Don Head Correctional Canada

Servicio Correccional de Canadá: cuando uno de los mejores sistemas se enfrenta a grandes desafíos

// Entrevista: Don Head

Comisario del Servicio Correccional de Canadá

 

JT: ¿Qué hace que el Servicio Correccional de Canadá (CSC) sea tan destacado?

DH: Maximizamos las oportunidades de aprendizaje e innovación a través de la colaboración con socios internos y externos. Se realizan consultas regulares y abiertas con socios federales, provinciales, territoriales e internacionales para garantizar que la información y las mejores prácticas se compartan entre las diversas jurisdicciones, contribuyendo así a comunicaciones efectivas dentro del sistema de justicia penal canadiense y entre los socios de correcciones internacionales.

Compromiso, diplomacia, innovación, apertura y flexibilidad son nuestros cinco principios rectores, lo que significa que CSC crea y mantiene alianzas clave con socios nacionales e internacionales y partes interesadas con quienes trabaja de manera sensible y efectiva. En el campo de la innovación, modernizamos procesos, programas y políticas que se alinean con las prioridades del Gobierno de Canadá y operamos de una manera transparente y culturalmente sensible que respeta la diversidad. Y, finalmente, nuestro Servicio responde a prioridades cambiantes, equilibrando nuestra programación y políticas con la disponibilidad de recursos. Nuestros programas correccionales, servicios psicológicos y de capellanía, así como nuestros minuciosos programas sociales, educativos y laborales son reconocidos internacionalmente, ya que continuamos conduciendo y compartiendo investigaciones para ayudar a respaldar prácticas, procedimientos, políticas y programación operacionales.

Todas las actividades del CSC apoyan y promueven el estado de derecho, el respeto por los derechos humanos y un marco de políticas global.

 

Compromiso, diplomacia, innovación, apertura y flexibilidad son nuestros cinco principios rectores.”

 

JT: ¿Cómo está el CSC colaborando con los sistemas correccionales de otros países?

DH: Recibimos delegaciones interesadas en aprender más sobre nuestras políticas, programas y operaciones cada año. Las delegaciones generalmente combinan un itinerario de discusiones sobre políticas en nuestra Sede Nacional (NHQ) con visitas de campo a lugares operacionales de interés.

Estamos involucrados en diversos proyectos de asistencia técnica con socios internacionales, que van desde el intercambio de información, reformas de políticas y operaciones, hasta iniciativas de paz y de apoyo.

Actualmente, tenemos memorandos de acuerdo firmados con muchos países, entre ellos Bahamas, Benín, Bermudas, Inglaterra y Gales, Francia, Hong Kong, Lituania, México, Namibia, los Países Bajos, Corea del Sur, Suecia, Suiza, Trinidad y Tobago, así como con el Departamento de Justicia de los EE.UU.

Asignamos personal para ayudar con proyectos en otros países, un trabajo ha incluido la participación en proyectos multilaterales sobre justicia penal y reforma del sector de la seguridad. Algunas actividades clave a las que contribuyó Canadá incluyen la entrega de varios Cursos Previos Al Despliegue de Oficiales Penitenciarios y de Libertad Condicional de Las Naciones Unidas (UNPriPOC) en varios países (el UNPriPOC es la única capacitación previa a la implementación acreditada por la ONU para funcionarios correccionales); la contribución al desarrollo del Curso y Manual en Manejo de Incidentes Penitenciarios de las Naciones Unidas; un taller de género en Ruanda; la participación en el lanzamiento y promoción de las Reglas de Mandela revisadas; el despliegue de un equipo de expertos en Haití, en 2017, en comisión de servicio con MINUSTAH, la misión de la ONU allí; el desarrollo y lanzamiento de un plan de formación –  dirigido a países en desarrollo y en posconflicto –  para las Prácticas Efectivas para el Tratamiento de Mujeres Presas con Perspectiva de Género; y presentaciones y divulgación en varias conferencias internacionales.

Además, tenemos una larga historia de cooperación en la estabilización y reconstrucción de sistemas de justicia penal extranjeros. Desarrollamos alianzas internacionales para fortalecer la seguridad pública y mejorar la eficiencia y efectividad de los servicios y políticas correccionales.

En colaboración con organizaciones como las Naciones Unidas, seguimos trabajando para lograr una mejora general y una cooperación continua entre los tres pilares del sistema de justicia penal: la policía, los tribunales y los servicios correccionales.

 

JT: ¿Cuáles son los desafíos que reconoce en las correcciones canadienses?

DH: Ningún sistema correccional está libre de problemas; en CSC reconocemos algunos desafíos, los más importantes son los delincuentes indígenas, las mujeres delincuentes, la segregación administrativa, la salud mental – tanto de la población de delincuentes como del personal correccional – y el uso de la tecnología para introducir contrabando.

 

Desafío: delincuentes indígenas

Abordar el problema de su sobrerrepresentación en todas las áreas del sistema de justicia penal requiere un replanteamiento importante y sistémico de cómo respondemos a sus necesidades antes de que entren en conflicto con la ley. Los gobiernos por sí solos no podrán resolver este problema sin la participación y el apoyo de las comunidades. Los problemas relacionados con la educación, la atención sanitaria, la vivienda y el empleo son clave y, desde una perspectiva correccional, deben existir oportunidades y apoyo comunitario para permitir que los delincuentes aprovechen los logros que obtienen al participar en las intervenciones y programas.

Los infractores indígenas constituyen una proporción significativa y de quienes están bajo custodia, lo que representa más de la cuarta parte de los encarcelados en instituciones federales en todo el país. Tal sobrerrepresentación es aún más aguda entre las mujeres delincuentes, donde más de un tercio de la población encarcelada es indígena.

Hemos estado a la vanguardia de la mejora de la manera en que los Pueblos Indígenas participan en el diseño, desarrollo y prestación de servicios correccionales. Nuestras políticas requieren que, en cualquier decisión relacionada con la gestión de delincuentes indígenas, el personal considere el impacto de su historia social, evalúe las opciones culturalmente receptivas o restaurativas, y determine si una decisión alternativa respondería a las necesidades de rehabilitación del delincuente.

Tenemos un plan estratégico para las correcciones aborígenes que establece un marco para proporcionar a los delincuentes de las Primeras Naciones, Métis e Inuit una atención continua que respete las tradiciones y la cultura. Contamos con la colaboración y el compromiso de los Pueblos Indígenas, por lo tanto, los Comités Asesores Aborígenes Nacionales y Regionales brindan asesoramiento y orientación al CSC sobre políticas y prácticas. Además, CSC se cuenta con la participación de los Ancianos para proporcionar servicios espirituales y culturales a los delincuentes indígenas.

A pesar del progreso realizado hasta la fecha, todavía hay importantes brechas de reintegración para los delincuentes indígenas, en comparación con el resto de la población de delincuentes. Si bien el número de indígenas canadienses que reciben sentencias federales está fuera de nuestro control, el trabajo de nuestra organización puede afectar el tiempo que permanecen bajo nuestro cuidado, al centrarse en su rehabilitación y reintegración exitosas a través de un enfoque más sólido.

Como parte de una nueva estrategia para mejorar significativamente los resultados para los delincuentes indígenas, recientemente hemos desarrollado el Plan Nacional Indígena con el objetivo de racionalizar los recursos existentes, fortalecer las prácticas de gestión de casos y garantizar que los delincuentes indígenas que deseen seguir un camino de transición tengan acceso a intervenciones y programas culturales y espirituales más intensivos. Recientemente hemos establecido siete Centros de Intervención Aborígenes en todo el país, donde los delincuentes recibirán programas e intervenciones más temprano en sus sentencias y comenzarán la preparación para la liberación condicional mucho antes de su primera fecha de elegibilidad para libertad condicional.

El Comisario Don Head presentando comentarios al personal
© Servicio Correccional de Canadá

Desafío: las mujeres delincuentes

Otro desafío tiene que ver con abordar las necesidades de poblaciones específicas, como mujeres con problemas de salud mental, mujeres de diversos orígenes étnicos y culturales, con bajas capacidades cognitivas, mujeres clasificadas como de máxima seguridad y mujeres con niños que se están reintegrando a la comunidad.

