Los paradigmas criminológicos, como la “Teoría de los Vínculos Sociales”, no ofrecen ninguna duda acerca de la importancia de los vínculos sociales y el apoyo familiar en la rehabilitación de los delincuentes, especialmente los que cumplen una pena de prisión. Además, las familias que tienen comunicación frecuente con los reclusos desempeñan un papel crucial en sus esfuerzos de rehabilitación, lo que reduce la posibilidad de volver a delinquir y la reincidencia (Light, 1993). Se sugiere que la comunicación entre los reclusos y sus seres queridos no solo minimiza la soledad y otros “dolores del encarcelamiento”, sino que también desempeña un papel importante en el mantenimiento del orden dentro de la prisión (Breen, 2008).
Si está demostrado que la comunicación con familiares u otras personas de importancia es fundamental para el proceso de rehabilitación y resocialización de los reclusos (así como para cualquier sistema penitenciario que busque ser sólido) ¿qué podemos esperar sobre la importancia de la comunicación de los reclusos cuando involucra a sus hijos?
Seguramente se acordará que el mantenimiento de los lazos emocionales y de parentesco con los niños es fundamental tanto para el desarrollo de los niños, como para el bienestar del progenitor encarcelado.
La Red Europea Niños de los Prisioneros (2018) estima que en la Unión Europea hay 800,000 niños con un progenitor en prisión. Una cifra que ascendería a 2,1 millones si se consideraran todos los Estados Miembros del Consejo de Europa. Esto no es sino un hecho abrumador, especialmente cuando pensamos en sus consecuencias, especialmente para los propios niños.
Al ser la mejor manera para que los reclusos entren en contacto con sus hijos (Arditti, 2008; Poehlmann et al., 2010; Sack y Seidler, 1978), las visitas a las prisiones (especialmente cuando son poco frecuentes) pueden aumentar la agresividad y los sentimientos de ansiedad en los niños (Robertson, 2007). Además, las instalaciones y los regímenes penitenciarios generalmente no consideran el impacto que podrían tener en los visitantes jóvenes, por lo que a menudo son inapropiados para los niños. Como lo expresa Martynowicz (2011): “Nada en una visita a un progenitor encarcelado es ‘natural'”.
Además, visitar a un ser querido en prisión puede ser una carga; puede implicar faltar al trabajo o a la escuela, para no mencionar el ajetreo y los gastos de los viajes, lo que hace que las visitas sean menos frecuentes y contribuye a disminuir el contacto. No es sorprendente que las visitas sean reportadas a menudo por las familias como una gran angustia, junto con los desafíos de la monoparentalidad, las dificultades financieras o el estigma (Mills y Codd, 2008).
La comunicación entre los presos y sus hijos no debería ser un problema en los días de hoy. Telio ofrece una gran cantidad de soluciones de comunicación seguras y efectivas que son esenciales para resolver algunos de los efectos nocivos de la prisión, tanto para los reclusos como para sus hijos, a quienes se les llama de “huérfanos de la justicia”, las “víctimas invisibles de la prisión” (Shaw, 1992; Petersilia, 2009). Creemos que con los sistemas de tecnología punta muchas de las angustias causadas por la separación obligatoria entre progenitores e hijos, debido a una sentencia custodia, pueden ser mitigadas.
La experiencia nos dice que las formas de comunicación no física, como las que dispone Telio, son muy confiables cuando se trata de mantener un contacto frecuente entre los internos y sus hijos, aunque, obviamente, no deberían reemplazar las visitas reales en las que los niños pueden jugar, abrazarse y mimar a su madre o padre.
Referencias:
Arditti, J. (2008). Parental Imprisonment and Family Visitation: A Brief Overview and Recommendations for Family Friendly Practice. In: T. LaLiberte and E. Snyder, ed., Children of Incarcerated Parents, 16th ed. Minneapolis, University of Minnesota.
Breen, J. (2008). The Ripple Effects of Imprisonment on Prisoners’ Families. Working Notes, [online] 57, pp.19-23. Available at: http://www.workingnotes.ie
Children of Prisoners Europe. (2018). Facts and figures – Children of Prisoners Europe. [online] Available at: http://childrenofprisoners.eu/facts-and-figures-2/ [Accessed 15 Dec. 2017].
Light, R. (2009). Why Support Prisoners’ Family-Tie Groups?. The Howard Journal of Criminal Justice, 32(4), pp.322-329.
Martynowicz, A. (2011). Children of imprisoned parents. [Kbh.]: Danish Institute for Human Rights.
Mills, A. and Codd, H. (2008). Prisoners’ families and offender management: Mobilizing social capital. Probation Journal, 55(1), pp.9-24.
Petersilia, J. (2009). When prisoners come home. Oxford: Oxford University Press.
Poehlmann, J., Dallaire, D., Booker Loper, A. and D. Shear, L. (2010). Children’s Contact With Their Incarcerated Parents. Am Psychol. Sep, [online] 65(6), pp.575-598. Available at: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4229080/ [Accessed 15 Dec. 2017].
Robertson, O. (2007). The impact of parental imprisonment on children. Women in Prison and Children of Imprisoned Mothers. [online] Geneva: Quaker United Nations Office. Available at: http://www.quno.org/resource/2007/4/impact-parental-imprisonment-children [Accessed 15 Dec. 2017].
Sack, W. and Seidler, J. (1978). Should children visit their parents in prison? Law and Human Behavior, 2(3), pp.261-266.
Shaw, R. (1992). Fathers and the Orphans of Justice. In: R. Shaw, ed., Prisoners’ children, what are the issues?, London: Routledge.
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Oliver Drews recibió su título en Ciencias Empresariales después de
completar su educación como banquero. Empezó su carrera en
Telio como Director de Gestión y accionista, en 2004. Actualmente
es responsable, entre otras áreas, de las Ventas y Relaciones
Internacionales de Telio. Ha contribuido de manera significativa
a hacer crecer la empresa y la representa con una pasión
incansable en eventos y otras ocasiones, siempre centrándose
en la responsabilidad social. Desde 2003, es miembro voluntario
del consejo de administración de la asociación comercial más grande de Alemania.
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