// Entrevista: Peter Severin
Comisario de los Servicios Correccionales de Nueva Gales del Sur (SCNGS), Australia
JT: ¿Cómo están organizados los servicios correccionales en Australia?
PS: En Australia, todos los estados y territorios son independientes en términos de su sistema judicial y correccional. Cada estado tiene su propia legislación y código penal y también hay una ley federal. Entonces, para los delincuentes que son condenados por ofensas contra la ley federal, donde sea que el crimen sea cometido y seas condenado, ahí es donde cumples tu condena. Si bien los estados y territorios tienen sistemas separados, trabajamos muy de cerca y en conjunto. Los administradores se reúnen dos veces al año para compartir prácticas, y buscan aprovechar oportunidades de mejoras entre sí. No tenemos una agencia federal que tenga algo que ver con las prisiones, y el gobierno federal tiene muy claro que no es un área en la que quieran involucrarse.
JT: ¿Qué puede decirnos acerca de los recursos humanos y de la capacitación del personal que trabaja en los Servicios Correccionales de Nueva Gales del Sur (SCNGS)?
PS: Tenemos un plan de estudios nacional que es ligeramente diferente en cada estado, pero nuestros programas de capacitación están alineados, por lo que un agente en un estado también puede convertirse en un agente en otro estado, a través de un programa puente.
Para un agente penitenciario, la capacitación es entre nueve y doce semanas para comenzar, y luego tienen un año para completar un Certificado 3 en Práctica Correccional. Nuestro personal especializado, como psicólogos, trabajadores sociales y educadores, tiene un título universitario.
Lo que hemos identificado claramente como una brecha, la cual estamos cerrando, es que a pesar de que tenemos una formación fundamental muy sólida, no tenemos una muy buena capacitación gerencial. Se trata de desarrollar personas que entienden los recursos humanos, las finanzas y las operaciones de una manera muy aplicada. Por lo tanto, hemos diseñado programas de capacitación muy específicos para mandos medios y directores de prisiones que les proporcionarán herramientas mucho mejores para ser más efectivos.
Además, hay un programa nacional de liderazgo ejecutivo que es muy aplicado y específico. Siempre tenemos alrededor de tres o cuatro Comisionados o Directores Generales para dar conferencias, así como académicos y otros líderes en el sector de la justicia. Aunque todavía está evolucionando, este programa está basado, de forma muy consistente, en las áreas relevantes en las que debemos enfocarnos.
JT: Fue bajo su liderazgo que el Departamento Correccional de Australia del Sur logró reducir la tasa de reincidencia en un 10% durante varios años consecutivos. ¿Qué ha hecho para lograr eso? ¿Y ha usted logrado replicar “la fórmula” en Nueva Gales del Sur?
PS: Fue un esfuerzo realizado por todas las partes del sistema de justicia penal y también dentro de un entorno político que estaba abierto para impulsar el cambio y reducir la reincidencia. Había una relación muy fuerte entre la acusación, los abogados defensores, los tribunales, la policía y el sistema correccional, y tuvimos bastante éxito en la identificación de alternativas al encarcelamiento. Identificamos, por ejemplo, que el 45% de nuestra población en prisión preventiva estaba en prisión por menos de 14 días. Entonces, organizamos iniciativas fuera del entorno de custodia, como ayudar a un acusado a encontrar un lugar para vivir.
Fue bastante único y algunos de los elementos continúan siendo muy relevantes hoy. En Nueva Gales del Sur, se realizaron esfuerzos similares entre 2009 y 2011 y la reincidencia disminuyó; sin embargo, lamentablemente, esta disminución no continuó. En toda Australia, la vigilancia policial se ha vuelto cada vez más eficiente – porque se ha centrado más en la aplicación de la ley y sanciones más fuertes – por lo que terminamos teniendo más personas bajo custodia.
El crimen es un problema social. Solo si realmente logra que todas las partes del sistema de justicia penal – si no todos los servicios humanos – trabajen en estrecha colaboración, logrará cambios y una reducción sostenible de las tasas de encarcelamiento; las prisiones por sí solas no pueden hacerlo. Es un esfuerzo colectivo y requiere voluntad política.
La vigilancia policial se ha vuelto cada vez más eficiente por lo que terminamos teniendo más personas bajo custodia.
JT:En Australia, el estado de Nueva Gales del Sur ya cuenta con la red de prisiones más grande y, en este momento, está expandiendo sus infraestructuras. ¿Puede decirnos más detalles sobre dicha expansión?
