Artículo
Dave Lageweg
La pandemia de la COVID-19 ha supuesto para los servicios de prisiones un nuevo desafío. La crisis de la sanidad pública ha impuesto el distanciamiento social y otras restricciones; en consecuencia, la mayoría de las administraciones de prisiones, de todo el mundo, han restringido o suspendido el régimen de visitas presencial.
Para ello encargamos un estudio al Laboratorio BSAFE de la Universidad UBI, a fin de comprender el efecto de las videovisitas en las prisiones.
Las prisiones francesas en las que se aplicó el sistema de videollamadas sirvieron como caso práctico de estudio. Los resultados apuntan a una complementariedad altamente positiva de las videollamadas y numerosos beneficios. Una muestra de parientes de los reclusos participó en una encuesta sobre la utilidad atribuida a las videollamadas. Los resultados hablan por sí solos.
La gran mayoría (75%) de los familiares que respondieron a la encuesta dijeron que gracias a las videollamadas tenían contacto más frecuente con el recluso. En comparación, las llamadas de voz también lo hacen, ¡pero casi un 15% menos!
La totalidad de las personas que respondieron consideran que el contacto regular por vídeo con sus seres queridos que se encuentran en prisión reducía la ansiedad de los internos. Para casi todos los familiares (93%), las videollamadas hacen que el interno sienta más el deseo de salir de la prisión y reunirse con su familia lo antes posible. Además, el 87% de los familiares creen que las videollamadas permiten a la persona que está en prisión mejorar la gestión de su vida bajo custodia.
Las llamadas telefónicas tradicionales solo se consideran mejores para la regularidad en el contacto entre la familia del interno y su abogado. Más del 60% lo defendían frente a un 50% que defendían las videollamadas. El potencial de combinar la comunicación por vídeo con la comunicación telefónica tradicional podría permitir un mejor aprovechamiento del contacto con los seres queridos y con los representantes, con el resultado de optimizar los efectos.
Además, la investigación consideraba datos estadísticos procedentes de la plataforma de comunicación; en particular, datos relacionados con llamadas en más de 195 centros del conjunto de Francia.
A este nivel, caben diversas observaciones: el sistema de videollamada se instaló gradualmente entre enero y julio de 2021; las videollamadas fueron gratuitas hasta finales de junio, y empezaron a cobrarse en julio; había al mismo tiempo la posibilidad de hacer videollamada y llamada tradicional, y las autoridades de las prisiones fueron reintroduciendo gradualmente las visitas presenciales a lo largo de 2021. En lo que se refiere a la comparación, basada en datos, de las llamadas telefónicas con las videollamadas, según la investigación, entre enero y julio de 2021, la duración media de una llamada típica era de aproximadamente seis minutos; esta duración promedio se duplicó con creces con la introducción de la función de video. En consecuencia, las videollamadas han permitido más tiempo de contacto entre los reclusos y sus seres queridos.
Cuando las videollamadas empezaron a cobrarse, a partir de julio de 2021, la duración media de las llamadas al mes para cada usuario descendió en aproximadamente 50 minutos. Si hasta junio los internos tenían un promedio total mensual de una hora y media en videollamadas, a partir de julio se redujo a 40 minutos.
Por otra parte, las videollamadas hechas a las personas allegadas que se encontraban en el extranjero crecieron incluso después de que dejasen de ser gratuitas.
En junio de 2021, el 16% de las videollamadas eran con contactos que se encontraban en el extranjero mientras que, en el período de julio a septiembre del mismo año, se llegó al 22%.
Así, pues, Francia tiene ahora, entre la población reclusa, usuarios frecuentes que prefieren las videollamadas con sus familiares que se encuentran en el extranjero en lugar de las llamadas telefónicas.
Se trata de algo esencial; gestionar el cambio requiere centrarse especialmente en el logro de los resultados buscados. El cambio implica a los internos y a sus contactos y, al mismo tiempo, debemos prestar especial atención al personal, para que comprendan los beneficios y los acepten.
Dichos beneficios incluyen un entorno de trabajo más protegido y seguro. También deberíamos considerar la gestión de las visitas personales y las actividades de seguridad. Estas se reducirán, lo que permitirá a los funcionarios centrarse en trabajo de más valor.
De hecho, las videovisitas paliaron el efecto de la interrupción de las visitas personales durante la pandemia. El que dejase de haber visitas presenciales generó mucha tensión en las prisiones, que se dirigía principalmente contra los funcionarios.
“Esta solución elevó el estado de ánimo. Al final, todos estuvieron satisfechos. Fue una estrategia de beneficio mutuo para los reclusos, sus seres queridos y el personal de la prisión”, destacó el director de Programas Tecnológicos del sistema francés.
¿Serán las videollamadas un nuevo estándar de comunicación en las prisiones? En Telio estamos convencidos de que sí.
Dave Lageweg
Como director comercial, Dave Lageweg apoya a TELIO en su misión, no solo como una empresa de comunicaciones sino también como un socio esencial en digitalización en el ámbito penitenciario, con soluciones que van desde videollamadas y visitas virtuales, los servicios digitales con quioscos de autoservicio y tabletas hasta la detección e interferencia de teléfonos móviles y las comunicaciones de voz. La carrera de Dave comenzó hace más de dos décadas en el Ministerio de Justicia y Seguridad holandés, y siempre ha participado activamente en el apoyo a los gobiernos a través de la tecnología. Es licenciado en Tecnologías de la Información y Comunicación por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam.