Entrevistas
Caron McCaffrey
Directora General del Servicio Penitenciario de Irlanda & presidente de EuroPris (Organización Europea de Servicios Penitenciarios)
Caron McCaffrey fue nombrada directora general del Servicio Penitenciario de Irlanda en diciembre de 2018 y es responsable de gestionar un presupuesto anual de 395 millones de euros. Es la primera mujer en ocupar el puesto de liderazgo más alto en este órgano, donde ha estado encabezando cambios estratégicos clave.
La nueva estrategia, lanzada en 2019, se vio afectada por los desafíos provocados por la pandemia, pero en esta entrevista, la directora McCaffrey revela que su administración se mantuvo enfocada en mejorar los servicios que se brindan a los reclusos y ampliar las infraestructuras penitenciarias, entre otros objetivos principales.
Desde octubre de 2021 también es presidenta de EuroPris (la Organización Europea de Servicios Penitenciarios). En EuroPris, está comprometida con el desarrollo de conocimiento, mejores prácticas y profesionalismo en el ámbito de prisiones.
JT: En su introducción al Plan Estratégico del Servicio Penitenciario de Irlanda para el período 2019-2022 (Irish Prison Service Strategic Plan 2019-2022), usted explica que la estrategia se ha construido en torno a cinco pilares: apoyo al personal, apoyo al recluso, custodia segura y sin riesgos, infraestructuras penitenciarias y gestión.
¿Puede explicarnos su plan de acción para lograr los objetivos de cada uno de dichos pilares? ¿Cuál es el estado de ejecución de su estrategia para la institución y cómo evolucionará en adelante?
CM: En 2019, el Servicio estableció un ambicioso plan para la mejora y el desarrollo del servicio en nuestra nueva Declaración de Estrategia.
Dicha Estrategia tenía que ser la hoja de ruta para la puesta en práctica de nuestras prioridades para los años que vendrán. Por aquel entonces, nadie sabía qué nos esperaba ni el impacto que la pandemia tendría en toda la sociedad.
Superar las dificultades derivadas de la COVID-19 devino nuestro centro de atención principal en marzo de 2020, pero la voluntad de continuar cumpliendo los objetivos de nuestra Estrategia permaneció firme en nuestros planes. Me satisface decir que, desde 2019, los avances han sido considerables, y que la mayor parte de las acciones se han completado o casi completado.
Mejorar el servicio dispensado a los reclusos ha continuado siendo una prioridad, incluido el servicio de atención sanitaria. Hemos logrado un progreso notable mediante la Evaluación de Necesidades Sanitarias y la participación en el Grupo de Trabajo Interdepartamental en Salud Mental.
También hemos continuado mejorando nuestros recursos para ofrecer apoyo psicológico a los reclusos, lo que ha permitido que nos replanteásemos ciertos programas de tratamiento, incluidas las intervenciones para agresores sexuales.
La modernización de los edificios penitenciarios ha proseguido, pese a las dificultades experimentadas en el sector de la construcción. Hemos avanzado mucho en la construcción de nuevas instalaciones en la prisión de Limerick, un proyecto que transformará las instalaciones allí disponibles, especialmente para las mujeres reclusas.
Además, recientemente introdujimos una estructura de gestión revisada, que incluye un nuevo modelo de funcionamiento para nuestros foros y equipos de alta dirección. Acabamos de iniciar el despliegue de la nueva estructura funcional a escala local, que resultará en una mejor cooperación entre prisiones y sedes principales y, por ende, en mejor rendición de cuentas y cumplimiento.
Las mejoras también han sido enormes en la gestión de riesgos, con el establecimiento de un Nuevo Marco de Gestión del Riesgo. Actualmente estamos trabajando en un nuevo Plan Estratégico a través del cual partimos de las reformas recientes y consideramos las experiencias propias y el aprendizaje adquirido en los dos últimos años.
La innovación y la digitalización ocuparán el primer lugar en nuestra planificación estratégica para el futuro, y se basarán en algunos de los proyectos altamente innovadores llevados a la práctica durante la pandemia.”
