procesa los pedidos y designa qué sociedad de responsabilidad limitada debe satisfacer estas necesidades. Entre los beneficiarios se encuentran las autoridades policiales, los hospitales y otras organizaciones estatales. Las sociedades están obligadas a satisfacer las cuestiones relacionadas con la adquisición, en caso de ser necesario. Esta novedad dio pie a la estabilización financiera de las empresas y dio oportunidad a desarrollar medidas cruciales para la fabricación de productos de calidad.
Como resultado de estos cambios, los ingresos de las empresas han aumentado considerablemente, junto con las expectativas y los requisitos de calidad del mercado como tal. El servicio penitenciario sigue siendo responsable de vigilar estas necesidades.
Uno de los principales objetivos es asegurar que, al ser puestos en libertad, los convictos tengan la oportunidad de regresar a la sociedad por su propia voluntad y continuar comportándose como ciudadanos respetuosos de la ley. Por lo tanto, la estancia de los convictos y su estilo de vida en la prisión debe ser lo más comparable posible a la sociedad.
El trabajo en instalaciones externas también es beneficioso debido al entorno civil. A menudo realizan las mismas tareas que sus colegas no convictos. Con las debidas precauciones, los civiles y los presos realmente trabajarán juntos, lo que constituye una poderosa herramienta que ayuda a la reintegración. Los reclusos pueden familiarizarse con los sistemas ajenos a la justicia penal y adquirir ciertas pautas de comportamiento que pueden utilizar en el futuro.
El empleo es un instrumento vital para el éxito de la reintegración; los reclusos pueden reconocer y aceptar la importancia de tener un trabajo adecuado, aprender aptitudes profesionales útiles y obtener experiencias de trabajo, lo que contribuye a aumentar sus posibilidades en el mercado laboral tras su puesta en libertad. Las empresas penitenciarias tienen un papel crucial en la reducción de la reincidencia.
Las sociedades de responsabilidad limitada tienen una amplia gama de actividades, tales como: papelería doméstica y médica; imprenta, textiles, uniformes, equipamiento hospitalario, fabricación y distribución de ropa de trabajo, servicios de lavandería (ropa de trabajo, calzado, guantes de trabajo), puertas, ventanas y muebles; ganadería, producción de cultivos, fabricación de pasta, productos de panadería, alambre de cuchillas, alambre de púas, productos de acero diversos, construcción, etc.
En 2017, el servicio penitenciario logró que los reclusos participaran plenamente: están empleados, participan en actividades terapéuticas y reciben educación. El número total de presos involucrados está cerca de los 11. 000. 4.500 presos trabajan dentro de las prisiones. El 70 % realiza tareas regulares relacionadas con el mantenimiento, mientras que el resto está empleado en lugares de trabajo contratados. Es un esfuerzo constante el encontrar oportunidades para que los reclusos trabajen en un campo en el que tengan experiencia, a menos que un tribunal se lo prohíba. Estos presos suelen trabajar en talleres, cocinas, saneamiento, catering, peluquería, cuidado y gestión de almacenes. Gracias a esta alternativa, las prisiones no tienen que emplear a contratistas externos para las tareas relacionadas con el mantenimiento, lo que resulta en la reducción de los gastos del Estado. El objetivo es la completa autosuficiencia.
Los objetivos y beneficios de emplear a los reclusos se pueden resumir de la siguiente manera: facilitar la reinserción, preservar la salud mental y física, ofrecer la oportunidad de obtener ingresos, mantener el orden y la seguridad internos, contribuir a los gastos relacionados con el encarcelamiento y mantener el suministro interno.
También hay un marco educativo dedicado al desarrollo de habilidades y destrezas. Los reclusos pueden trabajar más eficazmente si están cualificados en lo que hacen, por lo que la educación es una herramienta crucial para la reintegración y se centra en las vocaciones que son muy necesarias para el mercado laboral.
De esta manera, los trabajadores tienen la experiencia requerida cuando salen de las prisiones. Los estudiantes asisten a cursos, tienen exámenes escritos u orales y visitan bibliotecas, tal como sus compañeros de fuera. Varios reclusos realizan sus exámenes finales después de terminar sus estudios primarios, y muchos de ellos reciben una cualificación certificada durante su periodo de privación de libertad.
El sistema correccional actual no solo se encarga de la ejecución de sentencias judiciales que implican la privación de libertad, sino de un amplio espectro de mecanismos de interconexión con la misión general de devolver a los presos a la sociedad. Esta es una tarea que no solo es necesaria, sino también fructífera: si tiene éxito, contribuye a la seguridad, lo que requiere una adaptación constante.
El empleo de presos puede efectivamente ocupar un lugar en el marco del funcionamiento de las empresas estatales que funcionan exitosamente. Hay un mercado para los artículos fabricados con el trabajo de los reclusos, y el servicio penitenciario ha logrado ser autosuficiente en ciertas áreas.
En definitiva, es evidente que el concepto que sigue el Servicio Penitenciario Húngaro es único: implica a entidades estatales que, como resultado de una fuerte cooperación de las partes principales, pueden satisfacer tanto las necesidades de las fuerzas armadas homólogas, como las de los organismos gubernamentales y demás clientes privados, y al mismo tiempo garantizar un funcionamiento cotidiano rentable y una alternativa viable para facilitar la reinserción de los presos.
Para concluir: el concepto funciona, y se han establecido todos los dispositivos legales para garantizar que las industrias penitenciarias sigan siendo una forma eficaz, rentable y socialmente útil de ofrecer mejores alternativas a los reclusos.
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El coronel Tamás Farsang es actualmente el director ejecutivo de Bv Holding Ltd., cargo que ocupa desde el 15 de diciembre de 2018. Sus labores consisten en la coordinación de las 12 sociedades de responsabilidad limitada dedicadas al empleo de los reclusos, la supervisión de su trabajo y el cumplimiento de las tareas que se derivan de las disposiciones y reglamentos.