JT: ¿Cuáles son las condiciones de trabajo ofrecidas?
JTL: La relación laboral que establece CIRE con los internos que desarrollan una actividad laboral está regulada por una norma legal del Estado. El trabajo es remunerado y, por lo general, los internos trabajan en turnos de mañana o tarde, a razón de cuatro horas por turno. Los internos quedan incluidos automáticamente en el Régimen General de la Seguridad Social como cualquier otro trabajador en libertad, y gozan de la misma prestación de asistencia sanitaria, y de acción protectora. También están protegidos por la contingencia de desempleo cuando son liberados, a razón de lo que hayan cotizado durante su periodo de condena en ese trabajo.
La retribución que reciben se determina en función del rendimiento normal de la actividad de que se trate. Hemos desarrollado y estamos poniendo en práctica una revisión profunda del modelo retributivo del trabajo penitenciario. El objetivo es pasar de un modelo en que la retribución es por pieza hecha a uno en que prima el tiempo y la calidad – y también la productividad pero ya como complemento motivacional. Hemos incorporado elementos cualitativos que nos permiten clasificar a los trabajadores en diferentes categorías laborales, en función del grado de competencia que van asumiendo, lo que, a la vez, les permitirá una progresión y una retribución superior. Esta reforma va a acercar más la vida del interno a la que tendrá cuando sea liberado y se (re)incorpore al mercado laboral.
JT: ¿Y cuál es el estado de cosas en cuanto a ese nuevo modelo retributivo?
JTL: Está en periodo de prueba desde octubre 2017. Se trata de un proyecto revolucionario porque rompe los esquemas de la visión del trabajo penitenciario y de la formulación retributiva desde la propia base, así que los plazos de su incorporación son algo lentos. La previsión es que el 2018 nos sirva para incorporar, como mínimo, un tercer centro en la prueba piloto y que todos los demás centros se pudieran incorporar antes de finales del 2019.
Hemos definido todo un modelo de relación laboral acorde a la legislación que rige el régimen laboral general (en libertad) e instalado un modelo de relación con las empresas privadas, puesto que el cambio también afecta a la prestación recibida por parte de ellas. Esto presupone un proceso de renegociación con muchas empresas y la sustitución de algunas que no van a encajar en este modelo. Aquellas que laboran en los dos centros piloto han ofrecido una colaboración importante, pero, desde un punto de vista práctico, el cambio en el sistema económico de relación entre las empresas y el CIRE tardará varios meses en hacerse realidad. Hay buena voluntad, pero el ajuste económico no es automático.
JT: ¿Cómo funciona el proceso de reclutamiento de internos para el trabajo?
JTL: Nuestro objetivo es dar trabajo a cualquier interno que, jurídica y físicamente, esté en disposición y que voluntariamente quiera hacerlo.
El trabajo forma parte de lo que, en nuestro sistema, se denomina el PIT (Programa Individualizado de Tratamiento). Así, se crean grupos de trabajo, entre el propio CIRE y el equipo de tratamiento de cada centro, que analizan los casos de los internos que solicitan un puesto de trabajo. Se tienen en cuenta elementos de seguridad, bien como el área de salud, el área de atención especializada (que rige el itinerario de rehabilitación del interno), el área educativa (que se encarga de la formación complementaria u obligatoria para realizar una actividad laboral) y el área socio económica y familiar (que basa su actividad en criterios como las cargas y vinculaciones familiares). Se entrelazan los puestos vacantes con la lista de internos aspirantes, previamente evaluada y sectorizada por capacidades y formación del interno. Si es necesario – de forma previa o simultanea – se proporciona al interno un curso o un itinerario de formación. Una vez hecha la preselección, se canalizan los internos a los puestos de trabajo más indicados. De esta actividad conjunta se desprende un expediente único del trabajador, cuyo objetivo es aunar todos los datos (personales, laborales, formativos, expediente disciplinario y judicial y expediente médico) en un mismo documento que facilite la toma de decisiones que afecten al interno.