Las áreas de desafío específico incluyen el crecimiento de la población y las presiones de ahí resultantes; oportunidades de empleo para las mujeres en nuestras instituciones y en la comunidad; asegurar que tengamos el número correcto de camas en los lugares correctos para las mujeres en la comunidad; desarrollar alianzas con hospitales psiquiátricos comunitarios para aumentar las camas de cuidados intensivos; encontrar servicios de guardería confiables y asequibles, y vivienda y transporte para las mujeres en el momento de la reintegración.

Las mujeres delincuentes comprenden un pequeño (5,8%) y único subconjunto de la población total de delincuentes federales, y tienen diversas necesidades que pueden afectar su respuesta a las intervenciones y la reintegración, por lo tanto, CSC ha desarrollado un entorno correccional e implementado varias intervenciones, servicios y capacitación oportunidades que están específicamente diseñadas para ellas.

La población de mujeres delincuentes ha aumentado en los últimos años: al final de 2016-2017 había un total de 1,331 (692 en custodia, 639 bajo supervisión en la comunidad); las delincuentes indígenas representaban aproximadamente el 31% de la población total de mujeres delincuentes federales, incluyendo aproximadamente el 37% de las encarceladas y el 25% de aquellas bajo alguna forma de libertad condicional.

La información demográficos general indica que las mujeres delincuentes tienden a ser pobres, jóvenes, sin educación y carentes de habilidades laborales. Aproximadamente el 59.1% de las mujeres en instalaciones federales están encarceladas por una ofensa violenta y, en comparación con el promedio de canadienses, las mujeres delincuentes tienen una mayor incidencia de abuso de sustancias y problemas de salud mental, siendo también más probable que tengan un historial de abuso físico y / o sexual.

CSC ofrece programas correccionales específicamente dirigidos a mujeres, con el objetivo de tratar una serie de conductas problemáticas que conducen a la delincuencia, al considerar su situación social, económica y cultural en la sociedad; la importancia de las relaciones en sus vidas; la especificidad de sus caminos hacia el crimen; y sus experiencias más frecuentes de trauma, victimización, problemas de salud mental, baja autoestima, y responsabilidades parentales.

Además, hemos desarrollado, y continuamos desarrollando, opciones a corto y largo plazo para garantizar adaptaciones e intervenciones seguras y de apoyo y brindamos la oportunidad para que desarrollen habilidades de empleo a través de competencias vocacionales y formación en el puesto de trabajo.

Es de destacar que las mujeres delincuentes están obteniendo la libertad condicional más temprano, en sus sentencias, en comparación con años anteriores. Además, el porcentaje de las que alcanzan con éxito el final de sus sentencias sin regresar a la custodia es el porcentaje más alto en la última década. El porcentaje medio de penas que cumplen antes de la primera liberación es del 36%, el más bajo que ha sido en los últimos cinco años y el porcentaje de las que llegan al final de su condena sin readmisión es del 64%.

 

Desafío: segregación administrativa

Hemos sido escudriñados por ello, sin embargo, la legislación establece la segregación administrativa como una medida para garantizar la seguridad del personal, los visitantes y los reclusos. No es una forma de castigo y un preso siempre debe ser liberado de la segregación lo antes posible. El propósito de la segregación administrativa es administrar el riesgo: el riesgo que la persona está planteando al personal o a otros reclusos, el riesgo de poner en peligro una investigación o el riesgo a la seguridad personal que el individuo enfrenta por parte de otros reclusos.

Hemos determinado que existe una necesidad continua de segregación administrativa como herramienta correccional. Sin embargo, también reconocemos la necesidad de integrar las mejores prácticas en evolución en su política, por lo que realizamos cambios en la política interna de segregación administrativa, la cual entró en vigencia el 1 de agosto de 2017. Esos cambios mejoran el sistema y cumplen con las Reglas Mínimas De Tratamiento de los Presos (reglas Nelson Mandela).

Con dichos cambios, continuaremos asegurándonos de que la segregación administrativa solo se use por el menor tiempo posible, cuando no haya alternativas razonables y seguras; asegurar que la segregación administrativa ocurra solo cuando se cumplen requisitos legales específicos y que las restricciones se basan en los requisitos menos restrictivos para cumplir con los objetivos de la Ley de Correcciones y Liberación Condicional; garantizar un proceso de toma de decisiones justo, razonable y transparente basado en una revisión de toda la información relevante, y contribuir a la seguridad del personal y los reclusos y a la seguridad de la institución.