PS: Con base en el cambio de tendencia y el aumento en el número de prisioneros, hemos experimentado un crecimiento pasando de 9 500 prisioneros a aproximadamente 13 200 en dos o tres años. Por supuesto, ningún sistema puede absorber un aumento tan enorme en un período tan corto de tiempo. Entonces, el gobierno comprometió AU$ 3.8 billones (US$ 2.9 billones, € 2.4 billones), 2.4 de los cuales son para la infraestructura de capital, y 1.4 es para operarlo. Esa es una inversión importante y significa 5 000 camas adicionales. También estamos buscando optimizar nuestro sistema a través de una estrategia que nos lleve a ser más eficientes en la forma en que usamos y configuramos nuestra infraestructura.
Sin embargo, la única forma de lograr un cambio sostenible y lograr un equilibrio, entre el uso correcto de las correcciones comunitarias y las prisiones, es centrar la atención en la reforma legislativa e identificar qué más funciona de manera que no resulte en una erosión de la confianza de la comunidad en nuestra misión, pero que en realidad complementa un entorno de justicia penal bien configurado.
Estamos construyendo, estamos expandiendo las cárceles existentes, hemos erigido algunas cárceles de construcción rápida que fueron contratadas en un período de tiempo muy corto y construidas en 12 meses. Además, estamos construyendo una nueva instalación de 1700 camas como una asociación público-privada ( PPP / PFI) – el consorcio privado lo está diseñando, construyendo, operando, manteniéndolo y financiándolo, por lo que será administrado de manera privada – y, con suerte, en algún momento, podremos desmantelar la infraestructura vieja y obsoleta que aún tenemos.
JT: ¿Cómo son estas nuevas prisiones en términos de diseño y de tecnologías?
PS: Usamos la tecnología bastante extensamente – obviamente por seguridad, asegurándonos de que podamos optimizar la seguridad – pero cada vez más también mediante el uso de la tecnología en las celdas, que es interactiva y que además maneja las tareas administrativas de rutina. Eso se pondrá en marcha muy pronto, y tenemos que asegurarnos de que haga lo que promete y que sea una inversión responsable.
En lo que respecta al diseño, Australia ha buscado en todas partes por buenos diseños, y, donde sea que tengamos una nueva prisión construida, parece mejorar lo que había antes, especialmente en proyectos nuevos. Nuestras prisiones son grandes, tienen mucho espacio abierto y al aire libre. Intentamos crear zonas en las que los reclusos puedan vivir de manera tranquila y abierta, una especie de prisión al estilo de un campus abierto, incluso para prisioneros de máxima seguridad que sean aptos.
Hemos creado una configuración modular bastante interesante que, literalmente, se puede apilar de una manera estéticamente agradable, pero que es una adquisición muy rápida y, desde una perspectiva tecnológica, también se puede adaptar o instalar de inmediato con todas las tecnologías modernas que ofrece la industria en estos días.
El gobierno comprometió AU$ 3.8 billones, una inversión importante que significa 5 000 camas adicionales.
JT: Hay una gran sobrerrepresentación de ciudadanos indígenas en las prisiones de Australia. En Nueva Gales del Sur, aunque la comunidad indígena representa menos del 3% de la población total, equivale al 25% de los presos del estado. (Fuente: The Sydney Morning Herald, 27/11/2014). ¿Cómo viene enfrentando este desafío?
PS: Es un problema social que los administradores, los políticos y cualquier persona involucrada en el sistema de justicia penal conocen perfectamente. Las alternativas a la prisión permitirán un trato mucho más proactivo con esta realidad, sin embargo, los servicios correccionales, por sí mismos, pueden hacer muy poco.
Tenemos vías para los pueblos indígenas en nuestro sistema: intervenciones específicas y culturalmente apropiadas, y un enfoque muy fuerte en las mujeres indígenas.
No hay una respuesta breve sobre cómo abordar de manera constructiva y sostenible la sobrerrepresentación de los pueblos indígenas en nuestro sistema. Hemos presentado algunas buenas iniciativas, sin embargo, el desafío es que muchas de ellas no son sostenibles.
JT: ¿Hasta qué punto ha sido para usted la experiencia de ser miembro de la Junta de ICPA y en qué medida ha contribuido a su trabajo como Comisionado?
PS: La ICPA es la organización líder mundial en asuntos relacionados con las correcciones, la administración de los sistemas correccionales y aquellos asuntos y soluciones que realmente marcan la diferencia y deben ser perseguidos por todas las jurisdicciones.
Reunir a los sectores público, privado y no gubernamental, así como a investigadores y académicos, es una forma fantástica de aprender las últimas prácticas y luego implementarlas donde tengan sentido. Lo he hecho bastante extensamente.