JT: “El hacinamiento reapareció en 2018 tras un período de descenso en las cifras de reclusos en el sistema penitenciario. Las primeras cifras correspondientes a 2019 muestran que es probable que la situación se mantenga”. Así lo informó la Oficina del Inspector de Centros Penitenciarios en su informe anual de 2018.
La pandemia habrá aliviado la situación de desbordamiento en 2020-2021. Con todo, existe el temor de que las prisiones vuelvan a estar sobrepobladas, algo que mencionan las organizaciones defensoras de la reforma penal.
¿En qué medida el nivel de hacinamiento es un impedimento para sus objetivos de gestión? ¿Qué papel pueden desempeñar el Servicio Penitenciario para continuar avanzando en la aplicación de medidas alternativas?
CM: Desgraciadamente, la presión de las cifras en los sistemas penitenciarios no es algo nuevo. El hacinamiento existió en el pasado, y hemos aprendido que constituye un impedimento importante para la rehabilitación.
Por suerte, durante la pandemia, pudimos mantener unas cifras de reclusos manejables, lo que nos permitió introducir medios de control de contagios adecuados. Sin embargo, con el retorno a niveles de actividad más normales en el sistema de la justicia penal, es de esperar que en los próximos años el número de reclusos aumentará.
Disponer de plazas carcelarias adicionales es esencial para abordar el hacinamiento, y mantenemos la inversión en las infraestructuras penitenciarias. En julio de 2022 reabrimos la Unidad de Formación (Centro de detención en Dublín), lo que ha proporcionado 96 plazas adicionales para los reclusos de más edad. Con la apertura de un nuevo alojamiento en Limerick se crearán 90 plazas para hombres y 22 plazas para mujeres en los próximos meses.
Sin embargo, poder ofrecer más plazas carcelarias no es algo que se consiga de la noche a la mañana, y supone un coste elevado tanto en construcción como en funcionamiento. Debemos, pues, continuar procurando que solo ingresen en prisión quienes plantean un riesgo más grave para la seguridad pública. He ahí el motivo por el que participé en la Revisión de las Opciones de Políticas para las Prisiones y la Reforma Penal, ahora publicada por la ministra McEntee.
Entre diversas cuestiones, la revisión recomienda que se reduzca el uso de las penas de prisión breves (especialmente aquellas cuya duración es inferior a 3 meses) y que se explore de qué modo puede proporcionarse al sistema judicial una gama más amplia de sanciones que no impliquen la puesta bajo custodia.
Las sanciones comunitarias pueden desempeñar un papel importante para abordar la delincuencia, reduciendo la reincidencia, protegiendo a las personas y al mismo tiempo exigiendo responsabilidad por parte del individuo.
Las condenas que no implican la privación de la libertad, que incluyen las penas en que una persona debe realizar servicios para la comunidad, permiten que una persona mantenga los vínculos con su comunidad. Ello mejora las probabilidades de que dicha persona no vuelva a delinquir y, en último término, conduce a una sociedad más segura.
La Revisión de las Opciones de Políticas para las Prisiones y la Reforma Penal 2022-2024 establece seis acciones prioritarias que se han asociado a reducir la reincidencia, contribuir al desistimiento en la intención de delinquir, evitar el hacinamiento en las prisiones y recurrir menos a las penas privativas de libertad como sanción principal impuesta a quienes delinquen.
Otra prioridad es llevar adelante el plan de implantación del grupo de trabajo establecido en relación con los problemas de salud mental y adicciones de los reclusos y la asistencia en atención primaria en el momento de la puesta en libertad.
Necesitamos asegurar que todas las decisiones de políticas en materia de justicia penal se evalúen previamente para, en la medida de lo posible, determinar el impacto que tendrán en todo el ámbito de la justicia penal.
