Superar los retos de introducir servicios digitales en prisiones analógicas

Artículo

Christopher Ditto

Los últimos tres años han traído consigo una disrupción sin precedentes, ya que la pandemia de COVID-19 obligó al mundo a adaptarse a una nueva forma de vivir y trabajar. Uno de los cambios más significativos ha sido la aceleración de la transformación digital en la mayoría de los sectores. Hoy tenemos innumerables organizaciones adoptando las nuevas tecnologías para optimizar las operaciones e impulsar cambios radicales.

La transformación digital ha planteado tanto retos increíbles como oportunidades alentadoras. A medida que avanzamos hacia una nueva normalidad, está claro que los centros penitenciarios no funcionarán – ni pueden hacerlo – de la misma manera que antes.

Reestructurar por completo los procedimientos analógicos, muchos de los cuales pueden ser fundamentales para las operaciones diarias, puede ser una tarea abrumadora. Sin embargo, los centros penitenciarios que se embarcan en proyectos de transformación digital pueden crear mejores entornos de trabajo para el personal y mejorar los resultados para los reclusos.

Para tener éxito en esta nueva normalidad, los centros penitenciarios deben centrarse en implementar servicios digitales que mejoren sus operaciones diarias y les permitan tener éxito más allá de lo que antes era normal. Hemos identificado cinco dimensiones clave que pueden servir de guía para cualquier proyecto.

#1. Crear una red segura y fiable

El éxito de la transformación digital depende fundamentalmente de la calidad de la infraestructura de red de una organización y, sin una red fiable, los beneficios potenciales de la transformación digital son limitados. Si, además, se introduce la conectividad inalámbrica, los dispositivos digitales pueden ser portátiles y proporcionar una conexión en tiempo real a fuentes de datos, recursos en la nube, herramientas de supervisión y bases de datos.
 
Para los dispositivos portátiles de los reclusos, como las tabletas, una red digital permite la entrega digital de educación en línea, formularios, investigación jurídica, mensajería, llamadas telefónicas, entretenimiento en streaming y visitas por vídeo.
 
Cuando la cobertura inalámbrica se amplía para incluir los dormitorios y celdas de los reclusos, éstos pueden acceder a los servicios en cualquier momento y sin ayuda, lo que reduce la necesidad de escolta por parte del personal y posiblemente libera un valioso espacio inmobiliario, como una biblioteca jurídica o una sala de correo, para otros servicios a los reclusos.
 
Para los dispositivos del personal, la conectividad inalámbrica permite la comunicación, el seguimiento de los funcionarios y la notificación en tiempo real del recuento, los movimientos o el estado de los reclusos durante las rondas de los funcionarios.

#2. Seleccionar los dispositivos digitales adecuados

Los dispositivos digitales propios para el entorno penitenciario son un requisito previo para cualquier transformación digital. Cualquier dispositivo de hardware debe seleccionarse con la premisa de que los usuarios intentarán diseccionarlo, o van a dejarlo caer o mojarlo.

Los dispositivos de un solo uso, como sensores IoT, cerraduras inteligentes, lectores de tarjetas y cámaras IP, pueden mejorar la seguridad, controlar los movimientos y reducir la carga de trabajo del personal, automatizando tareas como los controles de seguridad.

Los dispositivos polivalentes permiten que una sola pieza de hardware, como una tableta, ofrezca una amplia gama de nuevas funciones, con la posibilidad de introducir servicios adicionales en el futuro. 

#3. Optimizar las tareas tediosas o repetitivas 

Muchas organizaciones se debaten sobre por dónde empezar su viaje hacia la transformación digital y un posible punto de partida es buscar tareas frecuentes que repercuten en el tiempo y la moral de los funcionarios. Los procesos basados en papel son una fuente común de angustia, ya que pueden ser tediosos, llevar mucho tiempo y ser propensos a errores.
 
Al digitalizar procesos como las quejas y solicitudes de los reclusos, las rondas de los funcionarios o los pedidos del economato, los datos pueden recopilarse y entregarse de forma instantánea.

#4. Introducir nuevos recursos digitales para los reclusos

Durante las últimas décadas, la experiencia de los reclusos ha permanecido relativamente inalterada: dormir, comer, hacer ejercicio, hacer una llamada, repetir. Los reclusos de hoy han tenido una vida diferente antes de ser detenidos, y necesitan recursos diferentes durante el encarcelamiento para mantenerse tranquilos y comprometidos.
 
Los nuevos recursos digitales, como las llamadas, los vídeos y los mensajes desde tabletas, permiten a los reclusos mantenerse en contacto con sus seres queridos, reduciendo la carga del aislamiento y la soledad. Además, pueden contribuir a la rehabilitación proporcionando acceso a capacitación y oportunidades educativas.
 
Los recursos de entretenimiento como podcasts, noticias, música y películas tienen un efecto calmante y permiten a los reclusos mantenerse mentalmente conectados con el mundo exterior y mejor preparados para la vida después del confinamiento.

#5. Fomentar una cultura de experimentación 

No todos los cambios van a tener éxito: planificar el fracaso es un aspecto crucial de la transformación digital. Puede parecer intuitivo evitar correr riesgos si existe la posibilidad de fracasar, especialmente en un entorno laboral reacio al riesgo como el penitenciario. Pero es necesario fomentar una cultura de experimentación para determinar qué oportunidades digitales proporcionan la mayor eficiencia y el mayor valor para el personal y los reclusos.
 
Este planteamiento implica realizar evaluaciones periódicas para determinar qué áreas no funcionan e introducir ajustes. También es esencial contar con un plan de contingencia para mitigar cualquier interrupción que pueda surgir de fallos o deficiencias tecnológicas.
 
Además, los centros penitenciarios deben estar abiertos a los comentarios del personal y de los reclusos para asegurarse de que se satisfacen sus necesidades durante el proceso de cambio. Al adoptar una mentalidad de adaptabilidad, los establecimientos penitenciarios pueden seguir mejorando sus operaciones y producir mejores resultados.
 
La transformación digital no consiste solo en tecnología, sino también en transformar el funcionamiento de las organizaciones. Aunque no todos los cambios tendrán éxito, adoptar una cultura de experimentación y adaptarse en consecuencia puede contribuir en gran medida a que los centros implanten con éxito nuevas herramientas digitales y establezcan una nueva base de eficiencia, seguridad y protección.

Christopher Dittoes el vicepresidente de Investigación y Desarrollo de ViaPath Technologies. Durante la última década, ha trabajado en la creación de recursos de comunicación y tabletas para reclusos, implementando tecnología para más de 1.000 centros penitenciarios que atienden a más de 800.000 reclusos diariamente, como ingeniero, arquitecto de software y gestor de proyectos. Es licenciado por la Universidad de California Berkeley y tiene un máster en Periodismo por la Universidad de Nueva York.

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