Lucha contra la radicalización, el extremismo violento y la delincuencia organizada en las prisiones: Un enfoque polifacético

Artículo

Sir Tim Purcell

En el mundo actual, la presencia de la radicalización, el extremismo violento y la delincuencia organizada suscita un reto crucial para la seguridad y la estabilidad de las sociedades. Uno de los ámbitos críticos en los que se encuentran estas amenazas es el de las instituciones penitenciarias.

Las prisiones, concebidas para rehabilitar y reintegrar a las personas en la sociedad, a menudo se convierten inadvertidamente en una fuente de cultivo de ideologías radicales, creencias extremistas y redes delictivas.

Comprender la radicalización y el extremismo violento en las prisiones

La radicalización en las prisiones se refiere al proceso en el que los individuos adoptan ideologías extremas, a menudo impulsadas por reivindicaciones políticas, religiosas o sociales. Este proceso puede conducir a la adopción del extremismo violento, que requiere la defensa o el uso de la violencia para alcanzar objetivos ideológicos.

El entorno singular de las prisiones, caracterizado por el aislamiento social, la ausencia de un público cautivo y posibles agravios, puede propiciar la propagación de ideologías radicales. Además, la dinámica social dentro de los centros penitenciarios puede amplificar el atractivo de pertenecer a un grupo radical.

Redes de delincuencia organizadas en las prisiones

Las prisiones son también un terreno fértil para el surgimiento de las redes de delincuencia organizada. Las personas que tienen vínculos delictivos preexistentes pueden usar su estancia en las rejas para ampliar sus redes y establecer nuevas conexiones. Estas redes se ubican en distancias alejadas de los muros de la prisión, lo que puede facilitar diversas actividades ilegales, tales como el tráfico de drogas, el blanqueo de dinero y la extorsión.

Estrategias de prevención polifacéticas

Para enfrentar los complejos retos de la radicalización, el extremismo violento y la delincuencia organizada en las prisiones, es importante tener un enfoque polifacético que incluya medidas de seguridad, intervenciones psicológicas y programas educativos.

1.    Medidas de inteligencia y seguridad: Las prisiones deben implementar sólidos mecanismos de recopilación de información con el fin de identificar y vigilar a las personas que puedan presentar actos de radicalización y aquellos que se involucran en redes delictivas. Esto significa un intercambio eficaz de información entre el personal penitenciario, los organismos encargados de hacer cumplir la ley y los servicios de inteligencia. Los datos periódicos que se basan en fuentes de contrabando, tales como literatura extremista y dispositivos de comunicación, pueden contribuir a eliminar la difusión de ideologías radicales y planes delictivos.

2.    Intervenciones psicológicas: El asesoramiento y las intervenciones psicológicas pueden ser fundamentales para abordar los factores que impulsan a los reclusos a tomar decisiones radicales. Los programas centrados en el control de la ira, la resiliencia emocional y las aptitudes para el pensamiento crítico pueden aportar a los individuos para resistir las influencias extremistas.
Un estudio de Borum (2011) resalta la importancia de abordar los agravios individuales y proporcionar un sentido de propósito como medidas preventivas contra la radicalización.

3.     Educación y rehabilitación: Dotar a los reclusos de oportunidades de educación y formación profesional puede disminuir significativamente el atractivo de las ideologías radicales y las redes delictivas. Los programas educativos que fomentan el pensamiento crítico, promueven la tolerancia y ofrecen capacitación laboral pueden mejorar las perspectivas de los reclusos de reintegrarse con éxito en la sociedad tras su puesta en libertad. Al fomentar una sensación de esperanza y oportunidad, estos programas pueden minimizar el atractivo de los grupos extremistas.

4.     Asesoramiento religioso: La religión puede ser una fuente de apoyo y vulnerabilidad dentro de las prisiones. El asesoramiento religioso prestado por líderes religiosos cualificados y moderados puede orientar a los reclusos hacia interpretaciones de la fe que rechacen las ideologías extremistas. Este tipo de asesoramiento puede ayudar a los reclusos a encontrar la realización espiritual sin recurrir a la violencia.

5.    Programas de desradicalización: Los programas especializados de desradicalización, dirigidos por profesionales formados, pueden cuestionar las creencias extremistas y propiciar la reestructuración cognitiva. Estos programas pretenden desmontar ideas equivocadas, promover el pensamiento crítico y ofrecer narrativas alternativas a las ideologías extremistas.

6.    Reinserción social: La planificación de la reinserción de los reclusos en la sociedad comienza durante su periodo de reclusión. La colaboración con organizaciones comunitarias y trabajadores sociales para asegurar una transición fluida puede reducir la probabilidad de reincidencia y radicalización tras la excarcelación.

7.    Estrategias de desradicalización basadas en la tecnología: La tecnología moderna brinda recursos que pueden incrementar significativamente los esfuerzos de desradicalización en los centros penitenciarios. Las soluciones informáticas concebidas a partir de la vivencia del mundo real pueden contribuir a digitalizar los programas educativos y las conexiones sociales, con el fin de contribuir a la desradicalización y la desvinculación.

Estas soluciones incluyen rehabilitación personalizada; aplicaciones de terapia cognitivo-conductual; comunidades de soporte en línea; conexión con la familia/red de apoyo; y la narración digital.

Conclusión

La lucha contra la radicalización, el extremismo violento y la delincuencia organizada en las prisiones necesita un enfoque global y holístico. Con la combinación de medidas de inteligencia y seguridad, a través de intervenciones psicológicas, programas educativos y la participación de la comunidad, las instituciones penitenciarias pueden reducir eficazmente los factores de riesgo que contribuyen a estas amenazas.

En última instancia, el objetivo debe ser convertir las prisiones en entornos que castiguen y rehabiliten, fomentando el crecimiento personal de los individuos, su resiliencia y su capacidad para rechazar ideologías extremistas y conductas delictivas. 
 
Sólo mediante un esfuerzo coordinado podemos lograr romper el ciclo de radicalización y delincuencia, contribuyendo a una sociedad más segura para todos.

 

Referencias

McCauley, C., & Moskalenko, S. (2011). Mechanisms of Political Radicalisation: Pathways Toward Terrorism. Terrorism and Political Violence, 20(3), 415-433.

Borum, R. (2011). Radicalisation into Violent Extremism I: A Review of Social Science Theories. Journal of Strategic Security, 4(4), 7-36.

Sir Tim Purcell es el Director de Core Systems en Australasia y cuenta con más de 30 años de experiencia corporativa internacional en gestión empresarial, desarrollo de software, sistemas de seguridad y consultoría e implantación de soluciones operativas. En los últimos años ha trabajado para ofrecer soluciones operativas y para reclusos en las mayores prisiones de Australia. Tim se centra en mejorar los resultados para todas las partes interesadas, pero sobre todo en lograr resultados para los reclusos durante su encarcelamiento y su regreso a la comunidad para ayudar a reducir la reincidencia. Su experiencia en la construcción de prisiones y en el trabajo con operadores penitenciarios le proporciona un conjunto único de habilidades que le da una perspectiva única en el logro de resultados reales.

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