Además, es preciso establecer un Consejo Consultivo de Política Penal. Una última prioridad es la de introducir margen discrecional judicial para establecer los períodos mínimos de cumplimiento de cadena perpetua y examinar la eficacia del uso de las penas mínimas obligatorias para ciertos delitos.
¿Cuáles han sido las principales dificultades y oportunidades que han surgido en el Servicio Penitenciario de Irlanda a raíz de la pandemia de COVID-19?
CM: Ha sido un período realmente excepcional y difícil, ya que intentamos mantener la seguridad de todas las personas que viven y trabajan en nuestras prisiones. Como Servicio, hemos demostrado capacidad de adaptarnos y ser flexibles, resilientes y muy innovadores. Nuestro personal ha afrontado las dificultades con profesionalidad y dedicación.
En 2020 asistimos a la introducción de nuevas formas de prestación de servicios, incluidos los teleservicios para capellanía y psicología y la introducción de sistemas electrónicos para la transferencia de dinero.
También implantamos las visitas virtuales con familiares y amistades, utilizando la tecnología de videoconferencia; e introdujimos teléfonos en las celdas para que los internos pudiesen mantener el contacto con sus personas próximas y contribuir a su salud mental.”
Gracias a ello, continuamos prestando el mejor servicio posible a los presos y a sus familias. Ahora, en un entorno menos restringido, muchos de los sistemas nuevos se han mantenido de forma definitiva para la prestación de los servicios y ayudar a los reclusos.
JT: Una dificultad específica que afecta al sistema penitenciario irlandés tiene que ver con ciertas particularidades de la población reclusa; en particular, con el aumento de la presencia femenina y de personas de la tercera edad y de miembros de bandas.
¿Cómo aborda el Servicio Penitenciario de Irlanda las particularidades de este tipo de reclusos?
CM:En las últimas décadas, los importantes cambios demográficos experimentados en Irlanda han desembocado en una mayor diversidad de la población irlandesa, lo que se refleja entre quienes entran en contacto con el sistema de justicia penal.Cada una de nuestras prisiones tiene un régimen propio y cubre las necesidades de las personas que tiene bajo su custodia.
Todas las penas se gestionan a través de Coordinadores de Gestión Integrada de las Penas que actúan desde las prisiones, con la asistencia de la dirección de la prisión y equipos multidisciplinarios.
Ello incluye los servicios de Educación, Formación laboral, Capellanía, Libertad condicional, Psicología, Formación y empleo, Reinserción y Asistencia sanitaria y tratamiento de adicciones. Estos equipos trabajan con personal de operaciones a fin de conseguir eficacia en la gestión de penas y la atención a los reclusos.
Los Coordinadores de Gestión Integrada de las Penas también participan de modo activo en la planificación de penas para categorías específicas de reclusos que cumplen condenas de duración inferior a un año. Por ejemplo, mujeres, presos que se han declarado en riesgo de no tener un hogar cuando salgan en libertad, o presos que participan en el Programade Apoyo de la Comunidad.
El Programa de Apoyo de la Comunidad es una iniciativa que se dirige a los delincuentes que cumplen condenas breves, de 3 a 12 meses, y se les aplica a delincuentes que han ingresado a prisión hace poco tiempo. Tiene por objetivo identificar factores de riesgo, establecer las derivaciones apropiadas y preparar un plan de gestión de pena para cada caso.
El Servicio Penitenciario colabora con el An Garda Síochana (el servicio nacional de policía) para identificar a miembros de grupos de delincuentes que llevan a cabo conductas delictivas mientras permanecen en custodia y así evitar que influyan en el resto de reclusos.
Ejemplo de ello lo encontramos en las iniciativas emprendidas por nuestro Grupo de Apoyo Operativo (OSG), que ha dificultado para los reclusos la posibilidad de participar en actividades ilícitas mientras permanecen en prisión. El personal continúa haciendo registros diarios aleatorios a las celdas y basados en información de inteligencia.