Bajo la nueva política, los reclusos con ciertas características (enfermos mentales graves, con tendencia a la autoagresión activa o a conducta suicida) no serán admitidos a la segregación administrativa. Además, a menos que existan circunstancias excepcionales, es decir, una situación inmediata que ponga en peligro la vida, la seguridad o la salud de los reclusos, el personal, los visitantes o la seguridad de la institución, las reclusas embarazadas o cualquier interno con problemas de movilidad o bajo cuidados paliativos no serán admitidos a la segregación administrativa.

A todos los reclusos admitidos y mantenidos en segregación administrativa se les proporcionarán artículos personales relacionados con la higiene, religión y espiritualidad, atención médica y artículos personales no electrónicos inmediatamente después de la admisión; sus pertenencias personales restantes dentro de las 24 horas de la admisión; la oportunidad de estar fuera de su celda por un mínimo de dos horas diarias; la oportunidad de ducharse todos los días, incluidos los fines de semana y feriados (este tiempo no está incluido en las dos horas mínimas de celda del recluso).

 

Ningún sistema correccional está libre de problemas y en CSC reconocemos algunos.”

 

Desafío: salud mental de los delincuentes

Otro desafío que reconocemos es el impacto creciente de las necesidades en salud mental de la población de delincuentes, así como la necesidad de colaboración con socios en los sistemas de justicia penal, social y de atención de la salud para abordar adecuadamente sus complejas necesidades. Por lo tanto, contratamos expertos externos, según sea necesario, para ayudar en la evaluación, el tratamiento y la gestión de los delincuentes con enfermedades mentales.

Para abordar este desafío de salud dentro del sistema, tenemos una Estrategia Integrada de Salud Mental; proporcionamos evaluaciones de salud mental e intervenciones de salud mental, incluido el tratamiento. La capacitación y supervisión del personal también es parte de nuestro enfoque. Los servicios de salud mental son brindados por profesionales cualificados en salud mental y contamos con Centros de Tratamiento en cada una de nuestras cinco regiones, los cuales proporcionan tratamiento y apoyo a los delincuentes con las necesidades de salud mental más agudas.

Contamos con numerosas políticas y procedimientos para ayudar con la gestión de los internos con necesidades complejas de salud mental. Por ejemplo, en 2010 establecimos comités regionales para ayudar a las instituciones en la gestión y prestación de servicios para delincuentes con necesidades complejas de salud mental, incluido el comportamiento autolesivo y suicida. En 2013, también se estableció un Comité Nacional de Salud Mental Compleja, y las reuniones se realizan mensualmente entre los homólogos regionales y nacionales de salud.

 

Desafío: salud mental del personal penitenciario de primera línea

El bienestar mental del personal de CSC es también una gran preocupación. Trabajar en un entorno correccional es un desafío, y los empleados pueden experimentar cosas que no son fáciles de manejar. Como parte de sus funciones, nuestro personal puede ser testigo de eventos estresantes y traumáticos, que incluyen muerte y violencia y, en consecuencia, pueden ser más vulnerables al desarrollo de ciertos problemas de salud mental, incluido el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

He tenido colegas, amigos, que nunca fueron los mismos después de un incidente difícil en el trabajo. Empecé como oficial en correccionales en la década de 1970, y el apoyo que una organización ofrecía a un empleado que podría haber presenciado algo trágico era bastante limitado; a veces no se ofrecía ningún tipo de apoyo. Las cosas están mejor hoy, pero lejos de ser perfectas. Todavía tenemos trabajo por hacer para apoyar a nuestro personal que está lidiando con una lesión de salud mental ocurrida en el puesto de trabajo, así como a sus familias; porque afecta a todos en casa. Reconocemos que hay que hacer algo más y lo estamos haciendo.

Hemos implementado un módulo de capacitación llamado “El Camino Hacia la Preparación Mental” como parte de nuestro enfoque en la resiliencia mental de los empleados. Primero fue promovido por el Departamento de Defensa Nacional para su personal, y desde entonces ha sido adaptado por la Comisión de Salud Mental de Canadá para su uso por el personal de primera respuesta. Esta es una formación de vanguardia que ya ha sido entregada con éxito por varias fuerzas policiales municipales en todo Canadá, y he dado a conocer que es una prioridad que todo el personal y la administración estén equipados con las herramientas y los conocimientos presentados en este módulo.