Fui elegido miembro de la Junta Directiva en 2010 y he sido Vicepresidente desde 2014, por lo que estoy muy agradecido por tener la oportunidad de reunirme con muchos colegas, de todas partes del mundo, para tener un diálogo muy intenso, para aprender cosas que realmente se han identificado como una diferencia, y para intercambiar y compartir mis propios aprendizajes con los demás.
Más recientemente, comencé a aprovechar el hecho de trabajar en este contexto global: cada seis u ocho semanas conecto mi equipo ejecutivo con uno de los comisionados, directores generales o académicos de todo el mundo; tenemos una sesión de Skype y hablamos por una hora sobre sus experiencias. Es una gran oportunidad para que aprendan y obtengan todos los beneficios de participar en este intercambio.
JT: ¿Qué desafíos considera más apremiantes para el sistema correccional que dirige?
PS: Claramente, un problema desafiante es la reincidencia. El Gobierno de Nueva Gales del Sur ha establecido objetivos muy ambiciosos para que hagamos la diferencia. Además del programa de infraestructura, también nos han proporcionado AU$ 237 millones, durante cuatro años, para introducir cambios legislativos y programáticos en la forma en que tratamos con los delincuentes. Eso se ha hecho de diferentes maneras: las órdenes de libertad condicional se han simplificado mediante enmiendas a la legislación esencialmente en dos órdenes: una es una Orden de Correcciones Intensivas que hará con que muchas personas que podrían obtener condenas cortas recibir una alternativa en la comunidad que podría involucrar el monitoreo electrónico y la participación obligatoria en programas, y la otra es la Orden de Supervisión Comunitaria que se ocupa de los delincuentes de bajo riesgo y de las correcciones en la comunidad. Al tener solo dos órdenes de supervisión comunitaria, abrigamos la esperanza de que las correcciones comunitarias se vuelvan más atractivas para los tribunales.
También estamos analizando nuestros programas de intervención para delincuentes violentos y sexuales, nuestros programas cognitivo-conductuales para el uso indebido de drogas y alcohol, violencia doméstica, y un enfoque particular en los delincuentes indígenas.
Entonces, sin un esfuerzo muy tangible en relación con la estructuración de la realidad penitenciaria de una manera significativa, no creo que los servicios correccionales sigan contribuyendo como deberían. Afortunadamente, nuestro gobierno nos ha dado los medios para implementar cambios.
El segundo desafío es la necesidad de hacer más y mejor con menos. Claramente, existe la necesidad de analizar consistentemente nuestra efectividad y eficiencia. Hemos estado ejecutando un programa muy fuerte para encargar nuestros servicios de la manera más ventajosa y eficiente. También tenemos un gobierno que está interesado en las pruebas de mercado, lo que significa que queremos que las operaciones públicas puedan hacer frente a la competencia del sector privado. De hecho, hemos realizado una prueba de mercado de una instalación existente con tres de las grandes empresas del sector privado que participaron en una licitación junto con una oferta interna. Para sorpresa de todos, la apuesta interna ganó y ciertamente estábamos muy orgullosos de eso. Por lo tanto, eso demuestra que el sector público realmente estaba tratando de estar a la altura del desafío, que puede ofrecer servicios de la manera más efectiva – si no más efectiva – y eficiente que el sector privado.
JT: ¿Cómo se imagina el futuro de los Servicios Correccionales de Nueva Gales del Sur?
PS: Me gustaría pensar que veremos un uso mucho mayor de la supervisión basada en la comunidad. Quiero una profesionalización continua de nuestra fuerza de trabajo en todos los niveles dentro de la organización, y también me gustaría pensar que nuestro programa de infraestructura no solo proporciona más camas, sino que también agiliza nuestro sistema para hacerlo más eficiente.
Espero que vamos a seguir siendo un socio fuerte en el sistema de justicia penal, junto con otras agencias como los tribunales, la policía, abogados defensores, la fiscalía y otros, para tener un sistema donde la comunidad pueda sentirse segura, pueda tener la confianza de que el sistema de justicia funciona bien, y que reduce el daño que puede causar a aquellos que realmente se encuentran en la lamentable situación de tener que cumplir una pena de prisión.
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Peter Severin comenzó su carrera en Alemania, allá por 1980. Antes de unirse a los Servicios Correccionales de Nueva Gales del Sur (SCNGS), fue Director Ejecutivo del Departamento de Servicios Correccionales de Australia del Sur durante casi diez años. Anteriormente había sido Director General Adjunto del Departamento de Servicios Correccionales de Queensland, donde trabajó durante más de quince años. Se unió al SCNGS, como su comisionado, en septiembre de 2012. Es miembro de la Junta de la Asociación Internacional de Correccionales y Prisiones (ICPA) desde 2010. Es licenciado en Trabajo Social y tiene una maestría en Administración Pública.