Nuestra unidad canina rastrea las instalaciones y también se dedica a búsquedas en las entregas y suministros. Tenemos ejemplos recientes en la prisión de Mountjoy, donde tuvieron lugar dos de las mayores incautaciones de contrabando conocidas hasta la fecha. Los avances en la tecnología de detección de drogas han demostrado ser altamente eficaces.
La función básica del Grupo de Apoyo Operativo incluye la recopilación y el cotejo de información de inteligencia sobre miembros de grupos de delincuentes que se encuentran en custodia, llevando a cabo registros basados en el conocimiento e impidiendo que el contrabando, donde se incluyen los teléfonos móviles, pueda penetrar en la prisión.
Las dificultades y oportunidades son comunes a muchos Servicios Penitenciarios. Valoro mucho que a través de cada uno de los Servicios [Penitenciarios] que están activos como parte de la red de EuroPris podamos compartir aprendizajes y mantenernos proactivos, lo que nos permite convertirnos en entes de primera clase que contribuyen a hacer más seguras las comunidades para todos.”
JT: Además de dirigir el Servicio Penitenciario de Irlanda, usted es presidente de EuroPris, y lidera su Junta Directiva.
Háblenos de su papel en EuroPris y de la importancia de estar implicada en el ámbito penitenciario internacional.
CM:He sido miembro de la junta directiva de EuroPris desde 2019, y fui elegida para el cargo de presidente en octubre de 2021. Tengo el compromiso hacer avanzar la labor de EuroPris, y además creo fervientemente en la misión y la visión de, entre otras cosas, ser un centro de experiencia y habilidad para el conjunto de los servicios penitenciarios europeos, y avanzar en las mejores prácticas y la profesionalidad en nuestro ámbito.
Nunca hasta ahora el valor de EuroPris ha sido tan demostrable y vital. Para la organización, los últimos tres años han sido de crecimiento y desarrollo. Juntos nos hemos esforzado por facilitar la puesta en común de información sobre la COVID-19 entre nuestros miembros, así como por desarrollar nuestra capacidad de celebrar acontecimientos virtuales y de mejorar nuestras plataformas de intercambio de comunicación e información. Creo que el valor de EuroPris se ha materializado y reforzado en los últimos años y espero poder ampliar este éxito en el futuro.
El panorama de la gestión corporativa ha cambiado sustancialmente a lo largo de la trayectoria de diez años de EuroPris. Como Junta Directiva, pensamos que había llegado el momento de revisar los estatutos societarios y alinearlos con las mejores prácticas en gestión corporativa. Y así fue como en noviembre de 2021 emprendí la revisión de los estatutos, que constituyen los cimientos de la organización.
En nuestra última Junta General Anual, hubo una clara preferencia por centrarnos más en la comunicación y en la presencia en internet. He ahí una cuestión sobre la que he reflexionado mucho durante el ejercicio, con el objetivo expreso de asegurar que las mejores prácticas compartidas lleguen a quienes trabajan en la primera línea.
Las dificultades y oportunidades son comunes a muchos Servicios Penitenciarios. Valoro mucho que a través de cada uno de los Servicios [Penitenciarios] que están activos como parte de la red de EuroPris podamos compartir aprendizajes y mantenernos proactivos, lo que nos permite convertirnos en entes de primera clase que contribuyen a hacer más seguras las comunidades para todos.
Caron McCaffrey
Directora General del Servicio Penitenciario de Irlanda & Presidente de EuroPris
Caron McCaffrey fue nombrada directora general del Servicio Penitenciario de Irlanda en diciembre de 2018. Trabajó en el sector judicial durante muchos años antes de ocupar un cargo en este órgano, en 2006. Desde entonces ha asumido diversas carpetas. También es presidenta de EuroPris, la Organización Europea de Servicios Penitenciarios. Se graduó en Humanidades en NUI Maynooth y obtuvo un máster (en Relaciones Internacionales) en la Dublin City University. Además, posee un Diploma Avanzado en Derecho Laboral Aplicado de King’s Inns y un Diploma de Posgrado en Gestión Corporativa de la UCD Smurfit Business School.