Nuestro Programa de Manejo del Estrés en Incidentes Críticos (CISM, por sus siglas en inglés) también se enfoca en brindar apoyo, asistencia y servicios de seguimiento a las personas que han estado involucradas en incidentes críticos. La administración identifica rápidamente a los empleados directamente involucrados en incidentes críticos y les ofrece apoyo a través del equipo local de CISM. La asesoría también está disponible para los empleados a través del Programa de Asistencia para Empleados (EAP) de CSC.

Brindamos herramientas y recursos en línea como un enfoque de ventanilla única para apoyar el personal, y tenemos un programa de Regreso al Trabajo diseñado para ayudar a los empleados, que están lesionados o enfermos, a regresar al trabajo con éxito, cuando están listos para hacerlo. Constantemente reforzamos la necesidad de que los directivos sean sensibles y receptivos a las necesidades del personal cuando muestran problemas de TEPT. Personalmente inicié un comité directivo en 2015 para analizar la salud mental en el puesto de trabajo a fin de fortalecer aún más nuestro enfoque para proporcionar un ambiente de trabajo saludable y seguro para los empleados. Por lo tanto, como organización, seguimos trabajando con nuestro personal y representantes sindicales para abordar el problema del estrés y la salud mental en el puesto de trabajo, incluidos los desafíos que plantea el TEPT.

 

Desafío: el uso de la tecnología para introducir contrabando

Y el último, pero no menos importante, desafío que se le plantea actualmente al CSC es el uso de la tecnología para introducir contrabando. Se han reportado avistamientos de vehículos aéreos no tripulados (VANT) o “drones” sobre las instalaciones del CSC, así como incautaciones de contrabando introducidas por dichos medios. Hay medidas operativas que involucran la intervención del personal para abordar este problema, incluidos los procedimientos de búsqueda del área donde se sospecha actividad de drones. Tenemos varias herramientas disponibles que se usan para prevenir el flujo de drogas a nuestras instituciones. Estas incluyen búsquedas entre los internos y visitantes, en los edificios y celdas utilizando herramientas de búsqueda no intrusivas, incluidos escáneres de iones y perros antidroga. También tenemos políticas estrictas sobre contrabando y actividades no autorizadas. Además, CSC está explorando conceptos de detección con las jurisdicciones correccionales provinciales para abordar el potencial de la actividad ilegal utilizando VANT o drones.

Revisamos regularmente el uso de herramientas de seguridad innovadoras para mejorar su capacidad de limitar incidentes y prevenir infracciones de seguridad.

La prevención y reducción del número de artículos de contrabando y sustancias ilícitas en las instituciones correccionales es una prioridad para CSC, por lo que trabajamos en estrecha colaboración con los organismos reguladores federales para identificar a las personas y organizaciones que intentan usar drones para introducir contrabando o interrumpir las rutinas institucionales.

JT: En el momento en que se jubile, ¿qué mensaje le gustaría dejar?

DH: Me jubilo en febrero de 2018 después de una carrera de 40 años trabajando en el servicio público, específicamente en servicios correccionales. He trabajado con miles de empleados que forman un servicio correccional de clase mundial. Ha sido un privilegio y un honor no solo trabajar con un grupo tan profesional, sino también haber tenido la oportunidad de dirigir el Servicio Correccional de Canadá durante los últimos diez años como Comisario. Mientras me preparo para pasar a la siguiente fase de mi vida, ofrezco estos tres simples consejos a todos los empleados correccionales: cuiden a aquellos de quienes tenemos una responsabilidad legal; cuiden unos de los otros; y cuiden de ustedes mismos.

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Don Head comenzó su carrera en el servicio público federal como oficial correccional en 1978. Hasta 1995 ha ocupado diversos cargos operativos y gerenciales. En 1995, se incorporó al Departamento de Justicia de Yukon como Superintendente de un centro correccional, y luego como Director de Servicios Correccionales Territoriales. En 1998, se mudó al Departamento Provincial de Correcciones y Seguridad Pública de Saskatchewan como viceministro adjunto. En 2002, se reincorporó al Servicio Correccional de Canadá como Comisario Adjunto Superior, cargo que ocupó hasta que fue nombrado Comisario, en junio de 2008.

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